Gustavo J. Vittori
Enojado por un error “administrativo” cometido en su ámbito de competencia, Aníbal Fernández le dedicó ayer a El Litoral una parrafada catártica y gratuitamente ofensiva. El ataque fue lanzado desde su blog y tuvo un mérito y un demérito: lo bueno es que reconoció el error, lo malo es que agredió al mensajero que permitió corregirlo, al menos en el plano administrativo.
Todo comenzó con una noticia de tapa -porque ésa fue la significación que le atribuyó este diario- sobre la reasignación de una partida presupuestaria destinada a la provincia de Santa Fe. Las beneficiarias del cambio eran Santa Cruz y Misiones -de notoria afinidad con el gobierno central- y la perjudicada, Santa Fe. Como la historia viene de lejos, los reflejos periodísticos funcionaron y el hecho fue señalado como un nuevo desmedro para nuestra provincia y otra expresión de desdén por el federalismo que nutre el texto constitucional e integra desde el origen nuestra prédica periodística.
Pero más allá del escarceo generado por el mediático Jefe de Gabinete con teorías al paso sobre supuestas conspiraciones, lo verdaderamente importante es que los 93,1 millones de pesos que le corresponden a la provincia de Santa Fe no han llegado. Entre tanto, la deuda de la Nación con la provincia por compensaciones originadas en la no transferencia de la Caja de Jubilaciones, sigue engordando. Hoy roza los 842 millones de pesos y apunta a los mil. Ésta es la cuestión. El error “administrativo” fue salvado gracias al periodismo, y las sumas transferidas a Santa Cruz y Misiones al final salieron de la caja de la Anses. Pero aquí, como diría Aníbal en su versión gauchesca, el poncho no aparece.

































