Florencia Arri - farri@ellitoral.com
Brazos extendidos bajo la chalina, la campera y el pulóver. Firme en sus extremos, una cámara en sus manos desafiaba a los ojos que, tras los lentes, buscaban su premio: capturar a Rubén Ehizaguirre, Mario, Kike y Álvaro Teruel en una foto. La pequeña pantalla -todavía oscura- esperaba tanto como quien la sostenía que las luces encendieran el canto nochero, y así se mantuvieron por más de media hora, hasta el comienzo del show.
Como ella, muchas de las miles de personas que poblaron anoche el complejo portuario intentaron congelar en su memoria -o, en su defecto, cámaras o celulares- la magia que se vivió en los diques del Puerto, donde el grupo Los Nocheros protagonizó el broche de festejos del Gran Aniversario del Casino Santa Fe.
Fue frente al Complejo Puerto Ribera, donde la gente pobló el predio aduanero ubicado en el ingreso al Casino y vivió la última noche de los dos meses de shows y sorteos que realizó el complejo por su primer aniversario. Allí, desde las 22, el cuarteto salteño logró disipar con baile y aplausos el frío, en la tímida noche de primavera que no acobardó a los miles de santafesinos que disfrutaron del recital.
“A ver si se acuerdan...”
Entre aplausos, gritos y carteles de bienvenida -que hicieron temblar la pequeña pantalla, tambaleante pero decidida a retratarlos-, Los Nocheros subieron al escenario con “La yapa”, y despuntaron lo que fue un completo recorrido por sus quince años de folclore a cuatro voces.
Tras cantar “Juan de la calle”, Mario saludó a los presentes y agradeció “la invitación muy piola a cantar al aire libre y con entrada gratuita, una combinación que no es muy común y sí muy linda”. Tal como anticipó en palabras, el grupo prometió “tocar las canciones nuevas y las viejitas también” y cumplió con treinta temas, en una hora y media de espectáculo.
Así, frente al Casino y como en cada escenario, sus voces conquistaron al público en forma creciente, logrando arrancar suspiros y que muchos revolearan el poncho -o un pañuelo, chalina o bufanda- a ritmo de chacarera.
Kike tiró un desafío -“a ver si se acuerdan...”- para evocar lo mejor de su folclore romántico. Tras “Tu naturaleza” y “Tómame”, acompañado sólo por teclados y palmas, Rubén emocionó con “Chakaymanta” y se lanzó a la conquista con un completo set. Así pasaron “De piel a piel”, “Canción del adiós”, “Cosa peligrosa”, “Boquita de luna” y “Ausencia”.
Tras los suspiros, la fiesta se avivó con “Déjame que me vaya”, “Carpas salteñas”, “A Don Ata”, “En suspenso” y “Chacarera del rancho”, que hicieron del reto un olvido y elevaron junto a pañuelos las cámaras y objetos que volaron casi por arte de magia, con brazos en alto, a fuerza de zamba y chacarera.
Sonaron otros -“Me enamoré de una zamba”, “Jamás”, “Amor como tú”, “Crónicas de las cosas...”, “El avenido”-, clásicos del folclore argentino como “Sólo pa’bailarla” y más románticos -“Para ir a buscarte”, “Escríbeme una carta”, “Boca roja” y “Desde que no estás aquí”-. Para cuando cantaron “Soy como soy”, “Canto nochero”, “El Humahuaqueño” y “Vuela una lágrima” las boinas, las chalinas y los pañuelos despegaban vuelo a los pies del escenario.
Luego de tres despedidas frustradas - “¿no tienen que trabajar mañana?”, inquirió entre risas Kike-, la bruma se disipó a viva voz con “La Mora” y “Yo soy tu río”, pero el broche fue otro espectáculo: un show de fuegos de artificio que ofreció luces de pólvora al son de una pieza de música clásica.
Mientras la gente se disipaba, más de un flash llamó la atención. El show había terminado, pero el espíritu invisible vivía en la sonrisa de quien había olvidado su propio desafío y, sin fotos que den cuenta de Los Nocheros, encaraba uno nuevo: rescatar del olvido lo que fue la gran noche del primer aniversario.


































