La Justicia sospecha que los otros dos jueces sabían del documental de Makintach
La Fiscalía y las querellas apuntan a que no solo Makintach, sino también los jueces Savarino y Di Tomasso, habrían estado al tanto del proyecto audiovisual “Justicia Divina”, lo que agrava la crisis institucional en el proceso por la muerte de Diego Maradona.
La Justicia sospecha que los otros dos jueces sabían del documental de Makintach
El escándalo que envuelve al juicio por la muerte de Diego Maradona avanza hacia un nuevo nivel. No solo se investiga a la jueza Julieta Makintach por haber autorizado un documental durante las audiencias, sino que ahora la Fiscalía y las querellas sospechan que los magistrados Maximiliano Savarino y Verónica Di Tomasso también podrían haber estado al tanto del proyecto “Justicia Divina”.
El detonante fue el hallazgo de múltiples pruebas —videos, guiones y trailer— que demostraron que Makintach permitió filmar dentro del tribunal sin autorización oficial.
En una audiencia clave, se proyectó un video en el que la jueza admitía: “me pareció que este juicio merecía […] que el Poder Judicial le rindiera cuenta de su trabajo”. A raíz de ello, fue recusada y el juicio contra siete miembros del equipo médico fue anulado el pasado 29 de mayo.
Makintach enfrenta una causa penal.
Sospechas de complicidad en el tribunal
Este lunes, la abogada Silvina Fernández Rosarno pidió investigar no solo a Makintach, sino también “a otros actores del Poder Judicial”, sosteniendo que no fue un episodio aislado. “Para que una jueza sola permitiera filmar dentro del tribunal no alcanza. Acá hay más de una persona involucrada”, expresó.
Las sospechas sobre Savarino y Di Tomasso radican en que, como miembros del mismo tribunal, debían haber alertado sobre la irregularidad. Su silencio ahora genera dudas sobre una posible complicidad. Aunque aún no fueron imputados, su rol está bajo análisis judicial y mediático.
El productor del documental, José María Arnal Ponti, aseguró que la magistrada “conocía el contenido del proyecto y se encontraba absolutamente de acuerdo”, y que la filmación fue “una tarea acordada con ella y autorizada por ella”. El proyecto, valuado en 800 mil dólares, contemplaba seis capítulos narrados desde la perspectiva de Makintach.
Este testimonio refuerza la hipótesis de que la producción no fue clandestina, sino premeditada y avalada desde el interior del Poder Judicial. El contenido del documental, titulado Justicia Divina, no solo pone en crisis la imparcialidad del juicio, sino que compromete los límites éticos entre justicia y espectáculo.
La Justicia sospecha que los otros dos jueces sabían del documental de Makintach. Crédito: Reuters.
Impacto institucional y futuro del proceso
Actualmente, la Justicia provincial analiza si iniciar el juicio desde cero o tomar medidas disciplinarias más severas. El Tribunal Oral en lo Correccional Nº7 ha sido reasignado para continuar con el proceso, mientras Makintach enfrenta una causa penal, un posible jury de enjuiciamiento y la suspensión de su rol docente en la Universidad Austral.
El escándalo ha golpeado con fuerza al sistema judicial argentino. Diversas organizaciones, como el CELS, advirtieron que “no se puede hacer justicia si quienes la imparten utilizan su rol con fines personales o comerciales”.