Liceo Norte: después de 17 años los propios vecinos concretaron el sueño de tener una plaza
Las vacaciones de invierno tienen un disfrute diferente en un barrio del norte de la ciudad. Por primera vez los chicos pueden divertirse en una plaza que fue construida prácticamente gracias al esfuerzo de la gente que colaboró con el trabajo de una agrupación y que se unió al sueño de una mujer. El municipio también colaboró con obras.
Liceo Norte: después de 17 años los propios vecinos concretaron el sueño de tener una plaza
Después de 17 años, la plaza de Liceo Norte se hizo realidad. Nélida Lorenzetti, del Centro Comunitario que lleva el mismo nombre del barrio, la ve de lejos y no lo puede creer. Le parece un sueño y hasta pide que la pellizquen para despertarse. Es que no fue fácil conseguirla. La plaza es el resultado de muchas idas y vueltas, de muchos obstáculos en el camino de esta mujer que dirige la asociación hace 30 años.
A la plaza le faltan dos juegos de madera más, pero Nelly no quiso esperar para compartir la noticia. Y aunque aún no tiene nombre llamó a El Litoral para contar la gran noticia.
Los juegos que ahora son la mayor atracción de los chicos del barrio y de la zona norte están ubicados en Callejón Aguirre y Blas Parera a la altura del 8700, detrás de los Bomberos Voluntarios. Fueron colocados en el marco de unas tareas previas que realizó la Municipalidad a pedido de "Nelly".
"El día que el intendente Emilio Jatón reinauguró la Estación de Colectivos fui y lo paré. Le mostré la factura de los juegos comprados y le pedí por favor que nos nivelara el terreno. La cuestión es que me escuchó con atención y me dijo que un coordinador se iba a contactar conmigo. Y así fue. Nos reunimos con el coordinador en la zona y le dije lo que precisábamos para nuestra plaza: la nivelación del terreno, la poda de árboles, nuevos árboles para plantar y luces. Y cumplió con todo y más, porque nos mandó hamacas, un subibaja, un pasamanos y bancos para sentarse a tomar unos mates o a charlar", contó Nelly.
Con esta acción en conjunto, la plaza tiene dos sectores bien diferenciados: uno para chicos pequeños y otro para más grandes.
El deseo de una plaza para los chicos del barrio no es nuevo. Transcurría el año 2006 cuando Nélida Lorenzetti movió cielo y tierra para construirla. De hecho había avanzado bastante cuando ese sueño se truncó.
Diecisiete años después, la mujer cuenta que por entonces habían conseguido la cesión de un terreno frente a la escuela Combate del Quebracho, inclusive por una ordenanza del Concejo Municipal, donde quedaba claro que el terreno en cuestión sería el emplazamiento de una nueva plaza para la ciudad en barrio Liceo Norte.
"Una empresa nos hizo las veredas, construimos una pérgola hermosa… y de un día para el otro cayeron de Provincia a decirnos que no siguiéramos con la plaza porque allí iban a construir un jardín de infantes. Pasaron 17 años y la construcción ahí sigue… paralizada y a medio hacer", dijo la cabeza del Centro Comunitario de Liceo Norte. Y acotó: "Así que dejamos todo y donamos la pérgola a una institución que tenía un hermoso verde. La vereda le quedó a la provincia. Desde entonces siempre me quedó esa angustia de no poder concretar la plaza para los chicos".
La plaza que sí es
El Centro Comunitario que dirige Nelly funciona desde hace 30 años. Actualmente asiste a 26 familias con un plato de comida casera y caliente de lunes a viernes.
La cercanía de una cava donde los camiones y carros descargaban todo tipo de basura movilizó a esta mujer a pedir por su relleno. "Se lo pedí a José Corral. Me acuerdo que sacaron 12 camionadas de basura y que después se rellenó con tierra que trajeron de un montón de lugares", recordó.
De esa manera, la vieja cava desapareció y para que no vuelvan a llenarla de basura, desde el Centro Comunitario le colocaron dos banquitos de plaza, una hamaca y un subibaja en buenas condiciones pero no nuevos.
En mediados de junio de este 2023, el Centro Comunitario cumplió y celebró 30 años continuos de trabajo. En ese marco, la propia Nelly alzó la voz y agradeció a todos por tantos años de dedicación y colaboración. Pero al finalizar contó algo que la apenaba en el medio de tanta felicidad. "Por la edad y mis patologías de salud ya no puedo andar haciendo todo lo que hacía años atrás. Hasta acá llegué. Lo que más lamento es no haber podido cumplir con los chicos. Yo soñaba una plaza para ellos. Una plaza como las del centro de la ciudad, pero no pude lograrla".
Al escucharla, los jóvenes del grupo La Positiva que trabajaron mucho con esta mujer y su centro comunitario en la pandemia y habían sido invitados a la celebración, le dijeron: "Nelly tu sueño se va a hacer realidad. Dejalo en nuestras manos".
Y así fue: los jóvenes del grupo se pusieron manos a la obra, pensaron de qué manera podían juntar fondos para comprar los juegos, porque el terreno ya estaba, y decidieron vender empanadas.
"Lanzaron el primer beneficio para el 2 de julio. Y lograron vender 250 empanadas. Con ese dinero fueron a una fábrica de juegos infantiles en Recreo, le contaron al dueño para qué eran y les hizo precio. Con ese beneficio se pudo comprar la primera estructura, de cuatro que están previstas", señaló Nélida. Y agregó: "Para el 9 de julio se hizo un locro bingo que sirvió para comprar la segunda y la tercera estructura o módulo que será colocada en unos días. Ahora están viendo qué beneficio hacer para adquirir el cuatro modulo".
Para más adelante, cuando ya estén instalados todos los juegos, desde el Centro Comunitario gestionarán en la Municipalidad estructuras para hacer ejercicios físicos y un arenero cerrado. "Con eso más todos los juegos será la plaza soñada porque abarcará a todos los vecinos: niños chiquitos, niños más grandes y adultos", manifestó Nelly Lorenzetti.
Para finalizar, dejó en claro su mayor deseo por estos días: "que la plaza esté terminada con los 4 juegos para el día del niño".
¿Qué es La Positiva?
La Positiva es un grupo de jóvenes que surgió en la pandemia. Para el Centro Comunitario Liceo Norte fueron claves porque se ocupó de la entrega de viandas y de organizar toda la logística en meses donde no se podía salir de casa.
Según su propia publicación en redes, "todo comenzó en plena pandemia en el año 2020, donde no sólo las personas se veían vulnerables en cuestiones de salud, sino que también afectó a la economía del pueblo. Mucha gente quedó en situación crítica y otros en la calle. Este grupo no quiso quedarse de brazos cruzados y decidió aportar su granito de arena e intervenir en cuestiones sociales, colaborando con los que más lo necesitan".
Sobre por qué La Positiva, explican "si bien la pandemia afectó de diversas maneras en el sentido emocional, económico y social , nosotros no permitimos que la amargura nos llegue. Nos mantuvimos positivos ante tales situaciones. Gracias a los compromisos y colaboraciones de parte del equipo y de la misma gente de diversos barrios logramos mucho y ayudamos a tantas personas. No recibimos respaldo económico, todo es mero esfuerzo dentro de nuestro círculo y alrededores.