La destitución de la jueza Julieta Makintach revela oscuros intereses detrás del documental sobre Maradona, mientras persisten dudas sobre su entorno.

Los titulares de los diarios son aleccionadores y a veces se parecen a una guía acerca de la agenda política de una sociedad en tiempo presente. Destituyen a la jueza Julieta Makintach. Causa: negocios para filmar un documental acerca de episodios de la vida de Diego Maradona, mientras se celebra el juicio que intenta probar que su muerte no fue un producto de la casualidad.
El título del desafortunado documental es “Justicia divina”. Una invocación religiosa para perpetrar lo más parecido a una estafa. No soy religioso, pero en nombre de la “divinidad” pregunto: ¿No pueden dejarlo en paz a Diego? ¿También muerto debe soportar vividores, malandrines y ventajeros? La señora Makintach fue destituida como jueza y, de postre, es probable que le retiren la matrícula.
Todo bien, pero hablando con seguidores leales de Maradona persiste la convicción de que estaba rodeado de garrapatas y sanguijuelas -que él mismo se encargaba de atraer con singular talento- dedicadas a chuparle la sangre.
Cristina Fernández de Kirchner se las ingenia para ser noticia. En la ocasión nueve lumbreras de la economía peronista fueron recibidos en su domicilio de San José 1111. Por este camino, la próxima iniciativa en agenda es una asamblea popular. Tengo motivos para sospechar que deliberadamente la Señora tira de la cuerda para ser noticia.
También me asiste la certeza de que presiente que su ciclo histórico se agota. Y se agota en las peores condiciones, porque, como viene la mano, en el futuro le aguarda cárcel y más cárcel, un horizonte un tanto desalentador para una persona de más de setenta años.
Decir “triste, solitario y final”, es casi un lugar común, porque la frase en homenaje a Raymond Chandler se ha citado demasiadas veces, pero ese pareciera ser el destino de la señora, sobre todo si la iniciativa de decomisar los bienes avanza. Una cifra como para disponer de una idea aproximada de lo que estamos hablando: 500 millones de dólares.
A esa capacidad para acumular “verdes”, Cristina la atribuye a su condición de abogada exitosa. Los ciudadanos y la justicia parece que no piensan lo mismo.
Hay otros kirchneristas que no están pasando por un buen momento. Julio de Vido está preso y le han negado el reclamo de prisión domiciliaria. Sano o enfermo, lo seguro es que el principal operador de la gestión K presiente un futuro entre rejas.
No sé si la prisión domiciliaria le corresponde, pero de lo que sí estoy persuadido es que el hombre ha hecho todos los méritos posibles para vestir traje a rayas. Lázaro Báez fue un testaferro; Guillermo Moreno, un matón; Víctor Manzanares, el contador; pero por encima de todos ellos, estaba y está Julio de Vido: el operador, el forjador fuerte de la cleptocracia.
El que también se esfuerza por ganar méritos para ser noticia es Alberto Fernández. A los ya crónicos culebrones conyugales, suma ahora el procesamiento por la causa “Seguros”, una asignatura que Alberto viene postergando desde hace años.
Y este caballero que expresa en su persona un tiempo de desprecio, fue presidente de la nación gracias a Cristina y el peronismo. Leo que en estos días murió su perro Dylan. Lo siento por él, es decir por Dylan, tal vez el único personaje inocente y bondadoso de esa "Corte de los Milagros" que fue el albertismo.
Todo tiene que ver con todo a la hora de trajinar en el estiércol. El culebrón de la corrupción criolla incluye nuevos personajes. Un clásico. Todos millonarios, todos truchos y todos relacionados con el poder. El de hoy, el de ayer y el de antes de ayer. La pasión de enriquecerse con la política no distingue banderías políticas.
Miguel Ángel Calvete ahora es el protagonista central. Su fortuna la acumuló en diversos oficios. El más destacado en los últimos tiempos es el de proxeneta. Una pinturita. Una versión sofisticada de lo que se sospecha intentó elaborar Eugenio Raúl Zaffaroni. Calvete es el padre de Ornella, funcionaria del Ministerio de Economía.
Todo bien con Ornella, pero hasta el momento no ha podido explicar por qué en su residencia se encontraron 700.000 dólares. Una Felisa de Miceli de la vida. Ornella es la mujer de Javier Cardini, muy amigo del íntimo amigo de .... Oh las malditas casualidades. Corrupción, familia, complicidad política.
Al pozo de la felicidad hay que sumarle, como corresponde en los tiempos que corren, al fútbol o, para ser más preciso, a Claudio "Chiqui" Tapia y su principal financista: Ariel Vallejos. En todos estos entripados revolotea como un fantasma, como un ave de presa o como un alma en pena, el nombre de Diego Spagnuolo. Lo que dije al principio: todo tiene que ver con todo.
Hay más informaciones para este boletín. La comisión investigadora de la Cámara de Diputados creada para investigar qué corno pasó con la cripto moneda, elaboró un informe que compromete seriamente a los hermanitos Javier y Karina Milei. El titular de esta comisión es el legislador Maximiliano Ferraro. La palabra “estafa” ya fue dicha por el titular de la comisión investigadora.
Y los argumentos abundan. Lo que piensa el común de la gente coincide con lo que afirma Ferraro, diputado del ARI. el hombre que fue la mano derecha de Elisa Carrió en los tiempos en que llovían denuncias contra la corrupción K.
La pregunta cae por su propio peso: ¿Si a Ferraro le creímos cuando ventilaba las trapisondas del peronismo, por qué no le vamos a creer ahora cuando, además, todas las evidencias comprometen a la pareja gobernante?
Y si nos cruzamos a la vereda de enfrente, habrá que preguntarse si le creemos o no a Spagnuolo. Trabajo para fiscales o jueces. De Spagnuolo solo se saben dos o tres cosas: carece de pasado político; se inició con el mileísmo y hasta la fecha sus audios no han podido ser desmentidos. ¿Por qué hizo lo que hizo? ¿Por qué está dónde está?
No lo sé, pero tengo buenos motivos para suponer que los Spagnuolo abundan en este gobierno, como los Báez, los López o los Uberti abundaban en la tribu kirchnerista. ¿Los K robaron más? Es cierto. Pero no nos pongamos ansiosos. Estos muchachos recién se inician. Hay motivos para suponer que a sus habilidades más exquisitas aún no han tenido tiempo de exhibirlas.




