Misterios ocultos y magia ancestral: el magnetismo del cine de brujería

El próximo jueves 22 de junio estará en las salas “Juego de brujas”. Se trata de una película argentina escrita y dirigida por Fabián Forte, que describe como una joven se verá obligada, a lo largo de una noche, a conocer los secretos de la brujería para enfrentarse y salvar a su hermana. Este film forma parte de una vertiente que abrió desde hace varios años en el cine nacional, relacionada con una apropiación de un género al que no se había recurrido muchas veces en las décadas previas.

Existen varios antecedentes. Cabe destacar “Una luz en la ventana” de Manuel Romero, “Obras maestras del terror” de Enrique Carreras con Narciso Ibáñez Menta, “Nazareno cruz y el lobo” de Leonardo Favio, “La bestia desnuda” de Emilio Vieyra (que explora el subgénero llamado slasher), “Charly, días de sangre” de Carlos Galettini. Y la notable “El extraño caso del hombre y la bestia” de 1951, adaptación argentina de la novela de Stevenson a cargo de Mario Soffici.

Sin embargo, en la última década hubo un reverdecer del terror argentino que indica la existencia de un público ávido de acceder a este tipo de propuestas. No obstante, “Juego de brujas” se introduce en una bifurcación bien concreta del terror, que tiene que ver con la brujería, y que posee características bien concretas: temática sobrenatural, atmósfera misteriosa y oscura, desarrollo de conflictos entre el bien y el mal: Muchas películas sobre brujería exploran el enfrentamiento entre el bien y el mal y apelación a elementos históricos o folclóricos.

Del cine mudo a la bruja de Blair

La película de Fabián Forte se coloca así en una línea que podemos extender hasta hace más de un siglo atrás, cuando se estrenó “Häxan”, película muda sueco-danesa que, desde un estilo documental explora la historia y la percepción de la brujería a lo largo del tiempo. También conocida como “La brujería a través de los tiempos”, es considerada un hito en el cine de temática histórica y de terror.

Muchos años más tarde el maestro italiano Darío Argento tocaría en varias de sus películas el tema de la brujería. La más lograda, de todas formas, es “Suspiria” (1977) que sigue los pasos de una joven bailarina que ingresa a una academia de ballet en Alemania, donde se cometen brutales asesinatos. Al poco tiempo, se da cuenta de que el lugar está está controlado por brujas.

“Las brujas de Eastwick” (1987), dirigida por George Miller, e inspirada en la novela de John Updike, introdujo una variación interesante, en su mezcla de comedia y terror. La historia se encolumna sobre tres mujeres (Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer) que descubren sus poderes de brujería y desatan eventos sobrenaturales en su pequeña ciudad. Uno de los atractivos del filme es la interpretación realizada por Jack Nicholson del diabólico Daryl Van Horne. En una línea similar se ubica “Las brujas” (1990), basada en el libro de Roald Dahl. Dirigida por Nicolas Roeg, posee un magnífico trabajo protagónico de Anjelica Huston.

La vuelta de tuerca que propuso “El proyecto de la bruja de Blair” (1999) marcó toda una línea del cine de terror posterior, relacionada con la mixtura entre “falso documental” y “metraje encontrado”. La premisa es montar el film de manera que parezca una cinta real que se ha perdido al hacerse eco de temas malignos. La película supuso un fenómeno cultural por estos motivos, pero toca tangencialmente la temática que congrega estas líneas, debido a que justamente lo que investigan los estudiantes que supuestamente desaparecen al filmar, es la leyenda de una bruja.

Collages de géneros

En la última década, cabe mencionar algunos hitos vinculados con el subgénero “brujería”. En 2013 se presentó “Las brujas de Zugarramurdi”, de Álex de la Iglesia, con un fuerte tono de comedia negra con el sello de su director. Dos ladrones huyen y, en los bosques impenetrables de Navarra, se topan con una horda de brujas que se alimentan de carne humana.

“The Love Witch” (2016) mezcla hábilmente romance, comedia, terror y melodrama para narrar las tribulaciones de una joven bruja que desea encontrar el amor con conjuros y pociones. Y “Akelarre” (2020) de Pablo Agüero propone una notable exploración por el siglo XVII. En el País Vasco, acusan a un grupo de mujeres de haber generado una ceremonia diabólica. A partir del 22 de junio, la película de Fabián Forte pasará a engrosar esta lista.