El vuelo que transportaba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, experimentó una pérdida crítica de navegación durante su aproximación a Bulgaria. Sospechan de un presunto ataque de interferencia electrónica de Rusia.
El vuelo que transportaba a Ursula von der Leyen experimentó una pérdida crítica de navegación durante su aproximación a Bulgaria y debió aterrizar mediante cartas analógicas.

El vuelo que transportaba a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, experimentó una pérdida crítica de navegación durante su aproximación a Bulgaria. Sospechan de un presunto ataque de interferencia electrónica de Rusia.
El avión se aproximaba al aeropuerto de Plovdiv, los sistemas GPS se deshabilitaron de manera repentina. El piloto perdió acceso a la navegación satelital, lo que transformó un procedimiento rutinario en una emergencia técnica extraordinaria.
Desde Bulgaria, autoridades civiles sospechan que el incidente no fue fortuito: el GPS habría sido "neutralizado" mediante una operación antinav de origen ruso. En la UE, este tipo de interferencia ya se observa como una estrategia de presión geopolítica creciente.
Además, el Financial Times informó que el aeropuerto entero perdió señal satelital, lo que apunta a una interferencia de área, pero con fuerte posibilidad de haber sido dirigida específicamente contra el vuelo de la mandataria europea.
No es la primera vez que sucede un suceso de estas características. Desde 2022, se han registrado decenas de incidentes similares en países del Este y el Báltico, donde operaciones de jamming y spoofing —que alteran o bloquean señales satelitales— afectan aviones, embarcaciones y drones en fronteras vigiladas.
Para expertos en guerra electrónica, estas maniobras se han convertido en tácticas híbridas con impacto civil, ligeras de ejecutar y de consecuencias imprevisibles, como lo evidencia este caso.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declaró que el incidente es “tomado con máxima seriedad” por la Alianza y que se trabaja sin descanso para evitar nuevas agresiones de este tipo.
Los gobiernos de la Unión Europea han reiterado su preocupación ante el creciente riesgo, advirtiendo sobre la posibilidad de un accidente grave en el espacio aéreo al dejar a los pilotos prácticamente “a ciegas”.
Italia, por ejemplo, estudia clasificar los trayectos de vuelos oficiales para evitar su seguimiento público, una medida que busca reforzar la seguridad aunque abre un debate sobre transparencia y libertad de información.
Von der Leyen visitaba Bulgaria en una gira por los estados limítrofes con Rusia para impulsar políticas de defensa y coordinación ante la agresión rusa en Ucrania.
Este fin de semana, la titular de la Comisión Europea afirmó que había planes "bastante precisos" para un eventual despliegue de tropas europeas en Ucrania como parte de las garantías de seguridad posconflicto en aquel país.
"Tenemos una hoja de ruta clara y alcanzamos un acuerdo [sobre la ayuda estadounidense] en la Casa Blanca (...) y este trabajo avanza muy bien", dijo en una entrevista con el Financial Times publicada este último domingo.
Sin embargo, los detalles de un eventual envío de tropas europeas o de un respaldo estadounidense siguen siendo muy vagos.
La insistencia de Von der Leyen en garantizar "financiación sostenible" y equipamiento para las fuerzas ucranianas pareciera indicar la intención de asegurar recursos adicionales.
En mayo, la UE anunció un fondo de 150 000 millones de euros para que empresas europeas adquieran armas destinadas a Ucrania o produzcan armamento junto con socios ucranianos.




