Desde hace unas semanas, Germán Lerche volvió a ser noticia por dos motivos. El primero: un grupo de socios de Colón empezó a preguntar en el club por quéLerchesigue expulsado del padrón. Esa decisión se tomó en 2014, cuando la Comisión Directiva de ese momento lo excluyó a partir de un sumario, vía la creación de una comisión irregular -integrada por opositores históricos a su gestión-, sin notificarle y sin darle oportunidad de que intervenga el Tribunal de Honor que exige el estatuto para ratificar este tipo de medidas.
Fue una maniobra que esquivó las reglas más básicas de transparencia. Esta decisión, además, nunca fue avalada por una asamblea general de socios. Otra falla que tiene el procedimiento es queLercheno fue notificado formalmente sobre quién lo investigaba, de qué lo acusaban, ni de la resolución final. Todo hecho entre gallos y medianoches, con más animosidad que justicia.
Un socio expulsado no puede participar de la vida institucional y social del club. Y hoy por hoy no hay un solo fundamento legal o estatutario que respalde esa decisión tomada en contra de Germán Lerche hace más de diez años. Esto no es transparencia. Es proscripción. Nosotros estamos preparando las acciones judiciales para que se le permita aLercheparticipar de las elecciones. Deben ser los socios quienes deciden quién va a presidir el Club Colón, y esto es fundamental. Esto es democracia.
No importa lo que algunos pocos quieran, importa lo que la mayoría quiera. Entonces, deja que Lerche se presenta, y que decide la mayoría si lo acepta, o no, como dirigente. Eso es transparente, eso es lógico. Porque sin democracia interna real, ninguna sociedad -ni siquiera un club- puede convivir de forma civilizada. Este caso es una confrontación directa a los derechos constitucionales de los socios de Colón y del propio Germán.Lerche.
Es un mensaje peligroso para la democracia de la institución rojinegra y un mal ejemplo para el resto de las instituciones de nuestra sociedad que eligen a sus dirigentes por la voluntad popular. Y justamente es en la mayoría donde recaerá la responsabilidad de elegir a quien considere la mejor opción para conducir Colón. Eso sí: para que la elección sea transparente y justa, el abanico de propuestas debe estar completo.
El segundo motivo: la Cámara Penal de Santa Fe, en un procedimiento habitual de revisión, revirtió la absolución dictada por el juicio oral, que había estado a cargo de Lisandro Aguirre, Celeste.Minniti y Martín Torres. En aquella oportunidad, Lerche fue llevado a juicio por 21 imputaciones; solo 12 llegaron al final y, en todas, fue absuelto por unanimidad.
En la revisión, la Cámara tomó apenas 4 de esos mismos 12 puntos para revertir la inocencia. El fallo, además, fue dividido en relación a una de las imputaciones. De 21 a 12 y de 12 a 4. Consideramos que el fallo es equivocado, que analiza las pruebas descartando automáticamente las que demuestran la inocencia deLerche, y solo tomando aquellas que lo perjudican.
Es por esto que presentamos un recurso de apelación horizontal, para lograr que otro tribunal, con otros jueces, vuelva a revisar estas cuatro maniobras, que son las únicas que quedaron de aquellas 21 originales que empezaron hace doce años, y analicen si este fallo es correcto, o si como decimos nosotros, el fallo correcto fue el de primera instancia.
Este fallo no está firme, no es definitivo, y si es necesario llegaremos hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación para lograr un pronunciamiento justo.