Los ex directivos de la empresa LAPA, que comenzaron a ser juzgados este miércoles por su conducta negligente en la tragedia en la que murieron 65 personas en 1999, intentarán demostrar que todo ocurrió por un error del piloto y que los eventuales problemas de la firma influyeron en aquel accidente.
"Nosotros no vamos a echarle la culpa a nadie de nada -dijo Jorge Sandro, abogado de cuatro de los directivos-. Toda esta serie de supuestas falencias empresarias presuntamente intencionadas en la acusación no eran tales. Este juicio no debería ser un lugar para cuestionar la política de LAPA".
Los querellantes, sin embargo, abogan por agravar la acusación y convertir el estrago culposo, por el que llegaron a debate -que impone pena de hasta 4 años de cárcel- por la figura de estrago con dolo eventual, que subiría esa cifra a 15 años.
"No queremos que el hilo se corte por lo más delgado y es probable que con el correr del juicio se pase de estrago culposo a estrago con dolo eventual. Habrá que ver qué pasa", advirtió el abogado Cesar Quesada, representante de los pilotos.
Los abogados expresaron las estrategias de lo que será un juicio largo, mientras 65 sillas blancas habían sido colocadas en la entrada de los tribunales federales con los nombres de cada una de las víctimas.
Las sillas enmarcaron el inicio del debate contra cinco ex directivos de LAPA y dos ex funcionarios de la Fuerza Aérea para saber si fueron o no responsables una conducta negligente que derivó en el accidente ocurrido hace ocho años.
Por lo pronto, dos horas más tarde de lo anunciado, el Tribunal Oral Federal 5 inició el debate pidiendo a los acusados conocerlos mientras leían sus nombres.
Fue así que, de a uno, fueron levantando la mano el presidente de LAPA, Gustavo Deutsch, y su vicepresidente Ronald Boyd; luego lo hicieron los ex empleados jerárquicos Fabián Chionetti, Nora Arzeno, Valerio Diehl y Gabriel María Borsani.
También lo hicieron los acusados por la Fuerza Aérea: el ex director de Habilitaciones de Regiones Aéreas, comodoro Damián Peterson, y el ex titular del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial, comodoro Diego Lentino.
"Ahora se va a leer el auto de elevación a juicio, les pido que presten atención", dijo el juez Leopoldo Bruglia, que preside la audiencia con sus colegas María Cristina San Martino y Jorge Gorini.
Formalizó así la difusión de las acusaciones que escribió el fiscal Carlos Rívolo, quien investigó el caso y colabora con sus pares de juicio, Ernesto Rizzi, quien llegó en sillas de rueda, y Pablo Bertuzzi.
Del otro lado del vidrio que separaba la sala de audiencias del público estaban unos treinta familiares de las víctimas, que llegaron desde Córdoba para presenciar las audiencias, y varios sobrevivientes que, tras decenas de operaciones, deberán declarar como testigos en breve.
Tuvieron incluso un entredicho con un hombre de gran porte que llegó junto a Deutsch y que, sospechan, era su custodio.
Pasado el mediodía, jueces, acusados y familiares comenzaron a revivir los pormenores que rodearon al vuelo 3.142 de LAPA, que en la noche del 31 de agosto de 1999 tenía previsto salir rumbo a Córdoba desde aeroparque metropolitano, con 95 pasajeros y 5 tripulantes, cuando los "flaps" que debían ponerse en funciones nunca se activaron.
La nave, fuera de control, salió de la pista, rompió la reja, cruzó la avenida Costanera, arrastró vehículos y una parada de colectivos y se incrustó contra el talud de arena de una cancha de golf, donde se prendió fuego.
Para encontrar las razones de esa situación, lo primero en lo que se hizo hincapié fue en el diálogo del piloto Gustavo Weigel y su copiloto, Luis Etcheverry (fallecidos en el siniestro), cuando posicionaban la aeronave para el despegue en medio de un clima "festivo", cruzando "comentarios graciosos y soeces", y preparaban el mate.
Al escuchar una alarma de configuración de despegue, Etcheverry preguntó: "Qué es eso, qué mierda pasa", pero su jefe le respondió: "No sé qué carajo pasa, viejo, pero está todo bien".
Para la Fiscalía, ninguno de los dos estaba en condiciones de volar ("un copiloto inexperto" y "un comandante históricamente errante prepararon el terreno para que esto sucediera"), pero además hubo "co-causas" que fueron "contribuyentes y determinante" en este caso.
"El legajo de Weigel era pupérrimo" expresó el fiscal en el texto leído por secretaría, y señaló que el comandante obtuvo muy bajas calificaciones en los exámenes de vuelos, lo que demostraba las graves falencias en la empresa áerea,
A esas falencias, la fiscalía agregó que en LAPA existía una "conducta empresarial absolutamente endeble en principios básicos como la seguridad en vuelo" de parte de los directivos “y que como consecuencia ineludible tuvo su manifestación negligente en el puntual acontecimiento que el comandante Weigel y el copiloto Etcheverry estuvieran al comando de una aeronave de esa empresa con el resultado precedentemente narrado el 31 de agosto de 1999", se enfatizó.
En ese marco se informó que el manual de operación de aeronaves de LAPA, que resume toda la información de la empresa, la tripulación, las rutas y las políticas de aeronavegación no estaba aprobado al momento de producirse el accidente del vuelo 3142 del Boeing 737/200.
Sin embargo, por la secretaría del tribunal se informó que en un allanamiento al Comando de Operaciones Aéreas, durante la investigación judicial, se halló un manual del 5 de Mayo de 1997, más de dos años antes de la tragedia.
Fuente: DyN - Telam
































