Janusz Korczak fue un innovador. Médico, periodista y escritor polaco, dedicó toda su vida a la niñez. Nació en 1878 en Varsovia y fue asesinado por los nazis en el campo de exterminio de Treblinka a comienzos de agosto de 1942. Desde comienzos del siglo XX creó hogares para chicos –católicos y judíos- huérfanos de guerra, donde implementó acciones educativas verdaderamente revolucionarias para la época, tales como códigos de convivencia, campamentos, periódicos, programas radiales, formas de autogobierno, trabajo y autosuficiencia colectiva.
Escultura de Janusz Korzak y sus pequeños, a los que consideraba sus hijos, en el Cementerio Judío de Varsovia.Promovió la investigación sobre el desarrollo, la psicología y el diagnóstico educativo de las infancias. Trabajó por la emancipación de niñas y niños, el respeto de sus derechos, alentando su participación en el proceso de sociabilización como manera de prepararse para la vida adulta. Intentaba garantizar una infancia libre de preocupaciones, pero no de responsabilidades y obligaciones. Creía que el niño mismo debía entender y vivir emocionalmente cada situación concreta: experimentarla, sacar sus propias conclusiones y, eventualmente, prevenir las posibles consecuencias. "No hay niños, hay personas" decía.
Cuando los nazis confinaron en el Ghetto de Varsovia a casi medio millón de judíos, organizó un Hogar, en medio de esa terrible situación, para dar cobijo a niñas y niños "de la calle". Con esfuerzo inaudito lo sostuvo hasta que, en una de las acciones nazis liquidadoras y de aniquilamiento, junto a doce docentes y doscientos niños de su Asilo de Huérfanos fue llevado en vagones de ganado a las cámaras de gas de Treblinka. Pudo haber evitado su traslado al campo de exterminio, pero rechazó esa posibilidad porque plantó a los oficiales nazis responsables del criminal operativo estas palabras: "Soy preceptor de los niños y debo acompañarlos".
El poeta Wladyslaw Szlengel –asesinado poco después en el Ghetto de Varsovia- escribió: "Vi a Janusz Korczak caminando hoy, dirigiendo a los niños a la cabeza de la línea. Algunos dijeron que el clima no era triste; estaba bien. Vestían sus mejores guardapolvos y reían (no muy fuerte). Marcharon como calmados héroes a través de la multitud perseguida, de cinco en cinco, bajo una lluvia que titubeaba. Pálidos, temblorosos, vistos desde las alturas, a través de ventanas rotas, con pavor y miedo. Y de vez en cuando, desde lo alto, un extraño gemido escapó, como el lamento de una gaviota rota. El aire, espeso de tensión, vibra con el olor del vodka y las mentiras. Al llegar a la Plaza de los Desplazamientos, identificaron a Janusz Korczak como médico pediatra y le ofrecieron bajarse del tren, pero él se negó; sabiendo que Treblinka era la muerte, se quedó con sus niños y caminó con ellos hacia el final…"
Mary Berg –niña judía norteamericana prisionera en el Ghetto para ser canjeada por prisioneros de guerra alemanes- anotó en su Diario: "(…) Agosto de 1942 – Detrás de las puertas de la prisión, experimentamos todo el terror que se extiende fuera del Ghetto. La Casa de Niños del doctor Janusz Korczak está vacía. Hace unos días todos estábamos en las ventanas y vimos a los alemanes rodeándola. Grupos de niños tomados de la mano, comenzaron a caminar hacia la salida. Había chiquitines de dos o tres años entre ellos, mientras los mayores tendrían tal vez trece. Cada niño llevaba una maletita en la mano. Todos vestían delantales blancos. Caminaban en filas de a dos tranquilos y hasta sonrientes. Al final marchaba el doctor Korczak. Esta triste procesión desapareció en la esquina de las calles Dzielna y Smocza…Así murió uno de los hombres más puros y nobles que hayan vivido. Era el orgullo del Ghetto. Su Casa de Niños nos infundía a todos valor y todos nosotros dábamos alegremente una parte de nuestros escasos medios para sostener ese hogar modelo organizado por ese idealista".
El escritor Aarón Zeitlin dijo que, con el asesinato del doctor Korczak y sus niños, Varsovia perdió el alma. En ese tiempo ya existía en el Ghetto una esperanza. Se había creado el Bloque Antifascista, germen de la Organización Judía de Combate, que enfrentaría a la maquinaria bélica nazi en una tremenda inferioridad de condiciones durante más de cuarenta días –más que naciones como Noruega, Bélgica, Luxemburgo o Países Bajos- en abril de 1943. Fueron estrellas luminosas entre las tinieblas. Para ellos, nuestro homenaje y nuestra tarea, para que ¡Nunca Más!
(*) Directivo del ICUF (Idisher Cultur Farband, Confederación de Cultura Judía en idish). Federación de Entidades Culturales de la Argentina.
Al calor de la lucha antifacista
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