Este sábado desde las 21, en el Teatro Luz y Fuerza (Junín 2957, Santa Fe) se presentará “Mi mujer se llama Mauricio” comedia de Raffy Shart, representada en casi todo el mundo, y que fue un suceso de público en la temporada de verano en Villa Carlos Paz. Esta comedia francesa de enredos está protagonizada por Alejandro “Huevo” Müller, Pablo Rago, Matías Alé, Adriana Brodsky, Flor Marcazoli, Gonzalo Urtizberea y Ana Moreno, con dirección de Ernesto Medela. La producción general es de Aldo Funes, en tanto la producción de la gira corre por cuenta de Julio Belando y Adrián Ramírez.
Las entradas están a la venta por sistema Ticketway. En la previa, El Litoral conversó con Rago, que interpreta uno de los personajes centrales, y además abordó otros proyectos que involucran al actor.
En la ruta
-¿Cómo se dio tu convocatoria para sumarte a esta obra de Raffy Shart, que también fue película?
-La obra ya se hacía hace varios años, tuvo varias versiones, en casi todas estuvo Alejandro Müller. Me la propusieron en octubre del año pasado para ir a Carlos Paz. La leí, me pareció muy divertida: es una obra recontra probada. Y además encontré que cuando empezamos a ensayar me llevaba muy bien de entrada con Alejandro, que es con el que tengo la interacción más grande dentro de la obra; pero encontré un elenco completamente dispuesto a hacer una comedia, y a divertirse haciéndola. Y si bien la temporada no fue buena en Carlos Paz a nosotros nos fue muy bien, y me divertí mucho, la pasé muy bien.
Después vino la propuesta de hacer la gira: hace muchos años que no hago giras con teatro, y la verdad es que me pareció una muy buena idea. Y ahora que ya hicimos dos fines de semana (de jueves a domingo, en ciudades de Entre Ríos y Santa Fe la semana pasada) encontrar de nuevo el cariño de la gente, reencontrarnos en el teatro después de dos años de pandemia... estoy muy agradecido por lo que está pasando. A la gente le gusta mucho que vayamos a sus pueblos, a sus ciudades; por ahí encontrarnos en la calle durante el día antes de la función.
Más allá de lo agotador que significa hacer una gira: como sabrás, viajamos en un micro (un motorhome grande, muy cómodo y lindo); salimos de Buenos Aires a la mañana, llegamos a la ciudad siguiente, estamos a la tarde ahí caminando, haciendo notas o lo que sea. Hacemos la función, cenamos, nos vamos a dormir. A la mañana siguiente otra vez nos mudamos. Es agotador, es muy intenso, y la convivencia con los compañeros también. Pero se está dando muy bien, la estamos pasando muy bien y nos está yendo muy bien.
-Es más intenso que una temporada, están mucho más uno encima del otro.
-Claro. Soy muy casero, me gusta mucho estar en mi casa. Y en la temporada por más que me tenga que ir de mi casa, donde vivo todo el año, Carlos Paz es como mi casa porque hice cuatro o cinco temporadas allá; y volvés a tu casa habitual. Acá es todo el tiempo mudándonos, sin estar con la familia cerca. Mucho más intenso que una temporada, ni hablar.
-Salir con comedia, después de la pandemia, es llevarle un poco de alegría a la gente. Y seguramente vuelven esas sensaciones de un montón de obras con las que giraste cuando eras más joven, incluso con “Extraña pareja”.
-La última gira que hice, que fue corta, fue con “Atracción fatal”; pero la anterior fue “Extraña pareja”, que fue casi por todo el país. Lo extraño al gordo Carlín (Calvo) mucho; ya va para un año y medio que lo perdimos, y fue una pérdida muy grande para todos los que lo queríamos mucho.
Química arriba y abajo
-¿Cómo nos venderías la obra?
-Es una comedia recontra probada, funciona: van a ver una mezcla de actores muy ecléctica Alejandro Müller la tiene recontra atada a esta obra, la descose: el personaje parece escrito para él. Está Adriana Brodsky, que para mí siempre fue un ícono de la televisión, porque de chico la miraba; a pesar de los años que llevamos trabajando en el medio nunca nos habíamos cruzado, y es un encanto de persona. Mi amigo Matías Alé, con el que pegamos una onda de entrada cuando nos conocimos, cuando empezamos los ensayos. Gonzalo Urtizberea, con el que trabajé también en “Extraña pareja” y otras obras.
La obra es una comedia para reírse desde el minuto uno hasta el minuto 95. Es divertidísima: no lo digo por venderla, sino porque funciona muy bien, y lo estamos probando cada fin de semana.
-¿En cuánto tiempo de ensayo la engancharon con este elenco?
-Fue muy fácil, porque la predisposición siempre fue total de todo el elenco. Adriana, Alejandro y Matías ya habían hecho casi todas las versiones, y en el verano nos sumamos Gonzalo y yo; pero con la dirección de (Ernesto) Medela, que fue fantástica. Cuando la leí me daban ganas de hacerla, y más a medida que fueron pasando lo días. Sobre todo después del estreno: porque el teatro tiene esa cosa maravillosa que es: una vez que uno empieza, empieza de verdad la obra; uno la puede ensayar, pero falta el personaje principal que es el público.
