El pasado 30 de junio, JP Morgan recomendó a los inversionistas en la Argentina que dolaricen sus posiciones. El 10 de Julio, cuando dejó de ofrecer a los bancos Letras Fiscales (Lefi) a muy corto plazo, los bancos tuvieron unos $10 billones de liquidez que presionaron al dólar. El gobierno reaccionó ofreciendo altas tasas: en la última licitación de julio, el Ministerio de Economía tuvo que convalidar hasta un 65% anual para colocar los instrumentos de deuda.
Las tasas de corte (efectiva mensual) en licitaciones de julio se ubicaron en valores como: 4,28% para una LECAP con vencimiento en agosto; 4,02% para una LECAP con vencimiento a fines de agosto; 3,75% para una LECAP con vencimiento en septiembre; 3,51% para una LECAP con vencimiento a fines de septiembre. y 3,55% para una LECAP con vencimiento en octubre.
Todos números muy por encima de la inflación y del dólar futuro ($1400 para fin de año), lo que explica por qué JP MOrgan revirtió su recomendación.
La oposición acusó al gobierno de favorecer el "carry" y enfriar la economía. El gobierno ratificó que su propósito es no convalidar aumentos de precios, y logró en principio revertir en parte los incrementos del dólar, cuya cotización "libre" para personas físicas (las empresas siguen bajo cepo) revirtió en parte los incrementos de hasta 13% en la divisa durante julio.
En el bolsillo de los argentinos de a pie, la mirada está puesta en las góndolas; hasta allí llegan las quejas de la industria por altos costos y las advertencias comerciales de no asfixiar una demanda sin "plan platita".
Las turbulencias ponen a prueba la consistencia del rumbo financiero, y con él del horizonte político. Las embestidas opositoras en el Congreso sobre la política fiscal del gobierno le ponen "ruido" a los mercados; ése es el escenario explica por qué, a pesar de pagar vencimientos sin problemas, el riesgo país que se ubica más de 150 puntos básicos por encima de los mínimos alcanzados en enero.
El riesgo país subió 150 puntos pese al cumplimiento de pagos de la deuda. Foto: ReutersEl techo de la banda
"Hace unos meses que las tasas de interés pasivas son mayores a la inflación del mes, incluso antes de las turbulencias que generara el reemplazo de las Letras Fiscales de Liquidez por otros títulos del Tesoro. ¿Cuánto de este fenómeno se explica por el riesgo político y cuánto por debilidades de la economía argentina?"
En el último reporte de "Indicadores de Coyuntura" de Fiel, Daniel Artana menciona las posibilidades de "un retorno a políticas populistas" recién se despejarían con las presidenciales de 2027. "De hecho, las encuestas disponibles sugieren que el gobierno tiene altas chances de ganar en octubre de 2025 y los mercados habitualmente se adelantan", aclara el analista.
Pero añade que "Las turbulencias en la economía mundial no parecen explicar lo ocurrido. Comparado con el promedio del mes de enero, el riesgo país argentino aumentó alrededor de 20%, mientras que se redujo en Brasil, Colombia, Chile, México y Perú entre 4 y 11%", antes de la última ronda arancelaria de Donald Trump.
El tipo de cambio se acerca al techo de la banda y genera dudas sobre el programa económico. Foto: ArchivoArtana repasa el acuerdo con el FMI, no omite la falta de acumulación de reservas y analiza la "flotación entre bandas" el dólar para personas físicas, como explicación de las altas tasas y de las dudas en el mercado.
Recordó el especialista que "la ambiciosa meta de acumulación de reservas que alcanzaba a más de US$ 80.000 millones a finales de 2030 se lograría por medio del señoreaje; es decir, con el BCRA emitiendo para comprar divisas y al mismo tiempo satisfacer un aumento en la demanda transaccional de dinero. Una acumulación a costo cero para el sector público consolidado.
El costo de las reservas
"Sería deseable -sugiere Artana- que el gobierno iniciara ese camino" de acumulación de reservas. Pero admite que "ello impactará en el tipo de cambio nominal y seguramente el techo de la banda empezará a hacer ruido. Luego de las elecciones habrá que definir qué hacer".
Como opciones ofrece "avanzar hacia una flotación sin bandas con licitaciones programadas para la compra de dólares en el mercado" o "corregir al alza el techo de la banda, lo que a su vez plantea otra definición: si se hace aumentando el ritmo de depreciación mensual o con un salto nominal. Y si se opta por mantener la banda, el techo habría que modificarlo antes de que el tipo de cambio mayorista se acerque a él porque si no se afectará la credibilidad del nuevo techo".
Concluye Artana: "si son necesarias tasas reales tan elevadas para sostener el tipo de cambio dentro de la banda de flotación algo anda mal con el programa. Después de octubre sabremos cuánto aportaba el riesgo político, pero, por las dudas, mejor vayamos pensando cuál debería ser la política monetaria/cambiaria post elecciones".