Las hamacas de Firmat no se mueven por factores físicos

“No hay ningún elemento básico proveniente del electromagnetismo, corriente galvánica, fuerzas eólicas, corrientes isotérmicas, que ocasionen los movimientos de las hamacas en cuestión”. Así concluye el informe realizado por el grupo Visión Ovni que fue entregado ayer al intendente Carlos Torres, quien autorizó las tareas que se llevaron adelante.

El trabajo -efectuado por el Area Pericial Visión Ovni- señala que se llegó a esa síntesis “luego de analizar profundamente las pruebas recabadas con las mediciones técnicas, como así también en las filmaciones, fotografías y sonidos”, pero no asegura que se trate de cuestiones sobrenaturales o paranormales y deja abierto el interrogante sobre los verdaderos motivos del fenómeno que todavía mantiene en vilo a los firmatenses y genera gran curiosidad en todo el país.

Cuando el pasado 8 de setiembre los investigadores Daniel Szauter, Pedro Olivera y Daniel Valverdi desembarcaron en esta ciudad sólo pudieron observar el movimiento de una hamaca mientras otras dos ubicadas a ambos lados en el mismo columpio permanecían estáticas.

Monitoreo

Además de las mediaciones técnicas utilizando equipos de última generación, los investigadores recabaron testimonios y efectuaron un monitoreo del a través de video digital con dos cámaras durante 21 horas mientras tomaban fotografías y sonido. “En ese material no se halló ningún elemento ajeno a la propia estructura que conforma el juego de las hamacas”, se consigna en el informe.

El informe da por tierra que las hamacas se muevan por la influencia de algún campo magnético o por el viento, como algunos presumían. También descarta que “haya una corriente de aire cálido que pueda producir un efecto envolvente que sea causal del movimiento” y que haya diferencias en las muestras extraídas del terreno dentro y fuera del perímetro de las hamacas.

Acerca del informe, Torres dijo que “aporta datos técnicos importantes porque al medir algunas variables físicas como el viento, la temperatura, el estado del suelo, las ondas electromagnéticas y las corrientes galvánicas descarta que influyan en las hamacas”.

Significativo

En ese sentido subrayó que “las mediciones se hicieron en distintos horarios y no siempre coincide que cuando hay más viento la hamaca se mueven más, que es un elemento significativo”.

“Lo mismo ocurre -agregó- con el terreno, donde no aparecen diferencias entre el piso que está bajo las hamaca y el resto del predio y tampoco hay influencia de ondas electromagnéticas, contrariando lo que algunos decían porque a pocos metros hay instalada una antena de telefonía celular. Tampoco hubo datos que sean relevantes en las mediciones de sonidos e imágenes”.

Torres también dijo que “siempre existe la posibilidad de convocar a profesionales o técnicos que quieran estudiar en profundidad el tema, aunque desde el punto de vista del grupo que hizo la investigación está descartado que haya un fenómeno físico que mueva a las hamacas”.

No obstante que no se haya detectado ninguna variante física, para el intendente “no significa que no exista explicación o estemos en presencia de un fenómeno sobrenatural o paranormal. Esta no es la última palabra y tal vez sea necesario medir de otra forma o recurrir a otras variables que no se tuvieron en cuenta”.

Preocupación

“La única preocupación que tengo es que esto aliente especulaciones o argumentos de poca monta por parte inescrupulosos. Nosotros simplemente quisimos buscar una explicación racional aunque por ahora no lo logramos. Pero de ninguna manera perseguimos algún interés publicitario o de índole turístico”, remarcó.

El misterio de las hamacas comenzó hace un tiempo cuando comenzó mecerse sola la ubicada a un costado mientras las dos restantes estaban estáticas. Luego se movió la del medio y tras ser robada y luego repuesta por la Municipalidad comenzó a oscilar la del otro costado y los pocos días la nueva. Pero la mayor sorpresa fue que a las pocas semanas de comenzado el estudio por las causas del fenómeno empezaron a moverse las tres al mismo tiempo.

Gustavo Orellano / La Capital