De acuerdo con un informe elaborado por el Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresarial y Capital Social (Cenarsecs) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el 72% de las personas consultadas redujo sus gastos personales o familiares en los últimos tres meses, producto de la caída de los ingresos y el aumento de los precios.
De acuerdo con el informe, que se realizó entre el 12 de noviembre y el 12 de diciembre de 2025, dentro del mayoritario grupo de argentinos que admitió haber tenido que reducir sus compras, el 43% de los hogares reconoció haber realizado recortes significativos, mientras que otro 29% admitió reducciones más moderadas. Apenas el 23% aseguró que sus gastos se mantuvieron sin cambios y un 5% afirmó haberlos incrementado.
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“Argentina atravesó una caída generalizada en las ventas minoristas, motivada principalmente por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores”, señala el documento en sus conclusiones, que concluyó que los grupos etarios más afectados fueron las mujeres donde el 76% declaró haber reducido sus gastos, frente al 66% de los varones, probablemente porque son las que administran el presupuesto.
Analizado por nivel de ingresos, las desigualdades también se. Entre los sectores de mayores recursos, identificados como ABC1, solo el 38% manifestó haber recortado gastos. En la clase media, ese porcentaje trepó al 67%, mientras que en los sectores de menores ingresos alcanzó un contundente 82%. El informe remarca que estas cifras reflejan la menor capacidad de maniobra de los hogares más vulnerables frente al encarecimiento del costo de vida.
El trabajo de la UBA señala que los hogares tendieron a concentrar sus gastos en productos esenciales, relegando rubros como indumentaria y librerías, que figuran entre los más afectados por la contracción. Esta tendencia coincide con otros relevamientos sectoriales y con datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que registró una caída interanual del 4,1% en las ventas minoristas de pymes durante noviembre.
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Aun en este contexto adverso, el estudio muestra que persisten ciertos criterios vinculados al consumo responsable. El 75% de los encuestados afirmó considerar aspectos sociales o ambientales al momento de elegir alimentos y bebidas, y casi el 70% manifestó estar dispuesto a pagar un precio más alto por productos sustentables.
El informe concluye que más de uno de cada dos consumidores combina tres factores: conciencia social o ambiental, disposición a pagar un costo extra y antecedentes concretos de compra, incluso en un escenario de fuerte restricción económica.