Lucas Cranach el Viejo fue uno de los maestros del Renacimiento alemán. Tras sus primeros años en Viena, fue llamado en 1504 a Wittenberg por el príncipe elector Federico el Sabio. Allí se convirtió en pintor de corte, empresario y figura central de la vida cultural sajona.
Amigo de Martín Lutero, colaboró en la difusión visual del protestantismo: ilustró la Biblia de Lutero, realizó retratos del reformador y creó una nueva iconografía religiosa. Su obra tiene dramatismo, precisión naturalista y una visión moral del desnudo femenino.
Según el Museo Thyssen Bornemisza, "trató tanto temas religiosos como retratos o escenas mitológicas en las que el desnudo se aleja de los cánones procedentes de Italia para crear un prototipo estrictamente alemán que destila sensualidad".
Falleció el 16 de octubre de 1553. En el aniversario de su partida, en las líneas que siguen, recordamos cinco obras maestras de Cranach que dan cuenta de su labor y de cómo reflejó su propia época.
"Cacería en el castillo de Torgau en honor de Carlos V"
Esta pieza, que se conserva en el Museo Nacional del Prado, es una escena de caza en la cual el paisaje ocupa un lugar fundamental. Lo que se observa al fondo es el castillo de Hartenfels en Torgau, Sajonia.
Museo Nacional del PradoEn la misma participan el emperador Carlos V, Juan Federico el Magnánimo y su mujer, Sibila de Cleveris, que está vestida de rojo, en la margen derecha, junto a un grupo de mujeres que miran los acontecimientos.
"La cacería, en realidad, nunca tuvo lugar, y la obra sería una alegoría del buen gobierno, simbolizado por la caza", subraya la información de la obra que consta en la página web del Museo del Prado.
"Venus y Cupido"
Este óleo sobre lienzo inicia la secuencia de obras que Cranach el Viejo dedicó a Venus, en varias oportunidades secundada por Cupido. Se encuentra conservado en el Museo del Hermitage en San Petersburgo.
Museo del Hermitage en San PetersburgoSe ve a Cupido desafiante, aprestado a disparar una flecha, pero Venus (imponente, apacible) intenta sosegar su actitud. Algunos críticos leen allí un intento de controlar el deseo. Cabe recordar que Cupido es una figura de la mitología romana, que representa justamente al amor pasional.
"Crucifixión de Cristo"
Es una obra de Cranach que los argentinos pueden observar en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Una de las muchas versiones que hizo el pintor del momento clave de la historia del cristianismo, la muerte de Cristo en la cruz.
Museo Nacional de Bellas Artes"Se inscribe en el grupo de obras pintadas en Viena entre 1500 y 1504, caracterizadas por el dinamismo de los personajes, la integración entre paisaje y acción dramática y la detallada descripción ósea de los cuerpos masculinos", señala la información del mencionado museo porteño.
"La ninfa de la fuente"
Esta tabla, que integra el patrimonio del Museo Thyssen Bornemisza, representa a la ninfa de la fuente Castalia, de donde filósofos y poetas bebían para hallar inspiración.
El ser mitológico protagonista está acostado en el pasto, cerca del agua. La ninfa está desnuda y utiliza su túnica como improvisada almohada. Un poco más atrás, se ven unas aves, el arco y las flechas.
Museo Thyssen BornemiszaEntre la información que consta sobre la obra en la página del Museo Thyssen Bornemisza, se indica que el tema de esta composición "aúna las referencias a la Antigüedad clásica con las influencias del arte italiano".
"Esta ninfa nos remite por su postura a la Venus de Giorgione de la Gemäldegalerie de Dresde y a las de Tiziano por la cartela del ángulo superior izquierdo, cuyo texto corresponde a un poema latino", añade.
Y cierra al remarcar que "el carcaj con flechas y el arco apoyados en el árbol pueden hacer referencia a Diana cazadora o bien a Cupido, acompañante de Venus".
"Retrato de Lutero"
Miguel Calvo Santos recuerda que "Cranach conoció personalmente a un joven monje que iba a cambiar el mundo. Martín Lutero usó de hecho las prensas de Cranach para imprimir sus Biblias".
Colección Fortaleza de CoburgoDesde entonces, Lutero fue retratado varias veces por el pintor. Corbí, historiador, explica que Cranach presenta "un retrato muy flamenco: austero y de ligero escorzo, combinando con gran majestad lo psicológico con el acento naturalista del retratado".