Ornella Vanoni murió en su domicilio de Milán en la noche del viernes 21 de noviembre de 2025, informaron medios italianos y agencias, tras sufrir un paro cardíaco. Nacida el 22 de septiembre de 1934, la cantante y actriz se convirtió en una de las voces más reconocibles de la música popular italiana y mantuvo actividad artística hasta los últimos años.
Su trayectoria combinó teatro, canción de autor y televisión. Debutó en el teatro milanés bajo la dirección de Giorgio Strehler y rápidamente se volcó a la música, donde construyó un repertorio que incluyó éxitos como L’appuntamento, Domani è un altro giorno, La musica è finita y Tu si’ na cosa grande. Su presencia escénica y su timbre melancólico la hicieron imprescindible en los 60 y70.
Vanoni exploraró estilos diversos: introdujo ritmos brasileños y bossa nova en Italia, colaboró con Vinicius de Moraes y Toquinho y trabajó con figuras internacionales como Herbie Hancock y George Benson. Además, participó en cine y televisión y mantuvo una presencia pública marcada por la ironía y la sinceridad que la hizo popular en programas como Che tempo che fa
Inicio y ascenso
Formada inicialmente en el teatro, Ornella Vanoni debutó en 1956 en Sei personaggi in cerca d’autore de Pirandello, dirigida por Giorgio Strehler, quien fue también su mentor y primer gran amor. Ese primer paso consolidó su formación escénica y la preparó para un tránsito natural hacia la música, donde encontró una voz propia y un estilo interpretativo refinado.
La cantante, en una presentación televisiva de los años 80.En la década de 1960 se impuso en el circuito musical italiano. Participó en el festival de Nápoles y ganó en 1964 con Tu si’ na cosa grande. Su relación artística y sentimental con Gino Paoli influyó en temas como Sapore di sale y Senza fine, y su participación reiterada en el festival de Sanremo terminó por consagrarla como figura central del repertorio italiano.
Durante esos años, la vida personal y la prensa se entrelazaron con la carrera: episodios dramáticos como el intento de suicidio de Paoli en 1963 y el suicidio de Luigi Tenco en 1967 formaron parte de un contexto cultural intenso y conflictivo que marcó a varios protagonistas de la época
Obra, reconocimientos y vida pública
La discografía de Vanoni superó el centenar de referencias: a lo largo de más de siete décadas publicó alrededor de 112 álbumes y recopilatorios. Las cifras de ventas se mueven entre 50 y 65 millones de discos, según distintos relatos, y su repertorio se integró en la banda sonora de varias generaciones.
Vanoni no rehuyó el riesgo artístico: coqueteó con la música disco en los años ochenta, combinó jazz y bossa nova y realizó giras multitudinarias, incluida una exitosa con Gino Paoli. En 1999 fue la primera artista en recibir un premio honorífico en el festival de Sanremo, un reconocimiento a su trayectoria y a su influencia en la canción italiana.
Ornella Vanoni durante uno de sus recitales en Italia.En televisión mantuvo un perfil singular: participó en programas donde hablaba sin guion y mostró un temperamento directo, mordaz y muchas veces surrealista. En 2024 ofreció conciertos en espacios emblemáticos como las Termas de Caracalla en Roma; además, en 2021 publicó Unica, que incluyó el tema Arcobaleno
“Italia pierde a una de sus artistas más originales y refinadas”
Alessandro Giuli, ministro de Cultura
El ministro de Cultura expresó el lamento institucional por su desaparición y otras autoridades también manifestaron homenaje. El presidente de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, señaló que su legado permanecerá grabado en el corazón de todos, según comunicados y reportes de prensa.
La vida privada de Vanoni fue pública y colorista: convivió con amores intensos, entre ellos Strehler y Gino Paoli; se casó en 1960 con el productor Lucio Ardenzi y tuvo un hijo, Cristiano, de quien habló en entrevistas. En distintos pasajes recordó la protección de su padre durante los bombardeos de la guerra y admitió haber atravesado periodos de depresión junto a otros momentos de felicidad.
Su estilo —voz cálida, rizos pelirrojos y una mezcla de sofisticación y riesgo— la consolidó como una de las últimas gigantes de la canción italiana del siglo XX, junto a nombres como Mina y Adriano Celentano. Colaboraciones con artistas como Eros Ramazzotti y Renato Zero ampliaron su influencia más allá de Italia.
Con su muerte, Italia pierde una figura señera de la canción, el teatro y el espectáculo que dejó un repertorio de clásicos, colaboraciones internacionales y un perfil público sin concesiones. El estado actual tras su fallecimiento incluye homenajes institucionales y el recuerdo público de una carrera que abarcó más de siete décadas