No son demasiadas las figuras que, dentro la historia del arte, sintetizan con tanta nitidez las contradicciones del siglo XX como Olga Sacharoff.
Pionera del cubismo en la ciudad de Barcelona, vivió entre guerras, migraciones y silencios. Su obra es una ventana a las contradicciones del siglo XX.

No son demasiadas las figuras que, dentro la historia del arte, sintetizan con tanta nitidez las contradicciones del siglo XX como Olga Sacharoff.
Nacida el 28 de mayo de 1889 en Tiflis, actual capital de Georgia, y fallecida en Barcelona en 1967, atravesó guerras mundiales, revoluciones estéticas y desarraigos.
De cada ruptura hizo una obra y en cada exilio adquirió herramientas para pulir su lenguaje pictórico. Hoy es reconocida como una de las principales artistas catalanas, aunque merece mayor visibilidad fuera de Barcelona.
Sacharoff se formó en Bellas Artes y viajó a Múnich en 1910, donde entró en contacto con el expresionismo alemán, experiencia que incidirá en sus trabajos en la plástica.
En esa ciudad conoció también a quien sería su pareja por muchos años, el fotógrafo y pintor Otho Lloyd. Al año siguiente, la pareja se trasladó a París.
Era un momento de cambios en la historia del arte: allí descubrió el cubismo y absorbió influencias de Cézanne, Robert Delaunay, Marie Laurencin y Roger de La Fresnaye.
Como señaló la historiadora Paloma Esteban Leal, "la obra de Sacharoff no se podría explicar sin aludir a las múltiples experiencias vitales de esta mujer en cuyo país de origen, Georgia, conviven tradiciones de Oriente y Occidente".
La Primera Guerra Mundial obligó a Olga y Otho a huir de París. Eligieron España: primero Mallorca, luego Barcelona, ciudad que recibía a artistas exiliados como "un París de segunda mano".
Allí Sacharoff dejó una doble huella: como pintora y como introductora del cubismo. Durante los años '20, sus obras comenzaron a vincularse con temas como el matrimonio y la vida íntima, siempres cargadas de simbolismo y crítica.
A pesar de que vivió separada de Lloyd durante un tiempo, ambos volverían a reunirse en Barcelona en 1939, tras la Guerra Civil y ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial. Allí vivirían hasta el final de sus vidas.
Con el tiempo, Olga dejó atrás las formas radicales del cubismo y el expresionismo para ir a un estilo personal, con animales, paisajes, figuras femeninas y escenas populares.
La crítica Emilia Bolaño explica que "cuando se asentó en Cataluña acabó por volverse más figurativa y costumbrista, con toques de arte naif representando esa tierra y sus costumbres y tipos".
Esta transformación fue una búsqueda de lo esencial, de lo íntimo, una forma de hacer del arte un refugio ante la devastación.
El crítico Miguel Calvo Santos afirmó que Sacharoff es hoy "toda una institución en Barcelona, pero fuera de la ciudad es (muy injustamente) bastante desconocida. Silenciada por décadas, hoy su arte se ha reivindicado como una de las mejores artistas catalanas de la historia".
Como otras mujeres artistas de su tiempo, Sacharoff quedó al margen de los relatos oficiales. En una entrevista de 1964, un periodista le preguntó quiénes eran sus heroínas históricas. Su respuesta fue "No sé".
La investigadora Elina Norandi, en su estudio Tránsitos entre París y Barcelona en la primera mitad del siglo XX, interpretó este silencio o esta falta de una respuesta contundente como una evidencia del "vacío de cánones" femeninos.
"Este vacío provocó una enorme miseria simbólica en sus vidas que intentaron solventar de diferentes maneras, lo cual implicó inevitablemente una prospección interior", subrayó.
Es decir que Sacharoff creó desde el exilio geográfico, pero también desde el exilio simbólico: sin modelos ni genealogías, su arte fue una forma de inventarse un linaje.
Hoy, su nombre figura junto al de Remedios Varo, Norah Borges, Maruja Mallo y María Blanchard, quienes, como ella, debieron abrirse camino en un mundo que no las esperaba.
En palabras de Julián Gállego Serrano y María José Alonso, "sus obras tienen algunas notas de los diferentes movimientos europeos que conoció durante sus viajes hasta 1930, aunque predominan los rasgos naifs".




