Ramón Maddoni, uno de los grandes descubridores de talentos del fútbol argentino, murió este viernes a los 83 años. Reconocido por su trabajo en el Club Social Parque, también se destacó en Boca, River, Argentinos Juniors y la Selección.
Tenía 83 años y trabajaba en el Club Social Parque, cuna de figuras como Riquelme, Tevez, Redondo, Paredes y Mac Allister. Fue formador en Boca, River, Argentinos Juniors y la Selección Argentina.

Ramón Maddoni, uno de los grandes descubridores de talentos del fútbol argentino, murió este viernes a los 83 años. Reconocido por su trabajo en el Club Social Parque, también se destacó en Boca, River, Argentinos Juniors y la Selección.
Su nombre está ligado a figuras que marcaron época y conquistaron títulos. Entre ellos, dos campeones del mundo con la Selección en Qatar 2022, Leandro Paredes y Alexis Mac Allister, además de Riquelme, Tevez, Gago y Redondo.
También surgieron bajo su mirada Juan Pablo Sorín, Esteban Cambiasso, Diego Placente, Ricky Álvarez, Mauro Boselli, Nicolás Gaitán y Diego Cagna, entre otros tantos que brillaron en el fútbol argentino e internacional.
Maddoni seguía activo hasta sus últimos días en el Club Social Parque, su “oficina” de la calle Marcos Sastre 3268. Allí afirmaba que le bastaba ver correr a un chico y tocar la pelota para saber si tenía condiciones.
“El que corre como sobrando, ese juega bien. Es como si hubiese nacido para esto”, repetía. Su método, simple y efectivo, lo convirtió en un formador incansable, respetado en todos los clubes donde trabajó.
En una entrevista con TyC Sports recordó que dejó dos carnicerías y un camión para dedicarse al fútbol. “El padre de los Batista me ayudó, me convenció a que haga esto. Dejé todo y me dediqué a lo que amo”, dijo.
El Club Parque lo despidió con un emotivo mensaje: “Maestro de sueños y forjador de talentos. Tu pasión y entrega dejaron huella en generaciones de jugadores y en todos los que tuvimos el privilegio de conocerte”.
Maddoni deja un vacío enorme en el fútbol argentino, no solo por los jugadores que descubrió, sino por la manera en que entendía la formación: como una tarea humana, paciente y dedicada, donde el talento iba de la mano con los valores.




