Sábado 29.6.2019
/Última actualización 12:03
El grupo de música infantil Canticuénticos celebrará sus diez años de vida a través de una serie de presentaciones. En la ciudad de Santa Fe, serán en el Teatro Municipal (San Martín 2020) los días lunes 8 y martes 9 de Julio, a partir de las 15. Ruth Hillar, integrante del grupo desde los comienzos, sostuvo en una charla con El Litoral que la propuesta se pudo mantener viva a lo largo del tiempo sobre todo por un público leal, ansioso de acceder a las nuevas canciones, videos y libros.
—Ustedes cuando arrancaron se habían planteado un objetivo: a través de las composiciones propias, realizar un aporte al cancionero infantil. ¿Sienten que lo lograron?
—Es linda pregunta. La verdad es que si miramos para atrás, vemos que realmente hemos hecho mucho en ese sentido. No sé si decir que lo logramos, pero sí que seguimos caminando hacia ese objetivo. ¿Viste que uno siempre camina, pero ve que adonde quiere llegar está siempre un poquito más allá? Eso sentimos con Canticuénticos. Pero vemos que es el camino que nos habíamos planteado, esto de hacer un aporte, seguir trabajando sobre nuestros ritmos. Y estirando las fronteras para ver hasta dónde se puede buscar dentro de las temáticas para niños.
—Hablabas de extender las fronteras. Eso se vio en parte en el último año, cuando realizaron trabajos como “Juntes hay que jugar” y “Hay secretos”, donde ampliaron las temáticas del grupo hacia temáticas como la inclusión y la prevención del abuso infantil.
—Creo que fue un camino que fuimos haciendo de a poco, pero que en este último disco, “Por qué, Por qué”, el concepto tiene que ver con preguntarnos acerca de temáticas que por ahí no son las más habituales en la música para chicos. Y cuestionar cantando, este mundo difícil, donde la violencia siempre recae sobre los más débiles, que son los niños y las niñas. Esta violencia que nosotros creemos que, desde el arte, podemos ayudar a cambiar. El tema del abuso fue muy difícil de poner en música y palabras, pero ya está dando resultados. Esa es la mejor respuesta que podemos tener. Muchas mamás, papás, docentes, psicólogos, psicólogas nos dicen que nenes y nenas se animaron a hablar después de escuchar la canción, y principalmente desde que está en nuestro formato audiovisual con el video maravilloso que han hecho desde Bichofeo Estudios, que creemos que acompaña y potencia el mensaje de una manera muy acertada. Esta canción nos ha dado una satisfacción muy grande.
—¿Considerás que, más allá de Canticuénticos, hay una maduración de la canción infantil en cuanto a la incorporación de temáticas nuevas?
—Totalmente. Nos parece que en el arte para niños, en las últimas décadas, hubo un gran movimiento para sacarlo de esa especie de corral de la infancia. Me gusta citar esta imagen que es de Graciela Montes. Ese corralito en el cual todo tiene que ser con diminutivos, hablando de animalitos, con temáticas demasiado simples y poco imaginativas. Como para cuidarlos excesivamente, cuando el mundo en verdad no los está cuidando. Debemos, como artistas, hacernos cargo de eso y ofrecer propuestas más realistas, que les canten y les cuenten a los nenes y nenas que están en este mundo difícil y a los que quisiéramos poder acompañar y contener con amor y respeto. Creemos que la música para chicos alternativa, que surge dentro de proyectos que no tienen la mirada comercial como primer objetivo, va por caminos de mucha más búsqueda. De todas maneras, lo que más se consume, lamentablemente, es música pensada desde un lugar muy comercial. Por eso con Canticuénticos nos gusta pensar que, con este nivel de masividad que estamos teniendo, de alguna manera le estamos disputando un poco el espacio a estos proyectos que buscan sólo entretener.
