Gabriella de Mónaco vivió este miércoles un gran día. La hija de Alberto y Charlène visitó la región de la que es condesa, Carladès, acompañada por sus padres y también por su hermano mellizo, el príncipe Jacques.
Acompañada por sus padres -Alberto y Charlene- y su hermano mellizo, la pequeña condesa de Carladés, de diez años, dijo unas breves palabras en un acto en la localidad francesa y recibió las llaves de la ciudad. ¿Por qué ostenta un título en Francia?

Gabriella de Mónaco vivió este miércoles un gran día. La hija de Alberto y Charlène visitó la región de la que es condesa, Carladès, acompañada por sus padres y también por su hermano mellizo, el príncipe Jacques.
A sus diez años, la princesita ha dejado atrás su carácter abierto y travieso para convertirse en una niña más reservada y prudente, tal y como se pudo ver cuando tomó el micrófono para hablar ante el público.
Esta fue la primera vez que Gabriella se dirigía a un gran número de personas, y como es lógico la timidez se apoderó de ella. Eso sí, logró pronunciar con mucha dulzura la frase que había aprendido para la ocasión: "Bonjour, merci Carladès" (Buenos días, muchas gracias Carladès). Y al terminar lanzó con su mano un beso al público, lo que hizo que le respondieran con aplausos.
La princesa enseguida dio un paso atrás y volvió al regazo de su madre, muy pendiente en todo momento de que Gabriella se sintiera cómoda. Y es que si hay un papel en el que se siente bien Charlène es precisamente en el de madre.
Siempre que está con sus hijos se la ve radiante y contenta, feliz de poder disfrutar con ellos de nuevas experiencias, como esta que vivió la princesita.
Desde su nacimiento, Gabriella ostenta el título de condesa de Carladès y en reconocimiento a ello, la región quiso rendirle homenaje dando su nombre a una plaza: la Plaza Princesa Gabriella.
Además, durante su visita recibió la llave de la ciudad de Vic-sur-Cère, antigua capital del condado, donde aún se conserva una mansión privada de la familia.
Carladès es una región histórica del centro de Francia, conocida por sus paisajes montañosos moldeados por antiguos volcanes y sus valles verdes.
Su vínculo con la familia monegasca se remonta al siglo XVII, cuando en 1643 el rey Luis XIII de Francia concedió a Honoré II de Mónaco el título de conde de Carladès.
Este gesto fue parte de los acuerdos que sellaban la alianza entre Francia y el Principado tras la ruptura con España. Desde entonces, el título de conde o condesa de Carladès ha sido heredado por distintos miembros de la casa Grimaldi.
Para esta visita, la princesa lució un vestido floral de Dolce & Gabana. Confeccionado en seda, se trata de un vestido sin mangas con tirantes drapeados y detalle de lazos en la parte alta, cuerpo y cinturilla de tiro alto drapeadas que dan paso a una falda de largo midi con mucho vuelo.
Lo combinó con unas sandalias de Dior de lona natural con efecto rafia y piel de becerro en color beige.
Por su parte, la princesa Charlène de Mónaco escogió un diseño de Zimmermann. Se trata de un vestido midi, cuello alto y mangas estilo capa con plisado soleil en color marfil y estampado floral en color negro en los hombros, simulando una capa, y en la parte baja de la falda.
Es de la colección primavera/verano 2025, bautizada como ‘Illumination’. Lo combinó con unas sandalias planas de Michael Kors en color negro con puntera triangular y tira en el talón.




