Giuliana Tenace y Ricardo Squef Vierci contrajeron matrimonio en una ceremonia religiosa en la parroquia Nuestra Señora de la Candelaria en Punta del Este, seguida por una recepción en la residencia La Dalmacia en San Rafael y festejos en José Ignacio y Manantiales. Los eventos se extendieron durante varios días y convocaron a invitados llegados desde Europa y distintos países de la región.
La organización movilizó aeronaves privadas y chárter que aterrizaron en la pista local, colmando el aeropuerto; fuentes del evento estimaron unos 15 vuelos privados para trasladar a parte de los asistentes. Los organizadores contrataron cientos de trabajadores y cerraron varios hoteles cinco estrellas para alojar a invitados, entre ellos The Grand, Hotel Castilla, L’Auberge, La Capilla y Hotel Fasano, que dispone de helipuerto.
La decoración de la iglesia se montó durante tres días con flores traídas desde Asunción y se adaptaron los bancos para permitir el paso del amplio vestido de la novia. Un episodio durante los preparativos preocupó a los organizadores: la torta de cuatro pisos, importada desde Brasil, se rompió y una repostera local la reconstruyó a contrarreloj antes de la recepción. El show principal incluyó la actuación de Carlos Vives y la despedida cerró con una cena en Unido Restaurante en Manantiales
Producción y logística del evento
La celebración reunió cerca de 800 invitados y un operativo de producción poco habitual en la zona. El programa incluyó una white party en La Susana, en José Ignacio, y actividades privadas que se prolongaron hasta la madrugada del sábado 29 de noviembre. Los festejos combinaron cenas, shows y eventos sociales en distintos puntos de Punta del Este.
El servicio trasladó desde Paraguay parte del personal de cocina y decenas de mozos para atender las distintas instancias. El plato principal de la recepción fue un brioche steak de filet mignon Rossini, y se ofreció una alternativa vegetariana a base de brioche con hongos silvestres salteados, seguido por un variado banquete de postres.
Para el alojamiento, la organización reservó establecimientos de lujo y blindó la logística de traslados entre las sedes de la boda. El uso de aviones privados y el cierre parcial de hoteles destacaron la magnitud del operativo y la inversión en infraestructura temporal para garantizar el desarrollo de los actos.
Seguridad, invitados y presencia mediática
El dispositivo de seguridad incluyó más de 40 guardias, vehículos blindados e inhibidores de drones, además de controles de acceso estrictos para preservar la privacidad de los asistentes. Estas medidas acompañaron la llegada de invitados en vuelos privados y la concentración de curiosos frente a la parroquia para observar el despliegue.
Entre los asistentes hubo personalidades vinculadas a familias empresarias de Paraguay: los novios pertenecen a clanes con actividad en medios y comercio, y con presencia en Uruguay mediante cadenas de franquicias. La convocatoria también atrajo a público de Argentina, Brasil y Uruguay que se acercó a las inmediaciones para ver las llegadas y la operación aérea.
El espectacular look de la novia Giuliana Tenace.El look nupcial de Giuliana Tenace generó comentarios por su corte princesa y el velo largo con borde de encaje; la novia llegó a la ceremonia en un Porsche 911 modelo 1984 restaurado y traído desde Paraguay, un detalle que enfatizó la puesta en escena del casamiento.
Así fue el espectacular look de la novia Giuliana Tenace.La "boda del año"
El evento convirtió a Punta del Este en el epicentro social de la región durante esos días y generó un movimiento turístico y operativo notable en la zona. Restaurantes, paradores y hoteles participaron del circuito social que acompañó la celebración.
El fin de semana concluyó con una cena de despedida en Unido, en Manantiales, y con la salida de invitados en distintos vuelos. El evento dejó un rastro logístico y económico visible en la ciudad y cerró con la presencia masiva de invitados y personal a cargo de la producción.
El casamiento millonario de los paraguayos Ricardo Squef Vierci y Giuliana Tenace.El recuerdo inmediato para quienes participaron incluyó la presencia de Carlos Vives, quién fue la gran estrella del megaevento con un show privado por el que el cantante habría cobrado cerca de 1 millón de dólares. Ritmo, lujo y una pista que no paró de bailar al compás del vallenato.