—Es cierto lo que decís, pero ustedes lograron el sostenimiento en el tiempo. Hay muchas canciones que se siguen buscando, cantando, compartiendo. Lo cual rompe con la lógica del hit.
—Lo que creo es que el público, cuando elige por sí mismo, después es muy fiel a sus elecciones. Nosotros sentimos que tenemos un público que está esperando nuevas canciones, videos y libros. Hay chicos que empezaron a escucharnos hace diez años, cuando tenían cuatro o cinco años; ahora son adolescentes y nos siguen escribiendo que les gustan las canciones. El otro día recibimos un mensaje de una mamá muy jovencita que nos contó que escuchaba nuestras canciones cuando era chica, a los 8 años, y que ahora a los 18 las estaba compartiendo con su bebé. Creo que nuestro público trasciende esta cuestión de dejarse influenciar tan fácilmente por los hits.
—En esto habrán tenido mucho que ver los docentes y el hecho de que hayan llevado la música de Canticuénticos al aula.
—Los docentes fueron los que primero promovieron nuestro trabajo, desde el primer disco. Encontraron en la propuesta algo que les interesó, que quisieron compartir en el aula con sus alumnos. Una música que usaron transversalmente para muchas materias y proyectos educativos. Siempre estuvieron a nuestro lado. Fueron grandes comunicadores de nuestro trabajo.
—Muchos de los integrantes del grupo son docentes. ¿Influye esa formación en el formato de trabajo?
—Influye nuestra experiencia como docentes y nuestra experiencia como mamás, papás, tías y tíos. Tratamos de generar empatía con el mundo infantil, y también de bucear en nuestro interior y reencontrarnos con los niños que fuimos y que de alguna manera todavía seguimos siendo.
—No debe ser tarea fácil.
—Uno se acostumbra cada vez más, sobre todo en el escenario, donde se juega mucho. Estamos muy pendientes de lo que pasa con el público. Uno va haciendo cada vez más fácil esto de meterse para adentro, volver a ser un poco niño, un poco niña, y sacar algo que le gustaría decirles a los niños y niñas de ahora. Otra cosa que es muy importante es poder volver a tener la mirada asombrada, esa curiosidad, esa manera de ver el mundo, como si fuera siempre nuevo, que tienen los niños. Si los adultos nos ponemos estos anteojos, podemos ver un montón de cosas que por la rutina dejamos de ver. Creo que con Canticuénticos aprendimos a usar esos anteojos a la hora de componer y de pensar como montar un espectáculo. Y eso nos acerca más a la infancia.
—¿Cómo están pensando estos festejos por los 10 años?
—En realidad son festejos tranquilitos. No vamos a hacer una gran fiesta. Sí una temporada a la que llamamos ‘diez años de música’, que es un raconto de canciones de nuestra historia. Y esto también de decir: “Acá estamos, pasaron diez años y seguimos pensando a ver qué más podemos ofrecer a nuestros niños y niñas para acompañarlos en este camino de la infancia que es difícil, pero que tiene todas las posibilidades de imaginar, crear, preguntar y generar cambios positivos.
Los integrantes de Canticuénticos tienen varios proyectos en vista. Actualmente realizan la grabación de las primeras canciones para un quinto disco. “Una de las canciones se llama ‘Vamos a plantar’ y habla de la deforestación y lo que podemos hacer para cuidar más nuestro planeta. Estamos trabajando con la Fundación Bosque Nativo y en septiembre vamos a plantar árboles en dos instituciones de Santa Fe para hacer más verde el planeta”, adelantó Ruth Hillar. A la vez, está por salir el sexto libro de la colección “Canticuénticos en papel” sobre la canción “Hay secretos”, un recurso para trabajar en la ESI. “Y siguen los proyectos. Por eso, lo que vamos a pedir al soplar las 10 velitas, seguramente será disfrutar de muchos años más haciendo esto que tanto nos gusta y cantando el deseo de un mundo mejor”, finalizó Hillar.