Minella y su apuesta a la “pibada” para recuperar pertenencia perdida
Colón no para de deparar sorpresas, Laborié se sumaría al debut de Paredes y a Marcos Díaz lo separaron del plantel y la dirigencia decide si le rescinden el contrato.
Minella y su apuesta a la “pibada” para recuperar pertenencia perdida
Las últimas semanas tuvieron un vértigo inusitado en Colón. Las dos victorias consecutivas calmaron la impaciencia de la gente, pero la realidad es que la lejanía de los puestos de clasificación no curan la decepción y obligan a no tener más resbalones. Este domingo llega Gimnasia de Mendoza, que perdió en la semana a un técnico (Medrán) con números que no presagiaban el cierre de ciclo pero enseguida sumó a otro (Broggi) que viene a Santa Fe con apenas dos entrenamientos con sus nuevos dirigidos y a tratar de no perderle pisada a la punta. Fue la misma semana en la que Godano y su directiva le dio toda la confianza a Martín Minella para que trabaje sin ese rótulo de “interino” sobre sus espaldas ni tampoco dependiendo de manera exagerada del “partido a partido”. Y fue también la misma semana en la que se tomó la decisión de hacerlo entrenar a Marcos Díaz a contra turno, ya no con el resto de sus compañeros y con la posibilidad de que se acuerde con él la salida de la institución.
Y como si todo esto fuera poco, Minella se encontró otra vez con esa “plaga” que persigue a Colón y que se llama “lesionados”. El Pulga, Gaitán y Castro, que estuvieron en Salta, quedaron descartados para este partido. Y Thaller no se recuperó. A eso se sumó la decisión de no pagar los 35.000 dólares por Tomás Giménez para que ataje. Con ese panorama, Minella debió tomar decisiones:
1) La primera y trascendente, eligió a Tomás Paredes para ocupar el arco y no hubo ninguna chance de que haya un indulto para Marcos Díaz, a quien evidentemente no le creyeron aquellos dolores que motivaron su no participación ante Chaco For Ever, Almirante Brown y Central Norte de Salta. Hoy, está al margen del plantel.
2) La segunda y casi al mismo tiempo de trascendente, decidir que otro pibe debute bajo su mando y es casi un hecho que Lautaro Laborié acompará a Yunis en la dupla de volantes centrales, en lugar de otro Lautaro – Gaitán – al que Minella le dio rodaje por primera vez.
3) Más allá de las lesiones de Thaller y Ortiz, sigue jugándosela por Zahir Ibarra y decidirá entre Negro y Soto para ver quién lo acompaña en la zaga cuando, tranquilamente, podría armarla con estos dos si es que necesita experiencia en ese sector.
4) Sigue dándole pista a Conrado Ibarra teniendo ya a Facundo Castet disponible, quien lo reemplazó en el entretiempo en Salta cuando el pibe Ibarra estaba amonestado y cometió una infracción que podría haber significado su segunda amarilla y el árbitro lo perdonó.
5) Por la salida del Pulga, la decisión se caía de madura y apuesta darle confianza a Lago para ver si puede recuperar el nivel que tuvo el año pasado antes de la lesión, tirándolo por izquierda y liberando a Bernardi para que juegue de media punta, detrás de Gigliotti.
Paredes, Zahir Ibarra, Conrado Ibarra, Yunis y Laborié, cinco chicos surgidos de las inferiores, más otros que se sumarán al banco de suplentes, son la apuesta con ineludible margen de riesgo pero con decisión y convicción, de Minella, para que al equipo no le falte esa pertenencia tan necesaria. Y es la apuesta que generalmente se produce cuando las “papas queman” y el proyecto inicial no funciona. Porque más allá de que en la planificación inicial había un lugar reservado a los “pibes del club” (cosa que el año pasado no pasaba), nadie podía aventurarse a pensar de que se iba a dar de la manera en que, por ejemplo, se viene dando de la mano de Martín Minella y luego del fracaso en los procesos de los técnicos anteriores.
Minella, el técnico que afronta el desafío de levantar el ánimo del plantel sabalero.
Minella podría haber optado por Talpone para reemplazar a Gaitán y hasta parecía lo lógico, más allá de que Talpone no puede recuperar ese nivel parejo y bueno que tuvo el año pasado. Pasó de ser un “relojito” con gran incidencia en lo táctico del equipo, a este jugador que no está corriendo bien la cancha y que se siente inseguro en el manejo de la pelota. O también podría haber optado por Cristian García, la incorporación que hace casi dos meses que está en el club y que no pudo debutar todavía entre los errores u olvidos administrativos y su lesión. Pero se la juega por un pibe como Laborié, esperando y deseando que su respuesta sea la misma que tuvo con Gaitán o con Yunis, a quién él puso en los tres partidos que lleva dirigidos en este lapso.
El proceso no deja de tener su parecido con aquel de la temporada 90-91, cuando también allí se produjo la aparición de jugadores jóvenes ante el fracaso de quienes habían llegado de la mano de Ramón Cabrero. La dirigencia trajo a Reynaldo Volken y le dio vía libre para que juegue con los pibes. Hubo rescisiones de contrato y no terminó bien aquello, porque Colón no clasificó – por única vez – para la fase definitoria. Y fue también la temporada en la que le pasó lo mismo que en esta: tuvo seis derrotas al hilo. Aquella vez aparecieron en escena los Tabisi, Juanjo Ferrer, el Negrito Ortiz, Daniel Mozas, Valli, el Tato Enrique, Chupete Marini y el flaco Correa, entre varios otros que surgieron por aquellos tiempos y fueron – esas apariciones - el producto de una floja campaña. Todavía queda suficiente tiempo, en ésta, para que el final no sea el mismo de esa vez.
11 probables
De Colón para jugar contra Gimnasia de Mendoza este domingo a las 15.40 en el Centenario: Paredes; Bettini, Soto o Negro, Zahir Ibarra y Conrado Ibarra; Yunis y Laborié; Jourdan, Bernardi, Lago; Gigliotti.