Ante el reciente incremento de casos de Sarampión en Argentina, el Gobierno de Chile declaró una alerta epidemiológica con el objetivo de prevenir su eventual ingreso al país trasandino.
El Gobierno de Chile activó una alerta epidemiológica por el aumento de contagios de sarampión en Argentina —donde la cobertura vacunal cayó por debajo del 50 %— y advirtió sobre riesgos de importación del virus.

Ante el reciente incremento de casos de Sarampión en Argentina, el Gobierno de Chile declaró una alerta epidemiológica con el objetivo de prevenir su eventual ingreso al país trasandino.
La medida, anunciada por la ministra vocera Camila Vallejo, incluye un refuerzo de la vigilancia sanitaria y un nuevo llamado a completar los esquemas de vacunación.
Según las autoridades chilenas, la decisión responde al repunte de infecciones por sarampión en Argentina, “producto de las bajas coberturas de vacunación en el país vecino”.
De acuerdo con datos citados por medios chilenos, la cobertura vacunal infantil y adolescente en Argentina habría caído de un 90 % —registrado entre 2015 y 2019— a menos del 50 % en 2025.
Ese déficit inmunitario coincide con un brote actual: hasta el 15 de noviembre se contabilizaban 168 casos sospechosos, de los cuales 35 habían sido confirmados por laboratorio.
Ante esos números, Chile decidió reforzar su sistema de vigilancia sanitaria y vacunar con urgencia a quienes no cuenten con las dosis necesarias, para evitar la reintroducción del virus en su territorio.
Aunque la región de las Américas había sido declarada libre de sarampión endémico, datos recientes sugieren un resurgimiento preocupante.
Organización Panamericana de la Salud
Según un informe reciente de Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante 2025 se confirmaron 268 casos en varios países del continente, incluyendo Argentina, Estados Unidos, Canadá y México.
En Argentina, el brote de 2025 incluyó 35 casos confirmados hasta la semana epidemiológica 26.
Muchos de esos contagios estuvieron asociados a casos importados —personas que habían viajado al exterior— aunque también se detectó transmisión comunitaria.
Ese contexto refuerza la alerta: la combinación de baja cobertura vacunal, movilidad regional y virus circulante internacional incrementa la probabilidad de brotes incluso en países que durante décadas no habían registrado casos.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa, de transmisión aérea. Sus síntomas incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal, conjuntivitis y erupción cutánea (exantema).
Puede presentar complicaciones graves —sobre todo en niños menores de cinco años o en personas con sistema inmunitario comprometido—, como neumonía, encefalitis o trastornos neurológicos.
La única forma eficaz de prevenirla es la vacunación, mediante la vacuna triple o doble viral (contra sarampión, rubéola y paperas), según el calendario nacional respectivo.
Tanto en Argentina como en Chile, las autoridades sanitarias instan a completar los esquemas de vacunación, especialmente en niños y adolescentes, y a reforzarlos en el caso de quienes no hayan recibido todas las dosis.
Además, ante la aparición de casos sospechosos, se aconseja consultar a servicios de salud, aislarse y notificar los contactos para cortar las cadenas de transmisión.
Para Argentina, la alerta desde Chile representa un llamado de atención sobre las consecuencias concretas de la baja cobertura vacunal: el riesgo ya no es solo local, sino regional.
Para países fronterizos o con migración permanente entre ambos lados de la cordillera —como sucede entre Argentina y Chile— la reactivación del sarampión demuestra que un brote en un país puede tener efectos inmediatos sobre los vecinos.




