Viernes 15.11.2019
/Última actualización 9:10
Los países sudamericanos, sobre todo Chile y Bolivia, atraviesan una conflictiva situación política y social. Durante los últimos días en las calles de ambos países reina una gran confrontación civil y, en el futuro inmediato, hay sólo incertidumbre con lo que pueda suceder. En este contexto, El Litoral dialogó con Ermelindo Ramos, oriundo de la localidad boliviana de Tarija, y Fabián Escalante, descendiente boliviano, quienes están radicados hace décadas en Monte Vera y a la distancia observan con tristeza lo que ocurre en el país de sus raíces.
“Estoy en Santa Fe hace 50 años, pero nunca me olvido de mi país. Hace dos años fui por última vez a Bolivia y antes cuando mis padres vivían iba dos veces al año. Tengo familiares viviendo en Tarija, hermanos, sobrinos y primos, y cuando veo lo que está pasando en Bolivia me pongo muy triste”, se sinceró Ermelindo, quien a sus 78 años continúa trabajando como agricultor en las quintas monteverenses. “Es triste ver a los bolivianos quemando negocios y matando a sus propios hermanos. Es algo que repudiamos totalmente desde la comunidad que vive en Santa Fe”, sostuvo Ramos y agregó que aún no pudo comunicarse con sus familiares que viven en La Paz y en Tarija.
“En La Paz y Cochabamba es dónde están los problemas más graves. Esperemos que mejoren y que la presidenta interina que se designó haga bien las cosas (en mención a Jeanine Áñez) por el bien de toda la República de Bolivia, hasta tanto se hagan las elecciones dentro de 90 días como establece nuestra Constitución y que vuelva la democracia lo antes posible”, destacó Ermelindo.
Cámara | Ignacio Espinosa - Edición | Sebastián Casse. En perspectiva
—Según lo que pudieron observar cuando visitaron Bolivia y lo que dicen sus familiares. ¿Cómo analizan los años de gestión de Evo Morales y su reciente renuncia a la presidencia?
—Ermelindo: Fue un presidente que hizo mucho por su país. No porque esté de su lado porque no viví bajo su gobierno, pero mis paisanos me hablaban bien de él y yo que iba año tras año de visita veía todo cambiado, las ciudades y los campos. Ayudó mucho a la gente rural, a la clase media y a los pobres. Si se equivocó no lo hizo con mala intensión.
—Fabián: Bolivia es una potencia en todo sentido, salud, educación. Y lo que sucedió fue un golpe de Estado y nosotros lo repudiamos. Es ilegal lo que está haciendo la derecha boliviana y también el imperio estadounidense que es cómplice, y todo por los recursos naturales que tenemos, sobre todo Bolivia es líder en litio. Evo Morales nunca le levantó la mano a nadie, antes de ver sangre renunció, pero cuando se fue Evo salió toda la Policía a reprimir.
—¿Consideran que estuvo bien Evo en permanecer por 13 años como presidente y no haya encontrado algún sucesor que lo reemplace?
—Fabián: Evo tiene millones de sucesores, pero el sucesor de Evo es el pueblo. Los mismos campesinos hablan todos el mismo idioma porque Evo los ha adoctrinado a todos, siendo él la reserva de los pueblos originarios.
—Ermelindo: Quizá hubiera sido mejor que haya presentado a otro candidato de su mismo partido.
Gentileza.
La comuna de Monte Vera es una zona que reúne a más de 2.000 bolivianos, cerca del 30% de su población total, que migraron a Santa Fe o bien que son descendientes de aquella corriente migratoria que arribó entre 1960 y 1970, provenientes sobre todo de la ciudad de Tarija, en el sur de Bolivia y prácticamente al límite con Jujuy.
Los bolivianos que llegaron en aquella época a Santa Fe, en su mayoría huían de regímenes militares que gobernaron el país entre 1964 y principios de los 80, entre ellos se sucedieron los generales Barrientos, Ovando, entre otros. “Bolivia era potencia en recursos naturales pero como todo privatizaba allá no había una economía estable y la gente tuvo que migrar a países vecinos para poder trabajar”, rememoró Escalante.
Una vez instalados en suelo santafesino eligieron la localidad de Monte Vera, atraídos por el trabajo en las quintas donde veían futuro y pudieron persistir y forjarse hasta la actualidad. “Los bolivianos han encontrado asilo acá por la agricultura y todos están trabajando. Nosotros estamos muy agradecidos a los argentinos”, concluyó Ramos.
Los bolivianos que viven en la Argentina son 345.000, según el último Censo Nacional de 2010. De esta manera conforman la segunda colectividad más numerosa, después de la paraguaya.