Juan Sebastián Verón volvió después de diez años de andar por Europa y defender la camiseta nacional a su amado Estudiantes para convertirse en conductor ideológico y futbolístico de un equipo que llegó al título. Volvió para ser campeón vistiendo la misma camiseta a listones blancos y rojos que luciera su padre en aquel Estudiantes de La Plata que se quedó con toda la gloria que se podía imaginar. La 'Brujita', el hijo de la 'Bruja' Juan Ramón Verón, decidió pegar la vuelta en el momento justo. En la plenitud de sus condiciones futbolísticas y físicas y con una carga muy grande de experiencia. La experiencia que estaba necesitando el equipo para producir el despegue que había intentado sin suerte con el técnico Reinaldo Merlo primero y Jorge Burruchaga después. Se transformó en el eje del equipo. Fue un técnico dentro de la cancha para traducir con hechos las indicaciones que impartía desde el banco Diego Simeone. Jugó e hizo jugar. Marcó un par de goles. Manejó los tiempos del equipo. Demostró que su pegada sigue intacta y también exacta para ponerles pelotazos al pie para las corridas de Calderón y Pavone o para las subidas sorpresivas de los laterales. Pero hay más. Transmitió ganas. Se tiró a los pies de los rivales. Jugó en todos lados. Apareció por el medio, por derecha y por izquierda. Habló con los rivales y con el árbitro de turno.Ordenó al equipo. Corrió como el que más. Robó, anticipó y tocó de primera. En síntesis, jugó. Y también se cansó porque, al fin, es humano, y un par de veces, por ese motivo, lo tuvo que relevar el "Cholo" Simeone.Además fue expulsado porque interiormente sigue siendo un rebelde, alguien que quiere siempre más y se entrega por completo, casi rozando los límites aconsejables. Volvió a su casa, a Estudiantes, para ser campeón. La "Brujita" Verón nació el 9 de marzo de 1975 en La Plata.Debutó en la primera "pincharrata" el 24 de abril de 1994 frente a Deportivo Mandiyú de Corrientes, en un partido que ganó Estudiantes por 1 a 0. El primer gol en primera se lo convirtió a Ferro Carril Oeste a los 14 minutos del primer tiempo, en cotejo disputado el 19 de noviembre de 1995, con triunfo "albirrojo" por 4 a 1. Cuando en 1996 se fue, transferido a Boca, había jugado 22 partidos en Estudiantes y marcado dos goles. En el equipo de la Ribera estuvo poco más de un año ya que enseguida fue vendido a la Sampdoria de Italia. En 1998 pasó al Parma. En 1999 recaló en la Lazio, y en 2001 se marchó al Manchester United de Inglaterra, el mismo equipo a quien su padre le hizo el gol en el mítico estadio de Old Trafford que significó la obtención de la Copa del Mundo en 1968. Vistió la camiseta de la selección argentina, en donde se constituyó en todo un referente. Pero siempre le anduvo rondando la idea de volver a su casa, a Estudiantes y esperar el momento del retiro luciendo la casaca albirroja. En el momento de tomar la decisión estaba en Italia, jugando a préstamo en el Inter. En el equipo de Simeone fue el estratega y el guía. El ordenador. El caudillo. Un poco el hombre orquesta. Vivió con la intensidad de un debutante en estas lídes la obtención del cuarto título en primera división. Lo disfrutó con sus compañeros. Con la hinchada. Y se lo dedicó a su familia, en especial a su "viejo". Hace unos días sorprendió con una declaración al decir que el fútbol no va a ganar un entrenador cuando cuelgue los botines, sino titular del club. "Voy a ser presidente de Estudiantes. Creo igualmente que falta bastante, pero es importante que los jugadores de fútbol lleguen a una comisión directiva", admitió. Después de la demostración de hoy en cancha de Vélez, después de la tremenda alegría mezclada con emoción que le brindó al hincha de Estudiantes, ¿quién no lo votaría si se presenta en una próxima elección? Fuente: Télam.
































