Roberto Maurer
Ante una gran laguna cultural, la serie “Gotham” (Warner, domingos a las 21) ha llegado para ofrecer respuestas a quienes se planteaban acerca de cómo era el mundo antes de Batman, y se preguntaban por los orígenes del Pingüino, la niñez de Bruce Wayne y la carrera del comisario Gordon. ¿De dónde vienen Acertijo, el Pingüino, Gatúbela y el Guasón? ¿Alguna vez fueron como nosotros? ¿Por qué se convirtieron en psicópatas y, además, disfrazados? La tele cumplió con la juventud de Superman y nos ofreció “Smallville”. Era hora de ocuparse de la mitología pre-Batman.
Existe una instancia clave en “Batman” que ha sido respetada por todas las versiones, desde la primera tira publicada en 1939: el asesinato de los padres de Bruce en las tinieblas de un callejón ante la mirada del pequeño (1). Es el momento exacto de la gestación del Caballero de la Noche, y algo más, ya que, con el asesinato de Wayne se produce una ruptura en el orden social de Ciudad Gótica.
Así lo plantea la serie. Gotham City (2) es una metrópolis decadente bañada en delito y corrupción, pero hay un equilibrio. La mafia gobierna con la sabiduría de Carmine Falcone y la complicidad de la policía, y se nos sugiere que Wayne era un factor de estabilidad y que su muerte convertirá a Gotham City en una ciudad sin control.
El hampa rápidamente busca un culpable del asesinato de los Wayne, para que la comunidad se sienta segura y crea que la Justicia existe: son mafiosos socialmente responsables. “No se tiene crimen organizado sin ley y orden”, razona don Carmine. Está viejo, varios lo quieren reemplazar como jefe de la mafia, y con su mirada crepuscular percibe al caos que se aproxima. “Amo a esta ciudad y veo que se va al infierno. Pero no voy a dejar que sea destruida sin luchar”, dice.
POLICÍA GARANTISTA
Ya que las criaturas del folclore de Batman ya han sido largamente retratadas y con muchas variantes, los autores de “Gotham” eligieron como personaje central a una figura que siempre vivió desdibujada, el comisario James Gordon, que llega a la ciudad luego de muchos años de ausencia. Es un detective
novato que, como recién llegado ve con horror que su lugar natal es se ha convertido en un infierno.
“Esta ciudad no es para chicos buenos”, le dicen.
Y el joven Jim Gordon es un “chico bueno”, un policía honesto y garantista, dispuesto a limpiar el departamento, que representa el contraste con el veterano Bullock, su compañero en la investigación del homicidio de los Wayne. Bullock es desaliñado, física y éticamente, no se trata exactamente de un corrupto pero viola reglas para sobrevivir en la zona gris: es un realista.
HABRÁ LUZ
El niño Bruce Wayne ha jurado vengar la muerte de sus padres (3) y se entrena parándose en la cornisa de la mansión, para vencer al miedo. Alfred, el criado, contribuye a formarlo en el rigor. A la salida del sepelio, le indica al flamante huérfano: “Camina, no agaches la cabeza, que nadie te vea llorar”.
Jim Gordon ha jurado al pequeño que apresará a los asesinos de sus padres: “Te prometo que, por mucho que te parezca que el mundo es oscuro y escalofriante, habrá luz”.
Los villanos estelares están en proceso de construcción. Vemos al futuro Acertijo en un empleado de la policía, y al Guasón en un desconocido cómico de cabaret. Por ahora, el más desarrollado de esta fauna es Oswald Cobblepot, a quien no le gusta que lo llamen Pingüino por su contextura contrahecha y su forma de andar. Es apenas un peón del hampa, traidor por naturaleza y de una crueldad sin límite. Mata a un pobre tipo que está pescando para quitarle un sándwich. Es un monstruo iluminado que, ante el desorden tiene grandes planes. “Se viene una guerra, habrá caos, ríos de sangre correrán por las calles...”, se congratula.
(1) Ya saltarán los puristas enfurecidos porque la escena del asesinato de los Wayne no ha sido fielmente recreada. En la historieta original, el asesino es un chorro de gorra con la cara descubierta. En la serie va enmascarado pero por motivos que contribuyen a la trama, ya que se supone que fue un homicidio intencional y relacionado con la disputa por el poder en Gotham City. En el momento del crimen, la serie también se aparta de la versión canónica proponiendo la existencia de un testigo presencial: Gatúbela, o la futura Gatúbela, por ahora llamada Cat. Es una adolescente que roba en la calle y sirve leche a los gatitos abandonados.
(2) Los realizadores dicen haberse inspirado en la Nueva York de los ’70, a la cual sumaron una atmósfera ruinosa y tratamientos digitales que añaden detalles art decó y algunas gárgolas en las cornisas.
(3) Batman nació como un vengador, pero la travesía de la ficción por las aguas de la corrección política hizo de él un justiciero. Como se sabe, Batman no es un superhéroe, y no nació con la ventaja de volar, como Súperman. Sus poderes son el resultado del esfuerzo. Es un héroe.



