Fui notando que la alegría de la gente, la diversión de la gente, hace que nos retroalimentemos y sale cada vez mejor. Cada vez que salimos, por más tarde que sea... de hecho en Colón (provincia de Buenos Aires) hicimos dos funciones el sábado, salimos como a la una y media de la mañana, y andá a dormir después de eso: uno queda con una energía que no se puede dormir ni loco.
-Aparte con esos compañeros te dan ganas de salir.
-Olvidate: creo que aumenté en estas dos últimas semanas tres o cuatro kilos, porque comimos riquísimo, nos llevan a los lugares más lindos y más ricos de cada ciudad. Santa Fe por supuesto no va a ser la excepción.
-Es una obra que viene de Europa. ¿Qué cosas le adaptan para el humor argentino?
-No hay mucha diferencia, sobre todo en esta obra: se trata de un chanta, el personaje que me toca actuar, que tiene una esposa y una amante. Y para solucionar el problema (porque se le va a “juntar el ganado”) le propone a uno que le cae a la casa para buscar ayuda para los pobres que se convierta en su mujer por un rato para enfrentar a su amante.
O sea que hay una cosa medio chanta, sobre todo del porteño: no quiero generalizar porque tampoco sé cómo son en las ciudades del resto del país. Pero hay una cosa medio argentinaza del chantapufi, del tipo que intenta arreglar los problemas metiéndose en más problemas.
-Eso es muy argentino: querer salir de los problemas por arriba.
-Por lo menos en Buenos Aires y en Santa Fe ya sabemos que es así (risas).
En pantallas y escenarios
-Estás por estrenar “Network”.
-Estoy ensayando: lunes, martes y miércoles me dedico estrictamente a “Network”, que se va a estrenar el 14 de julio en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, con una expectativa muy grande. Estoy muy entusiasmado, hoy (por el martes) tuve un ensayo muy lindo con dirección de Corina Fiorillo; con las actuaciones de Coco Sily, Florencia Peña, César Bordón, Eduardo Blanco; somos un total de 27 actores. Con una apuesta de (Ariel Diwan), que es un productor muy grande, con una gran inversión, y con una propuesta que va a dar mucho que hablar: pantallas gigantes, cámaras en vivo.
-Eso es lo que destacan todos: que es como una puesta nunca vista, a otro nivel de producción.
-Totalmente: creo que pocas veces se ha visto en el teatro argentino una puesta como esta. Estamos trabajando durísimo: hoy me encontré con la mayoría de los protagonistas, porque tengo dos monólogos, entonces estoy ensayando medio aislado. Pero pude ver algunas escenas entre Coco Sily y Eduardo Blanco, y te juro que te caés de culo de lo buenos que son. Terminaron el ensayo y los empecé a aplaudir, porque realmente va a dar mucho que hablar.
-De lunes a miércoles ensayo, y de jueves a domingo te vas de gira.
-Sí, con “Network” adentro de la mochila, por supuesto, porque tengo que estudiar mucho. Sí, me divido la semana así.
-Realmente este año está siendo fantástico para mí. Después de dos años de pandemia con trabajos intermitentes hice la temporada de Carlos Paz con “Mi mujer se llama Mauricio”; volví, filmé una película con Guillermo Francella, que se llama “Los conspiradores”, que se va a estrenar en enero de 2023. Terminé la película y empecé los ensayos de “Network”, y además lo reemplazos en “Mauricio”: Nerina Sist que estaba en Carlos Paz se quedó allá, se fue Iliana Calabró y también la tuvimos que reemplazar. La cuestión es que no paré desde noviembre del año pasado, y estoy muy contento con eso. Porque después de dos años de estar sin saber qué iba a pasar con nuestras vidas el movimiento, sobre todo el audiovisual (hay un montón, se están filmando muchas películas y series), fue fundamental.
-Trabajaste en “Ringo, el campeón del pueblo”, sobre la vida de Ringo Bonavena. También está para estrenarse.
-Sí, falta poco: no tengo confirmada la fecha. Había escuchado que iba a ser a mediados de junio, pero creo que va a ser en julio finalmente. Eso se filmó el año pasado, me tocó un personaje divino, que además se llama como mi nombre artístico: los hermanos Rago eran los entrenadores de Ringo desde que salió de Huracán hasta la pelea con Muhammad Ali. Hago de Bautista Rago, que es uno de los entrenadores.
Ahora con la lejanía empiezo a tomar conciencia, estuve viendo unas cosas que me mandaron los productores y el director de la serie. Va a dar que hablar: es una serie muy moderna, con un personaje que ya en su momento era un personaje de ficción. Ringo era como una estrella del pop en un punto, con su personalidad, con su forma de boxear. La estoy esperando porque pude ver cositas salteadas, en las que no estuve, y está muy bien filmada.