El Gran Premio de Hungría del Moto3 dejó una de esas imágenes que quedarán en la memoria del motociclismo. Valentín Perrone, con apenas 17 años, firmó una actuación brillante que lo consolidó como una de las promesas más firmes de la categoría.
El joven piloto argentino terminó segundo en el GP de Hungría del Moto3, a solo 18 milésimas del español Máximo Quiles. Con 17 años, logró su mejor resultado y escaló al séptimo puesto del campeonato mundial.

El Gran Premio de Hungría del Moto3 dejó una de esas imágenes que quedarán en la memoria del motociclismo. Valentín Perrone, con apenas 17 años, firmó una actuación brillante que lo consolidó como una de las promesas más firmes de la categoría.
En el Balaton Park Circuit, el argentino nacido en Barcelona fue protagonista de una definición electrizante que se resolvió por apenas 18 milésimas. El español Máximo Quiles cruzó primero la meta, pero el segundo puesto de Perrone tuvo sabor a victoria.
Su participación en la escudería Red Bull KTM Tech 3 viene siendo ascendente y en Hungría dio un salto de calidad, convirtiéndose en uno de los nombres más mencionados del fin de semana.
La largada mostró a un Perrone decidido, que desde las primeras curvas se ubicó entre los líderes. Incluso llegó a comandar la carrera durante varias vueltas, manteniendo un ritmo sostenido y aprovechando cada error rival.
El final fue un verdadero mano a mano con Quiles. En la última vuelta, el argentino intentó en la curva definitiva, pero no alcanzó. La diferencia mínima en la línea de meta dejó al público sin aliento.
El español David Muñoz completó el podio, mientras que Ángel Piqueras y José Antonio Rueda, dos de los principales animadores del campeonato, finalizaron cuarto y quinto. Con estos resultados, Piqueras acortó la ventaja en el campeonato frente a Rueda.
La clasificación del sábado ya había anticipado que algo grande podía suceder. Perrone partió desde la segunda posición y nunca se bajó del lote de punta. El premio final fue escalar al séptimo puesto de la tabla general, con 92 puntos, superando al japonés Ryusei Yamanaka.
“Disfruté mucho la carrera. Sabía que sería difícil en las últimas vueltas, pero quería intentarlo hasta el final. Agradezco a todo mi equipo”, dijo el piloto con una sonrisa que evidenciaba tanto la adrenalina como el orgullo de su mejor resultado hasta ahora.
Con una madurez que sorprende para su edad, Perrone dejó en claro que está listo para seguir creciendo en un campeonato donde los detalles hacen la diferencia.
Ahora, la ilusión se traslada a Barcelona. La próxima cita será en el Circuito de Montmeló, del 5 al 7 de septiembre. Allí, con el aliento local, buscará repetir su gran actuación y, por qué no, alcanzar su primer triunfo mundialista.
El motociclismo argentino encontró en Perrone una bandera joven que combina talento, disciplina y hambre de gloria. El futuro promete emociones fuertes.




