La policía en el suroeste de Alemania protagonizó una intervención insólita cuando detuvo un automóvil en plena autopista tras observar que un bebé, de alrededor de un año, estaba sentado en el regazo de la conductora con ambas manos sobre el volante mientras ella usaba su teléfono móvil.
Oficiales que patrullaban la autopista notaron el comportamiento inusual y potencialmente peligroso del vehículo, ya que el niño parecía estar “dirigiendo” la dirección del auto sin control real, lo que puso en riesgo tanto a los ocupantes del coche como a otros conductores en la vía.
Los agentes hicieron señas para que la mujer detuviera el vehículo de inmediato, y una vez que lo hizo, constataron que el menor no estaba asegurado en un sistema de retención infantil y que la madre estaba distraída con su teléfono, una combinación que calificaron como extremadamente imprudente.
Tras detener el auto, los policías retiraron al bebé del volante y se aseguraron de que fuera colocado correctamente en un asiento de seguridad, además de advertir a la conductora sobre los riesgos de permitir que un menor esté en una posición tan peligrosa mientras el vehículo está en movimiento.
El incidente generó preocupación entre otros conductores y entre las autoridades, que recordaron la importancia de respetar las normas de seguridad vial, especialmente la obligación de mantener a los niños correctamente sujetos en el asiento correspondiente durante todo el trayecto para evitar tragedias potenciales.