Por Sergio Ferrer-Ariel Durán
María Rosario Feuillet es licenciada en Antropología y arqueóloga; desde hace cinco años lleva adelante y dirige el proyecto denominado ``El uso del espacio en la cuenca inferior del río Salado'', vinculado, justamente, al estudio de la utilización de la costa por parte de sociedades prehispánicas, con una antigüedad promedio, como mínimo, de 800 años antes del presente y, como máximo, 2.000. Se trata de un proyecto del Departamento de Posgrado de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Feuillet, becada por el Conicet para desarrollar este tema, cuenta con la colaboración de los licenciados Diego Casal y Sandra Escudero, más un grupo de estudiantes de la UNR, compuesto por Leticia Campagnolo, Julieta Sartori, Emilce Llacsa, Fernanda Bruzoni y Santiago Deluca, a los que se suma la museóloga María Belén Colasurdo.
Seis cráneos expuestos
Sobre el hallazgo producido a la altura de Roverano al 300, en Santo Tomé, Feuillet opinó: ``Los restos quedaron expuestos por las lluvias intensas que hubo durante las dos últimas semanas; de todas maneras, nosotros ya habíamos trabajado en esta zona, a escasos 200 metros de este lugar, puesto que, a partir de prospecciones arqueológicas, habíamos divisado materiales cerca de la costa del río.
``Arbitrariamente, elegimos un sector en el que consideramos que había más posibilidades de encontrar materiales y, entonces, comenzamos las excavaciones. Así hallamos restos de cerámicas que son fragmentos de las vasijas que se utilizaban para cocinar, almacenar alimentos y transportar agua, a la vez que también encontramos lo que llamamos restos lípicos, que son pequeñas láminas de rocas, producto del deshecho de la manufactura de distintas herramientas'', explicó luego.
A su vez, aclaró que el 30 de marzo pasado, los vecinos del barrio avisaron sobre el hallazgo de vasijas de cerámicas en los patios de sus casas; al día siguiente, ella y su grupo se apercibieron en el lugar. ``Cuando llegamos, nos encontramos con que, en realidad, estábamos frente a la presencia de seis cráneos humanos expuestos, con lo cual avisamos inmediatamente al director del Museo Municipal Andrés Roverano, Ernesto Grenón, para iniciar las tareas de excavación y de rescate de estos materiales'', siguió Feuillet.
Grupos nómades organizados
``Todas estas sociedades eran grupos nómades, pero con una movilidad reducida; no se desplazaban continuamente de un lado al otro, sino que llegaban a tener seis campamentos por año, lo que podía tener que ver con los períodos climáticos, las bajantes y las crecientes del río. Además, no dejaban _por así decirlo_ a sus muertos a la deriva. Existía en ellos un tratamiento en especial de la muerte; los cuerpos están todos dispuestos en una misma dirección y respetando un patrón de enterramiento, en este caso, noreste-sudoeste; incluso, están extendidos y con la cabeza de costado, por lo que se encuentran de perfil'', agregó.
``También hemos hallado paquetes funerarios, equivalentes a las reducciones que se hacen hoy en día en los cementerios'', citó después Feuillet.
``Si alguien moría fuera de este campamento en el que estamos trabajando, se lo enterraba en el lugar en el que estaban. No obstante, al momento de volver, se lo desenterraba y se lo traía en bolsas de cuero pintadas de rojo o atados en fardos funerarios, porque este lugar tenía un significado especial para ellos.
Pero, lamentablemente, al mismo no lo podemos saber porque no hay registros escritos de dicha época; la única manera de abordar el pasado y la historia de estos grupos es a través de determinados estudios; por eso, este hallazgo no solamente tiene su significado por la antigüedad, sino porque son los primeros datos concretos y la primera información completa que vamos a estar manejando para poder reconstruir la historia prehispánica de la región'', completó.
Análisis de laboratorio
``Puede ser que estén emparentados o no'', opinó la arqueóloga sobre los miembros del grupo encontrado; pero eso, ``hasta que no hagamos análisis de ADN mitocondrial no lo podemos determinar'', manifestó luego. ``En laboratorio, una vez que los materiales óseos están totalmente limpios -porque se los retira con panes de tierra para preservar su integridad-, y se practiquen los procesos de consolidación y conservación, se podrá determinar en los esqueletos el sexo, la edad al momento de la muerte y hasta posibles patologías que hayan tenido en vida'', afirmó.
