Por José Luis Pagés Los agentes de la Policía entrerriana buscan nuevamente a Fernanda Aguirre en nuestro medio. Para dar con la desaparecida de San Benito dos viviendas fueron allanadas en Cabaña Leiva. La Comisión de Investigaciones de Paraná también secuestró un vehículo en Edmundo Rosas al 9.800. Las inspecciones domiciliarias arrojaron resultado negativo en cuanto al paradero de la menor. Los procedimientos rozaron a un hombre que años atrás hizo carrera en el mundo prostibulario. Ese hombre purgó condena en Entre Ríos por delitos relacionados con la explotación de mujeres. Pero ahora, el dueño de la casa inspeccionada sostiene que ya no quiere vivir nuevos conflictos con la ley. Así que nada relacionado con Fernanda encontraron los sabuesos en las casas visitadas por sorpresa. Nada nuevo Las versiones que sugieren que Fernanda dejó la costa entrerriana para radicarse en nuestra ciudad no son nuevas. En realidad, desde un primer momento se dijo que ella estaba en nuestra ciudad en compañía de un proxeneta. Si la especie se corresponde con la realidad, Fernanda vive y su regreso a casa depende de la voluntad de quien la retiene. Por contrapartida, están los que sostienen que Fernanda fue asesinada por Miguel Lencina, quien a su vez se mató en prisión. Tampoco faltan los que dicen que Lencina, públicamente incriminado, murió para encubrir la ineficacia u otras culpas del poder. Lo cierto es que la imagen fotográfica de Fernanda desaparecida en San Benito no llegó a manos de la Policía santafesina, sino mucho tiempo después. No llegó la imagen que la presentó primero como una niña de la Primera Comunión. No llegó aquel retrato que mucho más tarde la mostraría como a una preadolescente. Tampoco la última y más reciente, donde Fernanda aparece con rasgos definidos y cierto aire de mujer. El caso Fernanda es ilustrativo de cómo se busca en público lo que en privado no se quiere encontrar. Resulta raro que los pesquisas omitieran buscar en Santa Fe a quien había desaparecido en Paraná. Sobran los ejemplos que refieren el tráfico del que son objeto menores, preadolescentes entre ambas capitales provinciales. Fernanda Aguirre tenía 13 años, cuando el 25 de julio de 2004 fue vista por última vez en San Benito. Desde entonces, se dice que Fernanda fue asesinada por Miguel Lencina, pero en paralelo ha sido buscada en prostíbulos de Entre Ríos, Santiago del Estero y Santa Fe.
































