Río Negro activó este jueves un estado de alerta máximo. El gobernador Alberto Weretilneck firmó el decreto 1104/25, que declara la emergencia ígnea por un año en todo el territorio provincial. La medida apunta a reforzar la prevención y acelerar la respuesta ante un riesgo extremo de incendios forestales.
La declaración de emergencia prohíbe estrictamente hacer fuego al aire libre en balnearios, campings, complejos turísticos, establecimientos rurales y predios recreativos. Los concesionarios de estos espacios deberán extremar medidas de vigilancia y prevención, con multas severas para quienes incumplan la norma.
El decreto también instruye a iniciar de inmediato acciones penales y patrimoniales contra quienes provoquen incendios, ya sea por negligencia o intencionalidad. El texto subraya que la mayoría de los focos ígneos tienen origen humano y generan daños ambientales, sociales y económicos de enorme alcance.
Un escenario climático crítico
La emergencia se sostiene en la combinación de factores climáticos extremos que anticipan una temporada estival de alto riesgo: temperaturas elevadas, fuertes vientos, escasas precipitaciones y vegetación seca. A ello se suma el mayor movimiento de personas en zonas sensibles durante primavera y verano.
El decreto habilita mecanismos administrativos y financieros especiales para sostener operativos prolongados, reforzar brigadas y movilizar recursos con rapidez. La provincia busca evitar la repetición de episodios recientes que afectaron vidas humanas, infraestructura, áreas naturales y actividades productivas en Río Negro y regiones vecinas.
Antecedentes que alertan y una respuesta inmediata
La experiencia de los últimos años dejó un registro doloroso de incendios de gran magnitud en la Patagonia. Ese antecedente cercano impulsó la decisión del gobierno provincial de actuar de manera anticipada. Con la emergencia vigente, la prevención se convierte en política central para atravesar una estación que será especialmente desafiante.