Este lunes por la noche falleció en Santa Fe Juan Carlos Tizziani, histórico corresponsal del diario Página/12 en su edición Rosario/12 y uno de los periodistas más respetados de la provincia.
Falleció este lunes a los 72 años. Con una trayectoria marcada por el compromiso con los derechos humanos, la ética profesional y la defensa de la memoria, dejó un legado invaluable en el periodismo argentino.

Este lunes por la noche falleció en Santa Fe Juan Carlos Tizziani, histórico corresponsal del diario Página/12 en su edición Rosario/12 y uno de los periodistas más respetados de la provincia.
Tenía 72 años y se había retirado del oficio en 2023, tras 25 años de trabajo ininterrumpido en el medio. Su pluma, reconocida por el rigor investigativo, la defensa de los derechos humanos y la integridad ética, lo convirtió en una figura clave del periodismo santafesino.
Tizziani nació en 1953 en Vera, en el norte santafesino. Dio sus primeros pasos en el periodismo en la revista Ecos, bajo la tutela de Agustín Rossi. En los años ‘80 fue director de Radio Nacional Santa Fe durante el regreso de la democracia, y más tarde ejerció como secretario de redacción en el El Litoral.
Desde 1998 se desempeñó como corresponsal de Rosario/12, donde consolidó una voz crítica, sólida y profundamente comprometida con los valores democráticos y los derechos humanos. Siguió de cerca los juicios por delitos de lesa humanidad en Santa Fe, denunció los mecanismos del poder y dejó testimonio escrito de los procesos que marcaron a la provincia.
Uno de sus trabajos más emblemáticos fue la investigación que ayudó a develar la verdadera identidad de María Carolina Guallane, quien resultó ser Paula Cortassa, hija de desaparecidos. La nota, publicada en la tapa de Rosario/12 bajo el título “¿Y si Carolina es Paula?”, fue el puntapié de una historia humana que conmovió al país.
Quienes lo conocieron lo describen como un periodista apasionado, con una mirada crítica y siempre dispuesto a escuchar. No temía incomodar al poder. Su último gesto profesional fue significativo: rechazó homenajes oficiales tras su jubilación, como forma de protesta frente a un Estado que, según su visión, no acompañaba ni valoraba debidamente el rol del periodismo comprometido.
En sus coberturas, Tizziani se plantó con firmeza ante temas incómodos: violencia institucional, educación pública, salud, memoria, verdad y justicia. Fue un cronista de su tiempo, pero también un militante de la palabra escrita, fiel a sus convicciones.
La partida de Juan Carlos Tizziani deja un vacío en la prensa santafesina. Su legado no solo está en las páginas firmadas durante más de dos décadas, sino también en la formación de nuevas generaciones de periodistas que lo leían como una referencia ética y profesional.
Desde Página/12, sus colegas lo despidieron con un sentido homenaje: “Juan Carlos fue un faro. Su forma de ejercer el periodismo, su compromiso inquebrantable con las causas justas, su humanidad, marcaron profundamente nuestras redacciones”.
Tizziani no solo fue un periodista. Fue una conciencia crítica, un narrador de la realidad incómoda, un faro para tantos lectores que encontraron en sus textos verdad, contexto y sensibilidad. En tiempos de incertidumbre mediática, su figura se alza como símbolo de un oficio hecho con compromiso y dignidad.




