La vida de Sol Francese cambió para siempre cuando su hijo Renato, de 18 años, murió en el Hospital Italiano de La Plata tras recibir Fentanilo adulterado del laboratorio HLB Pharma. Desde entonces, se convirtió en una de las voces más firmes de las familias que buscan justicia en los tribunales federales, mientras el país aún no logra explicar cómo miles de ampollas contaminadas circularon por 14 provincias. A siete meses de la tragedia, Sol transforma su duelo en acción: organiza familias, revisa historias clínicas y denuncia el abandono del Estado. En esta entrevista, abre su historia con una convicción inquebrantable: la verdad —aunque duela— tiene que salir a la luz.
Su frase de WhatsApp, “Renato dame fuerzas para seguir”, se volvió una brújula. Desde El Litoral continuamos con una investigación humana que la tuvo a ella como primer relato de lo que ellos denominan “masacre”.
¿Cómo hiciste para seguir adelante después de lo que pasó con Renato?
Es una forma de hacer el duelo. Esto me mantiene ocupada, me lleva muchísimo tiempo. No es solo hablar con vos o con otros periodistas; también ayudo a Adriana -tía de Sol y abogada querellante en la causa- con el trabajo que implica acompañar a tantas familias. Ella recibe historias clínicas que no termina de entender, entonces me las pasa, yo las leo, busco dónde aparece el fentanilo, busco los cultivos, los resultados, las fechas. Voy marcando todo lo que sirve para confirmar si hubo contaminación o no. Trabajo con ella en eso todos los días.
Sol Francese, mamá de Renato y tres hijos más, es enfermera y lucha por llegar a la verdad
Tu tía Adriana terminó convertida en una referente de las querellas. ¿Cómo fue ese proceso?
Al principio éramos un grupo muy chico. Luego fuimos armando la comunidad. Hicimos lo que el Estado no hizo: buscar la verdad, ayudar a otras familias.
¿Cómo fue encontrarse con tanta gente que no sabía lo que había pasado?
Muy fuerte. Yo tuve que poner mis redes sociales públicas porque la gente nos buscaba por ahí. Veían notas, publicaciones y me escribían, perdidos: no sabían si ir al hospital, si ir a la justicia, nadie les decía nada. Los hospitales no daban información. A muchos les negaban las historias clínicas. La justicia no les explicaba por dónde empezar. Entonces, con cada familia era arrancar de cero: pedir la historia, ver si administraron fentanilo, si aparecían bacterias, si las fechas coincidían. Y después, con Adriana, ver si seguían por Defensoría, con ella, o con abogados particulares. Fue así con todos.
¿Quién tendría que haber asumido esa contención de las familias?
Moralmente, los sanatorios. Tendrían que haber avisado lo que estaba pasando y no lo hicieron. Recién hace un mes y medio fiscalía comenzó a llamar a algunas familias para informarles. Eso debió hacerlo cada director de hospital desde el primer día.
Ernesto Kreplak expuso en Diputados sobre la investigación del fentanilo contaminado
Al principio había dudas por el rol del juez: era hermano del ministro de Salud. Sin embargo, las familias terminaron apoyándolo. ¿Por qué?
Cuando me dijeron que él iba a llevar la causa, pensé: “Listo, no vamos a llegar a nada”. Pero el juez Kreplak estuvo a la altura. Fue humano, claro, nos explicó todo. Cumplió cada cosa que prometió. Eso nos dio seguridad. Por eso lo defendimos públicamente. Nos demostró compromiso real.
¿Creés que algo cambió después de esta tragedia? ¿Se puede asegurar que esto no volverá a pasar?
No puedo asegurarlo. Para que no vuelva a pasar, tienen que dejar de funcionar los públicos corruptos. ANMAT tiene que fortalecerse, reorganizarse y trabajar bien, porque estuvo trabajando mal. El Ministerio de Salud también. Si no se arregla desde arriba, esto va a volver a pasar.
¿Descartan que haya sido un error?
Lo descartamos completamente. No fue un error. Fue corrupción pura, sostenida durante más de diez años. Yo tengo pruebas de laboratorios desde 2006. Muchos gobiernos, mucha gente encubriéndose entre sí.
Familias reclaman justicia por la muerte de sus seres queridos.
¿La Comisión Investigadora dejó algo positivo?
Sí. Van a trabajar en el fortalecimiento de ANMAT y en una ley para ANMAT, porque hoy no tiene una ley propia. También la ley de trazabilidad está en proyecto. El problema son los tiempos: el año legislativo se corta, ellos se van de vacaciones. Nosotros tendremos que retomar todo el año próximo.
Mientras tanto, el juez y la fiscalía dijeron que no se tomarán vacaciones…
Exacto. Ayer el juez nos dijo que van a seguir trabajando. Entonces me pregunto: ¿cómo puede ser que un juez federal siga y los diputados no? Nadie les prohíbe trabajar en estos proyectos de salud pública. Pero priorizan sus vacaciones.
Durante la campaña electoral, el caso fue usado políticamente. ¿Qué sintieron?
Mucha bronca. Desde el primer caso, cuando se supo lo del Hospital Italiano de La Plata, el Gobierno no nos llamó nunca. Y de golpe escuchamos a Milei usarlo en el cierre de campaña, responsabilizando a Cristina y a Furfaro. Pero esto pasó en su gobierno también. Esta causa atraviesa administraciones de todos los colores. Se lo dijimos a la comisión: no queríamos banderas políticas. Aun así, en una de las últimas reuniones, los diputados de La Libertad Avanza terminaron excusando al ministro Lugones, que no se presentó a ninguna de las más de diez comisiones. Nadie del Ministerio de Salud participó jamás.
¿Cómo convivís emocionalmente con esta lucha permanente?
Hay días en los que digo: “Listo, hasta acá. Ya procesaron a los dueños de los laboratorios, a los bioquímicos, a los responsables. No hago más nada”. Pero me llega un mensaje de alguien que perdió a un familiar, que está desorientado y pide ayuda… y no puedo mirar para otro lado. Seguir ayudando es mi manera de duelar.
Tenés tres hijos más. ¿Ellos influyen en esta lucha?
Sí. Esto también es por ellos. Para enseñarles que no pueden permitir que estas cosas pasen. Que si uno no hace nada, mañana les puede tocar a ellos o a mis nietos. Alguien tenía que parar esto. Y quiero que ellos sepan que no se juega con la salud de las personas.
Familias reclaman justicia por la muerte de sus seres queridos.
Si pudieras hablarle a la Sol Francese del año pasado, antes de todo esto, ¿qué le dirías?
No sé qué le diría, porque jamás pensé que algo así podía pasar. Cuando murió Adriana y se supo lo del Hospital Italiano, creímos que eran 18 fallecidos y que ahí terminaba todo. Nadie imaginó una mega causa con 173 fallecidos, 126 confirmados y el resto en revisión. Y siguen apareciendo. Creo que le diría que no espere que le pasen las cosas a ella para tomar conciencia de lo que genera la corrupción.