Daniel Monticelli - deportes@ellitoral.com
Ni los propios protagonistas de esta historia alcanzan todavía a comprender bien qué es lo que sucedió para que José María López no esté en la grilla de partida del GP de Bahrein del próximo 14 de marzo, fecha de inicio del Mundial de Fórmula Uno. La verdad es que todos tenemos más interrogantes que certezas al respecto ¿Por qué se anunció que “Pechito” iba a correr en la máxima categoría? ¿Por qué se llegó tan lejos, incluso haciendóse la presentación en la propia Casa de Gobierno, frente a la presidenta Cristina Fernández? ¿Qué falló? ¿Los responsables del equipo US F1 cometieron un fraude, son irresponsables o es verdad que no le dieron los tiempos? ¿Tan ingenuos son quienes llevaron adelante las negociaciones? ¿Los 8 millones de dólares de los que tanto se habló, estaban sí o no? Son todas preguntas que alguien tendrá que responder.
A mediados de diciembre, José López —ex piloto, empresario y padre de “Pechito”—, comentó en el premiación de Paraná, donde su hijo se coronó campeón del Top Race, que se estaba muy cerca de llegar al presupuesto pedido por un equipo norteamericano para que José María corra en 2010 en la Fórmula 1. Que las negociaciones las llevaban a cabo él, junto al periodista-empresario Felipe Mc Gough (por su acercamiento y amistad con Bernie Ecclestone) y su amigo Víctor Rosso. Incluso cuando el cordobés festejaba en el autódromo del Club de Volantes ese domingo por la tarde del 13 de diciembre de 2009, el primero de sus dos títulos logrados en la temporada (el otro fue el del TC 2000), también sabía que tenía asegurado dos millones de dólares del responsable de Top Race, Alejandro Urtubey. A lo que se sumaron algunas empresas privadas, el gobierno Nacional, a través de la Secretaría de Turismo y hasta el Automóvil Club Argentino como institución.
Después comenzaron las negociaciones in situ con los dueños del US F1, Ken Anderson y Peter Windsor. Hubo teleconferencia —entre Buenos Aires y Charlotte, la sede del team americano—, con la asistencia de varios colegas porteños. Posteriormente, vino Peter Windsor y habló del ambicioso proyecto en que estaban embarcados, del significado de un piloto argentino en un equipo estadounidense y nada menos que correr en la F-1. En tanto, Ecclestone se acordaba de viejas épocas con Windsor y manifestaba que no creía para nada que dos de los cuatro equipos nuevos, llegasen a Bahrein: Uno era el Campos Meta ¿El otro? Sí, adivinó, el US F1.
Mientras, se arribaba al esperado 25 de enero de 2010, donde se anunciaba la buena nueva: José María López, era uno de los pilotos titulares del team US F1, equipo número 13 dentro de la categoría más importante del mundo. De esta forma, después de nueve años (el último fue Mazzacane), un argentino retornaba a la Fórmula 1.
Primero silencio y después...
Mientras José María López viajaba a Europa para intensificar su ya de por sí gran preparación física, los rumores ganaban el ambiente. “Parece que hay problemas con el equipo, que todo lo que se dijo que tienen, no lo tienen y que no van a llegar a la primera carrera”.
Periodistas muy bien informados sobre F-1, ya vislumbraban que algo ocurría. La muestra era que experimentados ex pilotos que ahora ofician de mánagers de jóvenes valores, intentaron colocar a sus pilotos en dicha escudería y al ver de qué se trataba, inmediatamente abortaban cualquier negociación y salían como disparados buscando otros rumbos.
A todo esto, el principal inversor del proyecto, Chud Hurley (cofundador de You Tube, ahora propiedad de Google), le bajaba el pulgar al team.
Muchos señalaban que los más de 15 millones aportados hasta ese momento por el anunciante, habían ido a parar a cualquier lado menos a lo medular de la cuestión: los autos de competición (vale decir adquirir los chasis italianos Dallara y los motores Cosworth). En este aspecto, Hurley le apuntaba directamente a la cabeza de Ken Anderson, de quien opinaba “no está capacitado para esto”, asestaba y se iba con sus dólares a otra parte.
Sombrío panorama
El 17 de febrero la situación no daba para más y había un sinceramiento de una de las partes. Peter Windsor le informaba a Mc Gough que no llegarían a tiempo con los autos a Bahrein ¿El proyecto se caía? Después se vio que sí. De todas formas, con “Pechito” muy triste volviéndose para Argentina y buscando refugio en su Córdoba natal, Mc Gough y Víctor Rosso iban a España por la fusión entre lo que quedaba del US F1 y otro equipo en problemas, el Campos Meta, el que en sus albores era del ex piloto Adrián Campos y que por cuestiones económicas pasó a formar parte del inmenso patrimonio del magnate de negocios inmobiliarios, José Ramón Carabante. Las tratativas eran febriles y las reuniones constantes. Por un lado, algunas partes interesadas y de otra índole, disparaban una andanada de críticas, echaban culpas y “pasaban facturas”, todas direccionadas hacia Felipe Mc Gough, como si fuese él el único que negociaba la butaca para el cordobés...
De todas maneras, la solución parecía estar muy cerca para los intereses de José María López, porque si nacía la unión, Carabante colocaba uno de sus pilotos (Chandhok o Senna) y Hurley apostaba por “Pechito”. Pero esta fusión tampoco prosperó —Carabante no quería un socio al 50 %, sino que fuese minoritario, a lo que Hurley no accedió—, y el acaudalado español terminó haciendo su propia escudería, la “Hispania Racing F1”, teniendo como pilotos al sobrino del legendario Ayrton y al hijo de quien comanda el automovilismo en La India.
Con las manos vacías
El jueves pasado, por la mañana de Argentina, llegaba el inevitable golpe de nocaut para “Pechito”. Ni siquiera tenía buen fin para López la firma de un contrato como tester, piloto de reservas o probador del flamante team Hispania. Desde la capital mediterránea, López padre cerraba cualquier otra negociación: “Ya basta, hasta cuándo vamos a estar con esto”.
Como ser humano y como piloto “Pechito” López no se merece lo que le está pasando. Pero a mi entender se repondrá y seguirá haciendo lo que más le gusta: “correr en autos”. Ofertas no le faltan: McGough dice que en Hispania tiene la puerta abierta para ser tester del team español y de esa forma podría girar los viernes en las vísperas de los Grandes Premios de F-1 en esta temporada. Por otra parte, se rumorea que en nuestro país, Darío Ramonda lo cobijaría con sumo placer en el Toyota Team Argentina de TC 2000, a pesar de que acaba de nombrar a sus cuatro pilotos.
Varios lo ven como una opción muy interesante en la escuadra Ford de TC 2000. Por su parte, Marcos Ligato lo llevaría a su equipo: el “Tango” de Turismo Carretera. Lo mismo sucede con el propio presidente de la ACTC, Oscar Aventín y ni hablar del responsable del Top Race, Alejandro Urtubey, quien según cuentan, está esperándolo y ya encargó un auto con el número “1” pintado en las puertas.
Ojalá que este joven de 26 años encuentre la tranquilidad y la paz que necesita después de este traspié. Porque no debe ser fácil estar sentado en la butaca de la ilusión y pasar a la silla de la frustración en tan poco tiempo.
































