“Roblox es el mejor universo virtual para crear, compartir experiencias con amigos y ser cualquier cosa que puedas imaginar”, se “vende” la plataforma de juego online, sin dudas una de las más populares del mundo en su tipo.
Rodrigo Álvarez, especialista santafesino en ciberseguridad, destaca los riesgos que corren los niños que interactúan dentro de esa gigantesca plataforma internacional. Además, brinda algunas recomendaciones para aumentar la seguridad y sugerencias sobre cómo actuar ante algún caso de grooming.

“Roblox es el mejor universo virtual para crear, compartir experiencias con amigos y ser cualquier cosa que puedas imaginar”, se “vende” la plataforma de juego online, sin dudas una de las más populares del mundo en su tipo.
Rodrigo Álvarez, especialista santafesino en ciberseguridad (Tecnólogo y Coordinador de la ONG Argentina Cibersegura) destaca que se trata de una muy buena herramienta didáctica para los niños, porque “enseña mediante lo lúdico a programar y hasta a armar servidores. No obstante, hay que tener cuidado, porque cuenta con una particularidad en su diseño que la hace peligrosa para los más pequeños”.
“La plataforma -agrega- está teniendo una serie de inconvenientes internacionales por cómo está armada para que los usuarios se integren. La juegan pequeños desde muy temprana edad hasta cerca de los 13 años. Tiene un poco de inocencia el juego. El espíritu es construir, generar una comunidad. Después, se puede crear un juego dentro del juego. Es una aplicación que estimula el aprendizaje”.
El experto pone arriba de la mesa algo que sucede en la mayoría de los hogares hoy: “Acá les regalan a los chicos su primer celular cuando cumplen cinco años, o le dan el de papá o mamá. No sé si está bien o mal, pero eso implica riesgos, especialmente si no existe un acompañamiento. Con el niño ‘adentro’ del teléfono, pueden suceder un montón de cosas en el ciberespacio. Roblox es una plataforma en la que muchos acosadores están ‘pescando’ chicos”.
Más adelante, destaca que la privacidad del sistema es bastante buena y plantea de quién es la responsabilidad. “Seguramente, la plataforma tiene su cuota, pero la familia no se puede desligar. Cómo puede ser que pequeños estén jugando solos a las 3 de la mañana, por ejemplo”, pregunta.
“Hoy en sus políticas de uso -añade- la plataforma explica lo que tienen que hacer los jugadores y las familias para evitar riesgos. En seguridad y privacidad, lo mismo. Te explica los controles parentales que podés aplicar. Factores de autenticación. En cuanto a la privacidad, aconseja no utilizar datos personales, no hablar con extraños. Las recomendaciones están ahí, pero quién las lee. Los niños seguro que no, y los padres menos. Muchas veces ni saben a qué está jugando su hijo”.
A la hora de describir dónde radica el mayor peligro de Roblox, explica: “El juego tiene chat propio. Los menores de edad se conectan por ahí. A diferencia de otros juegos, los grupos son privados. Ni siquiera la plataforma puede controlar, en teoría. Eso es muy peligroso, porque la admisión queda en esa comunidad, cada vez que se conecta. Es imposible acceder sin permiso de los que la integran”.
“En el caso de los grupos de pedófilos -profundiza-, buscan contenido por ahí. Para acceder, generalmente piden una prueba, que muchas veces es una foto o un video inéditos de lo que están consumiendo”.
Al especialista no le gusta utilizar la palabra controlar. “La familia debe acompañar al pequeño en el aprendizaje del uso de los juegos, del teléfono. Cuando nosotros éramos chicos íbamos a la plaza y alguien nos cuidaba. Si no eran los padres, eran los abuelos o un hermano mayor. Nos daban consejos de no aceptar caramelos de extraños, ni hablar con ellos. No subir a autos con desconocidos. Ahora, tan importantes como esas recomendaciones son las otras, las que tienen que ver con lo digital”.
“Es crucial que los adultos guíen a sus pequeños en el momento de jugar. Deben interiorizarse. Si se ponen a jugar y les gusta, mejor todavía, así lo entienden mejor y saben hasta qué punto hay peligros o detectar si el consumo del niño es problemático. Muchas veces los padres delegan y dicen: ‘no pasa nada…’, pero tal vez hace siete horas que el nene está jugando”, puntualiza.
Rodrigo Álvarez propone generar “una mediación parental”, en donde se estipule un tiempo de juego, situaciones que el chico tiene que reportar si suceden. El menor debe entender que si pasa algo raro, el adulto lo va a ayudar. Lo peor que puede pasar es que tenga miedo de contar lo que le pasa.
“En caso de encontrar una situación así, debemos tener en cuenta que es un delito. Hay una ley de Grooming desde 2013. Cuando un adulto contacta a un menor de edad por cualquier medio tecnológico, con alguna comunicación de índole sexual, es un delito. Puede ser desde un simple chat, en el que se ponen a hablar de sexo, hasta el envío de videos íntimos”, explica.
Ante una situación de acoso, es muy importante que el adulto no borre los “chats” y tampoco que simule ser el nene para seguir chateando con el acosador. Son actos instintivos, pero terminan siendo errores graves, porque complican la investigación.
“Imaginen la situación. Papá se hace pasar por el menor. Acuerda con el acosador para encontrarse. Cuando lo tiene a mano, lo muele a trompadas. La policía interviene y los lleva detenidos a los dos. El padre se expone a delitos como lesiones leves, graves o gravísimas. Y lo peor de todo es que no se va a poder demostrar el grooming, porque va a ser difícil determinar si el pedófilo chateó con el niño en algún momento o sólo lo hizo con el adulto”, fundamenta el experto.
“En Santa Fe -manifiesta- el Ministerio Público de la Acusación brinda la posibilidad de denunciar online. Si no, se puede llamar telefónicamente a la Central de Emergencias 911. También están los centros territoriales, donde hay abogados que pueden asesorar. Si no, las familias de las víctimas se pueden dirigir a la Comisaría de la Mujer. En mi experiencia, recomiendo la primera opción, la de la web del MPA, y luego ir cuando los fiscales pidan ampliar la denuncia. Entiendo que es lo mejor para evitar la revictimización”.
“Según wired.com, en 2019 Roblox reportó 675 casos sospechosos de explotación sexual infantil ante el National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC). En 2020, esa cifra casi se cuadruplicó a más de 2.200 casos. Para 2024, los reportes superaron los 24.000”, concluye Rodrigo Álvarez para dar idea de la dimensión del riesgo.




