Unos 20 padres de sexto grado iniciaron una propuesta en una escuela de Mendoza y en pocas semanas el movimiento congregó a unas 300 familias del colegio primario San Nicolás, en Chacras de Coria. El objetivo fue postergar que los chicos tengan teléfono propio hasta los 13 años y restringir el acceso a redes sociales hasta los 16, bajo un acuerdo colectivo llamado Pacto Parental.
Los impulsores crearon un grupo de WhatsApp y una página web, pactoparental.org, donde difundieron un manifiesto que propone reducir el tiempo frente a pantallas y fomentar el juego y la creatividad fuera de dispositivos. La iniciativa contó con el aval de la dirección del colegio y se propuso como un compromiso entre familias para aplicar límites y acompañamiento adulto.
En el sitio del proyecto definieron el acuerdo como un compromiso colectivo para cuidar la atención, el sueño y la salud mental de los alumnos. Señalan que, según percepciones docentes, el 95% considera que el celular afecta la salud mental; que los menores pasan entre 4 y 6 horas diarias frente a pantallas; y que el 65% tiene su primer smartphone antes de los 9 años, por eso piden diálogo y límites claros en los hogares.
Cómo se organizó el pacto
La iniciativa arrancó como conversación entre familias y se formalizó con un manifiesto publicado en la web del proyecto. Los padres se comprometieron a no entregar un primer teléfono propio antes de los 13 años y a prohibir el uso de redes sociales hasta los 16, acompañando la decisión con presencia adulta y actividades recreativas sin pantallas.
Los impulsores argumentaron que no pueden esperar a cambios desde el Estado y que la industria digital está diseñada para retener la atención. En ese sentido, Nacho Castro señaló que no pueden esperar a que el Estado actúe y sostuvo que “de mis hijas me ocupo yo”. Mientras que Guillermo Barleta, padre de una alumna de 12, sostuvo: “Tiene que ser un pacto entre adultos para que lo cumpla la mayoría y para que el chico que no usa celular no quede marginado”.
El grupo incorporó evidencias y percepciones de docentes para justificar la propuesta y convocó a más familias del barrio y de la escuela. Además, ofrecieron en su web pautas para el diálogo, ejemplos de límites y actividades alternativas fuera de la pantalla para sostener la medida en los hogares.
La dirección del colegio avaló la iniciativa y las familias mantendrán el seguimiento del cumplimiento del pacto en forma colectiva, con el propósito de evitar la marginación de quienes no usan celular y de promover vínculos familiares y escolares más controlados respecto al uso de tecnología.