El municipio de Rosario y la Prefectura Naval Argentina acordaron la puesta en marcha de un nuevo protocolo de controles de alcoholemia y narcolemia en clubes náuticos, guarderías y espacios de amarre de la ciudad.
El municipio y Prefectura Naval acordaron un nuevo protocolo para realizar controles de alcoholemia y narcolemia en clubes y guarderías náuticas de Rosario. Desde este fin de semana se efectuarán test aleatorios antes de zarpar y al regresar del río, con el objetivo de reforzar la seguridad en la navegación.

El municipio de Rosario y la Prefectura Naval Argentina acordaron la puesta en marcha de un nuevo protocolo de controles de alcoholemia y narcolemia en clubes náuticos, guarderías y espacios de amarre de la ciudad.
La medida comenzará a aplicarse este fin de semana y contempla operativos sorpresivos y aleatorios antes de que los navegantes salgan al río Paraná o al momento de su regreso, como parte de una estrategia integral para garantizar un uso responsable y seguro del espejo de agua.
El anuncio se concretó tras una reunión desarrollada en el Concejo Municipal, de la que participaron funcionarios de la Secretaría de Control y Convivencia, autoridades de Prefectura, representantes provinciales de Defensa Civil y Ambiente, el Enapro y referentes de las instituciones náuticas locales.
El encuentro se realizó a partir de una propuesta impulsada por la concejala Anahí Schibelbein, en el marco de las inquietudes planteadas en el Consejo Consultivo del Río respecto a la seguridad y el ordenamiento de la navegación recreativa.
Durante la jornada, los actores involucrados coincidieron en la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención ante el creciente movimiento de embarcaciones y la cercanía de la temporada estival, un período donde se intensifica el uso del río. En ese sentido, los controles de alcohol y sustancias se posicionaron como una herramienta fundamental para reducir riesgos y evitar siniestros.
El nuevo esquema contempla que agentes de Prefectura, junto a inspectores municipales, se ubiquen de manera temporal y rotativa en los muelles de clubes y guarderías. Los controles se realizarán en diferentes franjas horarias, sin previo aviso, para garantizar la efectividad del operativo.
Los navegantes deberán someterse a un primer test con alómetros —dispositivos que detectan la presencia de alcohol en el aliento— y, en caso de resultado positivo, se procederá a una medición más precisa con alcoholímetros homologados. También se prevé la posibilidad de realizar narcotest para identificar consumo de sustancias ilegales.
Prefectura, que posee la potestad de fiscalizar la navegación en el río, será responsable del diseño operativo y la disposición de su personal. El municipio, por su parte, aportará los elementos técnicos necesarios: alómetros, alcoholímetros y dispositivos para narcolemia.
La coordinación entre ambas instituciones busca suplir la actual falta de equipos homologados por parte de la fuerza nacional y garantizar, de cara al verano, un esquema de control sostenido y eficiente.
Desde la Secretaría de Control, su titular Diego Herrera destacó que el espíritu de la medida es preventivo: “El trabajo de control tiene que ser siempre de concientización. Y el mensaje es claro: no se debe tomar alcohol cuando uno se va a embarcar en el río”.
El funcionario recordó que, en la ciudad, los índices de positividad en los testeos vehiculares han bajado notoriamente gracias al aumento de los controles y a las campañas de educación vial, y consideró que “ese es el camino” también en el ámbito náutico.
Aunque la iniciativa no tiene fines recaudatorios, desde el municipio subrayaron que las sanciones pueden ser severas: según la gravedad de la falta, puede disponerse el retiro del carné habilitante de navegación de manera temporaria o definitiva.
La normativa vigente —la disposición N° 3/2011 de Prefectura Naval— prohíbe el consumo de alcohol para quienes conducen embarcaciones, aunque admite un máximo de 500 miligramos por litro de sangre en embarcaciones a motor y 200 miligramos para motos de agua u otros vehículos similares.
Además, establece que todos los conductores deben someterse obligatoriamente a los test y considera que la negativa constituye una infracción en sí misma.
Con este nuevo protocolo, Rosario da un paso más en la búsqueda de un uso más seguro del Paraná, una de sus principales vías de recreación y disfrute.
La expectativa oficial es que la combinación de controles, campañas de difusión y trabajo coordinado entre instituciones contribuya a una temporada estival con menos riesgos y mayor conciencia entre los navegantes.




