El Litoral
El primer ministro libanés, Saad Hariri, aceptó la invitación para ir la Francia del presidente galo, Emmanuel Macron, confirmó el Ministerio de Exteriores francés.
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DPA
El anuncio de que Hariri acepta viajar a Francia lo hizo este jueves el ministro de Exteriores galo, Jean-Yves Le Drian, que está en Arabia Saudí. Allí se encuentra Hariri desde que a principios de mes anunció su dimisión como primer ministro de Líbano.
Macron invitó el miércoles oficialmente a Hariri y a su familia a Francia y fuentes del Palacio del Elíseo afirmaron que podría llegar al país europeo en los próximos días. Macron aseguró que no se trata de un exilio, según le citaron medios franceses en el marco de la Conferencia del Clima en Bonn.
Cuando Hariri presentó su renuncia aseguró que lo hacía porque temía por su vida y responsabilizó de ello a la milicia chiita libanesa de Hizbolá, respaldada por Irán y Siria. La decisión del político sunita, de 47 años, desató especulaciones de que la dimisión había sido forzada por Riad para hacer crecer las tensiones con la chiita Hizbolá.
El presidente libanés, Michel Aoun, insistió estos días que Hariri está siendo retenido en Arabia Saudí y todavía no aceptó su renuncia.
Sin embargo, Arabia Saudí insistió hoy en que el político libanés no se encuentra allí retenido y rechazó las acusaciones como "infundadas". Hariri "está viviendo en Arabia Saudí por voluntad propia", aseguró el ministro de Exteriores saudí, Adel al Jubeir. "Él es el único que decide sobre su regreso a Líbano", agregó.
También el ministro francés Le Drian aseguró que Hariri partirá de Arabia Saudí para Francia "cuando considere que es apropiado".
El presidente libanés, por su parte, confió en que con la invitación de Hariri termine la crisis en su país. "Espero a la vuelta del primer ministro Hariri de París para decidir sobre el próximo paso del Gobierno en la cuestión", dijo Aoun citado por la agencia oficial NNA.
Hariri es aliado de Arabia Saudí y tiene también esa nacionalidad. En el mensaje de dimisión arremetió contra el movimiento chiita Hizbolá, con quien gobierna el país. También atacó a Irán, país chiita aliado de Hizbolá y principal rival de Arabia Saudí por la supremacia en la región.
La dimisión desató el miedo de que Líbano pueda verse abocado a un conflicto en el que los dos grandes rivales continúen su lucha por la influencia regional, como hacen en otros países como Yemen o Siria.