De la redacción de El Litoral
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La ciudad de Santa Fe es abastecida de energía eléctrica por el Sistema Interconectado Nacional, cuyas gigantescas torres metálicas y articuladas -visibles sólo desde las rutas de nuestro país- la transportan en 500 kilovolts (kV). Al sistema eléctrico local ingresa a través de la Estación Transformadora de Colonia San José, cerca de Santo Tomé y propiedad de Transener.
Los subsectores de Generación, Transporte y Distribución del sector energético son los que permiten que los volts necesarios para encender una lámpara en un hogar lleguen desde una planta generadora de energía, por caso hidráulica, térmica o nuclear, distante a miles de kilómetros.
La EPE está en el último de esta cadena de tres eslabones. Y es la responsable de llevar la energía provista por el transporte a los usuarios industriales, comerciales y residenciales.
Una sucesión de transformaciones de potencia permite la distribución en redes que se superponen en toda la trama urbana. La EPE tiene líneas de 132 kV, de 33 kV y de 13,2 kV hasta que finalmente llega al usuario residencial con los 220 volts. En alta, media y baja tensión, la energía se distribuye mediante estaciones transformadoras y centros distribuidores que además poseen sus propias redes e instalaciones en las calles.
Si no se piensa en lo complejo que es ese sistema, no puede valorarse cómo ha cambiado el sistema eléctrico en la ciudad para el próximo verano, es decir, para cuando se producen los mayores picos de la demanda, que ponen en jaque al sistema.
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