Enfrentamientos militares entre fuerzas de Tailandia y Camboya dejaron un saldo, de momento, de 12 muertos por disputas fronterizas.
Se trata de 11 civiles y un soldado de nacionalidad tailandesa. Ambos gobiernos se acusan mutuamente de iniciar la tensión.

Enfrentamientos militares entre fuerzas de Tailandia y Camboya dejaron un saldo, de momento, de 12 muertos por disputas fronterizas.
Se trata de 11 civiles y un soldado tailandeses víctimas de un intercambio bélico en la provincia de Surin, zona fronteriza disputada por ambos países y que ha sido foco de tensión en 2008, 2011 y registró episodios en las últimas semanas.
Según informó la Policía Real Tailandesa, un cohete impactó una tienda de conveniencia en Ban Nam Yen, a unos 20 kilómetros de la frontera. Tailandia también acusó a tropas camboyanas de disparar dos cohetes BM-21 en un área civil del distrito de Kap Choeng, en la provincia de Surin, donde al menos tres personas resultaron heridas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores tailandés señaló que los ataques contra objetivos civiles se mantuvieron durante toda la jornada. “Estos actos han causado más pérdidas humanas y heridos entre el pueblo tailandés”,
Del lado camboyano, el Ministerio de Defensa indicó previamente que un caza F-16 tailandés arrojó dos bombas sobre una carretera, aunque no informó de víctimas. El ataque aéreo, según Nom Pen, ocurrió cerca del templo Preah Vihear, en una zona donde se desarrollan operaciones militares de ambos bandos.
Horas antes del inicio de las hostilidades, las cuáles cuentan con acusaciones mutuas por “quién tiró la primera piedra”, ambos países habían retirado sus embajadores y expulsado al representante extranjero.
Tailandia cerró sus pasos fronterizos en el noreste con Camboya, retiró a su embajador y expulsó al embajador camboyano el miércoles, en protesta por la explosión de una mina terrestre que hirió a cinco soldados tailandeses. En respuesta, Camboya anunció que degradaba las relaciones diplomáticas con Tailandia al nivel más bajo, expulsando al embajador tailandés y retirando a todo su personal diplomático de la embajada en Bangkok.
La situación de las minas se había repetido días atrás, con aclaraciones del lado tailandés de que se ubicaban en rutas establecidas como corredores seguros y que las mismas eran de fabricación rusa, por lo que no les pertenecían.
Este punto no representa un aspecto menor. La relación militar camboyana con Moscú podría representar un choque con la relación tailandesa junto a Washington, quienes en febrero de este año encabezaron el mayor ejercicio militar de todo el Sudeste Asiático.
Camboya rechazó la versión de Tailandia como “acusaciones infundadas”, señalando que muchas minas y otros artefactos sin detonar son herencia de las guerras y disturbios del siglo XX.
El fervor nacionalista en ambos países ha avivado aún más la situación, y la primera ministra tailandesa fue suspendida del cargo el primero de julio mientras se investiga si violó normas éticas en su gestión del conflicto fronterizo.
Paetongtarn Shinawatra, fue suspendida de su cargo el 1 de julio para ser investigada por posibles violaciones éticas en su gestión de la disputa fronteriza, tras filtrarse una llamada telefónica con un alto dirigente camboyano.
En la llamada de junio, Paetongtarn se refirió al ex primer ministro camboyano Hun Sen como “tío” y criticó a los líderes militares tailandeses, comentarios que los críticos calificaron de irrespetuosos con la soberanía nacional.
Hun Sen fue sucedido por su hijo Hun Manet en 2023, pero sigue siendo influyente como presidente del Senado. Era amigo desde hacía mucho tiempo de su padre, Thaksin Shinawatra, un popular pero polémico ex primer ministro, pero se distanciaron por la disputa fronteriza.
Las disputas fronterizas son temas de larga data que han provocado tensiones periódicas entre los países. Los conflictos más prominentes y violentos han girado en torno al templo de Preah Vihear, de mil años de antigüedad.
En 1962, la Corte Internacional de Justicia otorgó la soberanía del área a Camboya, lo que se convirtió en una gran fuente de fricción en las relaciones bilaterales.
Camboya volvió a acudir a la corte en 2011, tras varios enfrentamientos entre su ejército y las fuerzas tailandesas que causaron unas 20 muertes y desplazaron a miles de personas. La corte reafirmó el fallo en 2013, una decisión que aún incomoda a Tailandia.




