Se viene el comienzo de clases y el colectivo ¿cuándo pasa?

“Hace 20 minutos que espero el 4, pasó el 10, pasó el 11, pero del 4 ni noticias”, dijo Roxana, una vecina de barrio Belgrano, parada en la esquina de Aristóbulo del Valle al 6000. Ella debía viajar hacia el centro. “Por suerte no tengo que cumplir horario, sino no sé qué haría”, apunta luego. Y a un costado otra señora agrega: “Esto es de todos los días, hay que tener paciencia”.

Como estas mujeres, cientos de pasajeros que utilizan a diario el servicio de transporte público urbano padecen las demoras en la frecuencia. La gran mayoría son trabajadores o estudiantes que necesitan llegar a tiempo para cumplir con sus obligaciones. Pero últimamente llegan tarde. O para evitar que ello ocurra, deben levantarse más temprano para alcanzar el colectivo a horario y llegar a su destino a tiempo.

En la Plaza del Soldado Argentino era un puñado de gente la que se había agolpado bajo la garita. Al ver a tanta gente junta cualquier chistoso de mal gusto podía acercarse a preguntar qué regalan. Pero el ánimo estaba caldeado como para hacerlo. Ceños fruncidos bajo el sol radiante del mediodía del verano santafesino, madres con bebés en brazos, o con bolsos cargados, con la vista perdida en el fondo de calle San Jerónimo, a la espera de una mole amarilla sobre ruedas, y la lotería de ver qué línea es, a quién le toca. “Esto no se aguanta más”, se quejó Mario, que vive en Centenario.

Espera

A la vuelta de allí, sobre calle 9 de julio, la foto era bastante similar. La muchedumbre en la esquina que forma en la intersección con calle Mendoza con la vista en el fondo de la calle para ver cuándo pasa y cuál es el coche que primero viene. “Tengo como una hora de viaje hasta mi casa, y encima le tengo que agregar la espera”, dijo Leandro, que vive en barrio Santa Rita, en el norte de la ciudad.

“Una hora esperando el colectivo de la línea 8. Una vergüenza”, se quejó Carina, una usuaria. Mientras que otra trabajadora que utiliza esa línea todos los días y se cansó de esperar el coche en la parada, cuando logró tomarlo encaró al chofer y le preguntó ¿qué pasa? Mientras transcurría el viaje con el choche abarrotado de pasajeros, el chofer le contó que “en los últimos meses hubo una reducción de unidades que prestan servicio”, según le dijo esta usuaria a El Litoral.

Estos inconvenientes producto de la demora en la frecuencia pueden llegar a agravarse en pocos días con el incremento de la demanda de pasajeros producto del inicio del ciclo lectivo. El sistema de transporte urbano goza de precariedad. Y su futuro es incierto.

Intimaciones

Desde el área de Movilidad y Transporte de la Municipalidad confirmaron que hubo quejas de usuarios del transporte público, motivo por el cual desde hace unos días comenzaron a realizar controles sobre las frecuencias de distintas líneas. Así pudieron constatar la situación.

Pese a que los horarios de enero y febrero siempre son reducidos, particularmente desde el lunes pasado notaron una baja en la frecuencia, según confirmaron desde el área de Transporte municipal. Problema al que se le sumó otro: la caída del sistema de seguimiento satelital que prestaba la empresa Efisat, por un hackeo a su sistema (ver Sistema hackeado).

También pudieron constatar desde el Municipio que hay líneas con mayores demoras que otras. En ese sentido, la línea con más inconvenientes en la frecuencia es la 20, luego la 2, la 9, y en menor medida la 18, detallaron desde Transporte. Por ese motivo, el jueves intimaron a las empresas para que regularicen la situación y el viernes realizaron controles en el servicio.

Mientras las demoras persisten, desde el Municipio aseguran que a partir de marzo el sistema estará funcionando a la perfección para evitar así inconvenientes en el inicio de clases.

Sistema hackeado

El lunes fue hackeado el sistema “¿Cuándo pasa?”, a través del cual los usuarios de colectivos pueden saber el tiempo que resta hasta el arribo de un coche a la parada en la que lo esperan, mediante una aplicación bajada en su celular.

Lo que sucedió fue que un hacker tomó el control de los servidores y encriptó la máquina, explicó la empresa Efisat. Los sistemas ya fueron recuperados pero ahora deben cargar los datos nuevamente para restituir el servicio, lo que demandará una semana. El hackeo afectó también a Rosario y otras ciudades del país.