Medio millar de documentos incautados al gobierno catalán por las tropas del franquismo al final de la Guerra Civil española (1936-39) se encuentran desde este martes en el Archivo Nacional de Cataluña y en las próximas semanas serán expuestos al público. Los documentos incautados por las tropas de Franco al término del conflicto se encuentran desde este martes en el Archivo Nacional de Cataluña, de Sant Cugat (Barcelona), que ya alberga documentos de los siglos XI y XX. Con su llegada a Barcelona, los denominados ``papeles de Salamanca'', concluye un largo recorrido desde que el Ministerio de Cultura dio cumplimiento el 19 de enero pasado a la Ley de Restitución de los documentos incautados en Cataluña que se encontraban en el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca (oeste). Estos archivos llegaron a Barcelona luego de que, el jueves pasado, la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, autorizara el traslado de los legajos que estuvieron seis días retenidos en Madrid. En una medida inusual, la Audiencia paralizó el 20 de enero el traslado a Cataluña de las 500 cajas con los documentos de Salamanca, en respuesta a una petición de bloqueo cautelar presentada por el Ayuntamiento de Salamanca, controlado por el opositor Partido Popular (PP, derecha), férreo opositor a la devolución de esos documentos. Durante muchos años, la Generalitat exigió la devolución de los papeles catalanes expoliados por las tropas franquistas durante la Guerra Civil. El PP fue el único partido que se opuso en el Parlamento a la restitución del archivo al gobierno de la Generalitat de Cataluña. La alcaldía salmantina juntó firmas ``para impedir que se desmembraran los fondos'' del archivo, organizó manifestaciones en contra de la decisión gubernamental y no facilitó la salida de los papeles, que fueron sacados del Archivo a las seis de la mañana. Pero desde primera hora del martes, las 500 cajas, que fueron trasladadas de Madrid a Barcelona durante la noche, se encuentran en la sede de la localidad barcelonesa de Sant Cugat del Vallés del Archivo Nacional de Cataluña. En Salamanca estaban los papeles de partidos políticos, sindicatos y ayuntamientos catalanes de la época de la Generalitat de la República, con unos tres millones de fichas y más de 300.000 expedientes de miles de ciudadanos afiliados a un sindicato o un partido político, que se habían pronunciado a favor de la República o eran masones. Es el archivo de la represión franquista contra quienes perdieron la guerra, de gente corriente, porque los grandes personajes ya habían salido al exilio o habían sido fusilados o depurados, según el director del museo salmantino, Pedro Jaramillo. A partir de junio de 1937, las tropas de Franco, requisaban cuanto documento encontraban en las sedes de los partidos políticos, sindicatos, casas del pueblo, asociaciones y organismos de la República a medida que iban conquistando territorios republicanos. La documentación requisada acabó en Salamanca que entonces era la sede del Ejército franquista y capital de la España sublevada. Sin embargo, no se llevaron archivos completos, sino documentos o fragmentos seleccionados que iban desde actas judiciales a fichas de partidos políticos y numerosos documentos privados que se requisaban en domicilios particulares. ``Se ha hecho justicia'', sostuvo el martes en rueda de prensa la consejera de Cultura catalana, Caterina Mieras, antes de subrayar que ni durante la restitución ni en el traslado existió ``la imagen de vencedores ni vencidos''. ``Todo está a punto'' para exponer los legajos, anticipó Mieras, asegurando que ``lo antes posible'' se instalará una exposición itinerante en el Palau Moja de Barcelona. AFP
































