El argumento básico es muy bello: el deseo nace de la insatisfacción de la necesidad; dicho de otro modo, al satisfacer una necesidad, permanece un resto que no se logró satisfacer, el deseo.
El argumento básico es muy bello: el deseo nace de la insatisfacción de la necesidad; dicho de otro modo, al satisfacer una necesidad, permanece un resto que no se logró satisfacer, el deseo.
Lo preocupante de la sexualidad hoy es que se vive en el nivel de una organización para satisfacer recíprocamente necesidades de cada uno. Esto le quita a la sexualidad su aspecto más importante, que es el vincular, por eso el deseo es el deseo del otro.
Nos escribe Néstor (44 años, Allende): "Hola Luciano, estuve leyendo un libro de un psicoanalista en el que se distingue entre la necesidad y el deseo. ¿Cuál es la diferencia? Lo que yo entiendo es que la necesidad es por un objeto, mientras que el deseo es por otro deseo, pero no sé si entiendo del todo ni por qué esto sería importante. ¿Esto viene de la teoría de Lacan?"
Querido Néstor, gracias por tu mensaje. Es la ocasión de hacer una distinción que lleva al núcleo de la teoría psicoanalítica. Vale la pena detenerse a pensarla. El psicoanálisis suele tener una relación ambigua con la idea de necesidad, sobre todo porque le da más importancia al deseo. Es cierto esto que decís. El argumento básico es muy bello: el deseo nace de la insatisfacción de la necesidad; dicho de otro modo, al satisfacer una necesidad, permanece un resto que no se logró satisfacer, el deseo.
El motivo tradicional en que se apoya esta explicación es conocido: sobre la relación alimenticia con el pecho se extiende también la función erótica del vínculo con la madre. Ahora bien, una lectura equivocada de este movimiento está en despreciar la necesidad, como si esta no existiera; incluso como si su satisfacción no fuera posible o importante.
Las necesidades de alguien son fundamentales y en particular lo mejor es que se las pueda satisfacer. Porque las necesidades insatisfechas destituyen al sujeto como humano. Si alguien dice "Tengo hambre" hay que darle de comer. El deseo comienza cuando esa misma persona, ante el alimento, dice "No me gusta" o "Prefiero tal cosa".
En esta articulación hay dos problemas posibles: que el deseo se afirme contra la necesidad; si seguimos con el ejemplo, que alguien desarrolle una anorexia u otro síntoma; pero también que la necesidad le coma el terreno al deseo. La primera vía es la más conocida, es la propia de los tratamientos típicos del psicoanálisis. La segunda no tanto y a veces se confunde con la primera, pero es diferente.
Pensemos en que, por ejemplo, muchas personas se relacionan con la sexualidad como una necesidad. Si se excitan, no pueden hacer otra cosa que buscar una satisfacción. Eso a veces les trae problemas con la fidelidad, por encuentros que –ni bien terminan, como ocurre con la saciedad– dejan de valer la pena. Pongo este ejemplo porque nada más lejos de un análisis que validar que la sexualidad sea una necesidad.
En este punto es que tu planteo revela su importancia. Es más, si algo se espera de un análisis es que la sexualidad sea el campo del deseo, no contra la necesidad, pero sin regirse por esta. Si el psicoanálisis no le sirve a alguien para empezar a vivir historias de amor –que es lo que se refleja en este movimiento de la necesidad hacia el deseo– no hizo un análisis lo suficientemente profundo. Después viene el problema de que, en las historias de amor, por lo general, se sufre, terminan mal, requieren duelos, etc., pero este es otro tema.
Lo preocupante de la sexualidad hoy es que se vive en el nivel de una organización para satisfacer recíprocamente necesidades de cada uno. Esto le quita a la sexualidad su aspecto más importante, que es el vincular, por eso –como decís– el deseo es el deseo del otro. Esta es una que destacó Jacques Lacan. Por cierto, Lacan tiene un argumento precioso: la satisfacción de la necesidad es reemplazada por la demanda (exigencia). Toda una lógica de la cura analítica está contenida en este breve aforismo. Vamos a explicarlo.
La demanda es, primero, demanda de satisfacción. Se podría decir que es demanda de objeto, pero es más claro cuando decimos "de satisfacción". La posición de un analista está en responder a la demanda, pero no satisfaciendo. Qué es una respuesta que no satisface, pero que no deja de ser una respuesta es la definición básica de interpretación. A partir de esa insatisfacción, que produce la interpretación en el inicio del tratamiento, la demanda se vuelve demanda de reconocimiento.
Entonces, el reconocimiento es la nueva satisfacción que se espera. Este es el nivel de la transferencia. Hasta aquí este argumento mínimo permite explicar cómo la interpretación funda una transferencia y cómo esta se realiza en el nivel del reconocimiento o, como también dice Lacan, de la demanda de amor. Esto permite entender que una demanda de amor que no se sostiene en la insatisfacción no es transferencial.
También permite despejar que no toda demanda de amor es analizable. También permite distinguir entre un enamoramiento y el amor de transferencia, tema sobre el que no se insiste lo suficiente. Ahora bien, de regreso a la cuestión del análisis de la transferencia, la cuestión es cómo se responde a esta de acuerdo con una respuesta que haga valer lo imposible de ese reconocimiento, su falta de fundamento en el Otro.
Me gusta cómo en la creación de cada pequeño par conceptual (aquí demanda/ satisfacción) Lacan ya hacía jugar todo lo que se espera de un análisis. Por eso Lacan no inventaba categorías sino operadores clínicos. No me voy a explayar en una explicación más profunda del psicoanálisis, pero espero que estos rodeos sirvan para profundizar en tu interés.
A mí en lo particular me son útiles con el fin de establecer criterios de demarcación de algunas cuestiones que ocurren en la consulta. Lo más importante en la práctica terapéutica es tener criterios firmes. Espero que te encuentres muy bien y el mejor deseo para vos y tus lecturas. Celebro las veces en que me escriben, además de para contarme situaciones, plantear preguntas sobre lo que van leyendo o los conceptos del psicoanálisis que escuchan y quisieran entender mejor. Te mando un fuerte abrazo y mi gratitud.
(*) Para comunicarse con el autor: lutereau.unr@hotmail.com




