Luis Rodrigo Diputados y Senadores tomaron la decisión de legislar sobre la vida cotidiana de una parte de las escuelas de la provincia. La prohibición parece destinada sólo a los alumnos, pero también alcanza a los docentes y los no docentes durante los horarios del dictado de clases. El Senado provincial convirtió ayer en ley un proyecto del diputado Santiago Mascheroni (UCR) que prohíbe el uso del teléfono celular, en todos los establecimientos escolares dependientes del Ministerio de Educación santafesino, en los horarios de clases. La Cámara Alta había dado tiempo atrás media sanción a un proyecto idéntico de las senadoras socialistas Marta Nardoni (Garay) y Patricia Sandoz (Rosario). Pero fue justamente el mismo día en que Diputados sancionaba la iniciativa de Mascheroni. Seguramente, el 24 de noviembre de 2005 hubo -paradójicamente- un problema de comunicación entre ambas Cámaras, que se resolvió al tomar el Senado el despacho proveniente de Diputados. El texto de la norma es breve: el primer artículo delimita el alcance de la prohibición, y establece que no se permite cualquiera de los usos de los aparatos de telefonía celular ``o equipos similares cualquiera sea su tecnología''. Marca que todos los actores de la escuela deben abstenerse de pulsar los botones de estos aparatos. Tanto los alumnos, como los docentes y el personal no docente, siempre durante el horario en el que se dictan clases. A continuación, el artículo segundo invita a las municipalidades y comunas a adherir a la norma y finalmente el tercero dice que el Poder Ejecutivo reglamentará la ley dentro de los 60 días siguientes a su promulgación. En el recinto de la Cámara Alta, Nardoni -en tono docente- recordó los problemas de atención que provoca en las aulas el que no se respete esta elemental norma de convivencia. También mencionó que para el sistema educativo resulta difícil oponerse al constante bombardeo publicitario que invita a los chicos a usar el celular. ``La educación de hoy, no es más la educación de los saberes, no es más la escuela que resolvía la demanda de la sociedad enseñando cosas. La educación de hoy forma en competencias, y esto es mucho más complejo, pues la competencia es un saber hacer, con saber y con conciencia. Es decir, incluye saberes, pero incluye además conciencia de lo que se está haciendo. Vemos que ha surgido una tecnología de impacto universal y que se vuelve evidente la necesidad de educar en su uso y aprovechamiento. Son dos estratos: el tecnológico (cómo operar la nueva tecnología) y el cultural (cómo usarla con sensatez y responsabilidad)'', sostuvo en los considerandos de su proyecto la senadora Nardoni.
