``Hay algunas enfermedades que dejan marcas en los huesos, no únicamente las quebraduras; lo que se conoce como estrés nutricional o falta de alimentos en algún período, se puede observar en los dientes; esos estudios los hacemos nosotros como equipo de investigación; lo único que se hace en el exterior -en Estados Unidos, por ejemplo- son los análisis de aceleración de partículas isotopofestables, estudios específicos químicos que en el país no se están realizando'', señaló.
Con respecto a los distintos materiales (esqueletos, huesos de fauna, cerámica e instrumentos de roca), aclaró: ``Cada uno de nosotros tiene su especialidad; todo se va analizando y luego se unen los datos, para poder inferir el modo de vida en el pasado y cómo era su estructura social y económica''. Igualmente, en cuanto a la presunción de la antigüedad de los restos óseos encontrados, Feuillet explicó que la edad puede ser determinada a través del denominado AMS (aceleración de partículas) o también por carbono 14; ambos son métodos de datación que sirven para medir o datar cualquier cosa que haya estado viva.
Financiamiento y aportes
El trabajo de María Rosario Feuillet y su grupo es financiado por la Fundación Arqueológica del Litoral. Además, el Bloque de Concejales de la UCR de Santo Tomé ayuda con la comida del contingente, mientras esté trabajando en nuestra ciudad, y Eduardo Juan Errante ha colaborado con la provisión de luz, la guardia policial y demás. El destino final de las piezas será el Museo de Historia Andrés Roverano, de común acuerdo con lo estipulado por la ley nacional 25.743 (Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico), por la cual, todo lo hallado arqueológicamente, tanto las provincias como los municipios pasan a ser los encargados de su resguardo y preservación.
Patrones de comportamiento
``Podríamos enviar uno de los esqueletos expuestos aquí y nos da una antigüedad de 950 años, pero el que está a medio metro nos da 1050; ello responde a que no necesariamente han muerto todos juntos o que sean familiares, sino que está relacionado con el uso del espacio considerado por esta sociedad como un lugar con alguna significación muy especial'', destacó María Rosario Feuillet, quien empezó con las excavaciones el 31 de marzo último. ``Puede haber parientes o no; este mismo sitio pudo haber estado en uso durante 300 años por el mismo grupo o por otros; los análisis que vamos a llevar en adelante son los que nos orientarán hacia nuestras conclusiones'', agregó.
``El hecho de descartar, a priori, que se trate de cadáveres recientes tiene que ver con lo que se encuentra asociado, como los fragmentos cerámicos y los huesos de la fauna de aquel entonces, como ser ciervos de los pantanos, venados de las pampas, nutrias, cuises; hay ausencia de animales como caballos, vacas, gallinas, cerdos, cabras, introducidos oportunamente por los españoles'', reflexionó Feuillet ante una pregunta puntual.
``Por otra parte, la cerámica está hecha con la técnica del rodete, no con torno, que lo introduce el español cuando llega a estas tierras; asimismo hay ausencia de metal, que también se trajo de España'', continuó. ``Además, hay indicios en la coloración de los huesos y particularmente en los dientes, lo que está hablando de que no son sociedades relativamente modernas, por llamarlo de alguna manera; la salud bucal de ellos era muy buena porque no comían hidratos de carbono -harinas-, que favorecen las caries y no ingerían los alimentos demasiado calientes como lo hacemos hoy en día (los hispanos sí); todo ese conjunto de cosas hace que estemos hablando de sociedades prehispánicas, es decir antes de la llegada de los españoles'', añadió.
``La presunción de la antigüedad está basada en los otros sitios arqueológicos de la provincia de Santa Fe en los que estamos trabajando y en los cuales existen determinados patrones que se mantienen'', acotó. ``Este lugar es el denominado Río Salado-Coronda 2, después están: Río Salado-Coronda 1 (parte de esta misma ocupación); Isleta del Árbol Viejo (cerca de la Cortada de Los Suspiros); Barrio Basualdo, en la localidad de Coronda; Laguna Bedetti, también en Santo Tomé; Pasaje Guido al 4000 (Adelina Este de Santo Tomé) y dos sitios arqueológicos más que no hemos empezado a excavar en las inmediaciones de la laguna de Coronda'', concluyó Feuillet.
































