Sastre pierde su fábrica de generadores eléctricos y despide a 37 trabajadores
DBT-Cramaco, una firma de capitales españoles y japoneses, que tenía una planta en plena actividad en el Departamento San Martín ahora simplemente importará esos equipos completos y se dedicará apenas a su venta y mantenimiento, con solo 25 personas.
Sastre pierde su fábrica de generadores eléctricos y despide a 37 trabajadores
De productores a importadores. Esa es la síntesis del drama que vive la ciudad de Sastre, en el departamento San Martín, con el cierre de su fábrica de generadores eléctricos de la marca DBT-Cramaco, al que se refirió el senador Esteban Motta: 37 trabajadores despedidos y actividades reducidas a la importación, la comercialización y el servicio de mantenimiento de esos equipos.
En 2018, la empresa de capitales españoles y japoneses del grupo multinacional Himoinsa en Argentina & Cono Sur, era noticia porque desde esa localidad al sur de la provincia de Santa Fe enviaba sus confiables equipos fabricados en su planta de Sastre a recorrer, junto con los competidores de todo el mundo, el rally Dakar con sus 9.000 kilómetros por Perú, Bolivia y la Argentina. Hoy, por sus despidos y el cierre de su actividad productiva.
DBT-Cramaco, la fábrica de Sastre que cerró sus puertas tras casi 80 años
Tras casi 80 años, un cambio de rumbo
El impacto, indicó Motta, modifica sobre el perfil económico de Sastre y esa región: se pierde una industria que pasa a funcionar solo como una ventanilla comercial y de servicios (con bastante menos gente). La firma tiene raíces profundas en la localidad sureña y sus habitantes siempre mencionan que Cramaco es por sumar los apellidos Cranolini, Marcucci y Colac.
"Se ha tomado la decisión de cerrar la planta y ahora la multinacional no los producirá más en Sastre. Los importará enteros desde China. Sólo quedan 25 trabajadores en los servicios de Ingeniería y posventa. Hay 37 familias que perdieron su principal fuente de ingresos", lamentó Motta.
Subrayó que el cierre se debe a la "apertura sin orden, ni planificación" del mercado argentino a las importaciones, con un agravante: "las empresas del sector pueden importar sin aranceles los equipos completos, listos para su venta, pero no pueden importar sin aranceles las partes componentes o los materiales para la fabricación de ese transformador".
Los operarios especializados "quedaron sin trabajo sin previo aviso", y ahora "estamos intentando desde el Ministerio de la Producción y el Ministerio de Trabajo reubicarlos en otras empresas metal mecánicas de la región". Se trata de soldadores y plegadores que tienen una experiencia y capacitación valiosos y "ojalá puedan tomarlos otras industrias".
Motta dijo que es momento de "encender las alarmas" frente a la apertura de la economía. Foto: El Litoral
Comparaciones
De inmediato, Motta comparó el plan de incentivos de la Provincia de Santa Fe a favor de que las empresas que tomen nuevos empleados con descuentos en Ingresos Brutos por los que se puede cubrir la totalidad de esos salarios en 2026 (entre otras medidas que quitan presión fiscal a cambio de crear empleo) con la macroeconomía argentina que estimula la desindustrialización.
Planteó que "los proceso para dotar de mayor eficiencia a las industrias son necesarios, pero entendemos que tenemos que encender las alarmas. La Argentina abre su mercado mientras en el escenario mundial eso no sucede, más cuando vemos que países como los Estados Unidos se cierra y protege a su economía interior", dijo.
Y agregó: "Creo que deberían revisarse algunas posturas que van a impactar de lleno, que impactan ya mismo, en la pérdida de empleos, en la generación de valor agregado y de desarrollo en todo el país. Hoy tenemos un doloroso ejemplo de una industria tradicional del departamento San Martín que era la principal fuente de empleo de la localidad de Sastre, nos solidarizamos con esas familias y comprometemos nuestro apoyo para la reubicación de estos trabajadores".