+ SECCIONES
El Litoral
BUSCAR
EL LITORAL
  • Todos los Títulos
  • Área Metropolitana
  • Sucesos
    • Santa Fe Policiales
  • Deportes
  • Política
    • Filtrado
  • Economia
    • Puerto negocios
    • Dolar Hoy
  • Educación
  • Salud
  • Información General
  • Clima
  • Regionales
  • Campolitoral
  • Internacionales
  • Actualidad Sabalera
  • Actualidad Tatengue
  • Arte
  • Necrológicas
  • Edición Impresa
  • Contenido Patrocinado
  • Clasificados
  • Agenda Cultural
  • Podcast
  • Servicios
  • Radios en vivo
  • Sitios
    • Mirador Provincial
    • Vivi Mejor
    • Notife
    • Sur 24
    • Revista Nosotros
    • Puerto Negocios
    • CyD Litoral
    • Educación SF
    • Norte 24
  • Escenarios & Sociedad
    • Show
  • Videos
  • Multimedia
    • Galerías de Fotos
    • Videos
    • Webstories
  • Opinión
  • Quienes Somos
  • Autores
  • Temas
  • Alianzas
  • Comercial EL

#HOY:

Maximiliano Pullaro
Javier Milei
Unión
Colón

OPINIÓN

Martiniano López

Crónica de un hombre donde el mapa se termina (Parte II)

Tras un accidente que casi le cuesta la vida, nuestro protagonista decide volver a su tierra y su casa, reafirmando que el sentido de pertenencia trasciende la comodidad.

Crónica de un hombre donde el mapa se termina (Parte II)Crónica de un hombre donde el mapa se termina (Parte II)

Sábado 29.11.2025
 12:48
Rodrigo Agostini
Rodrigo Agostini

La cirugía de don Martiniano López fue un éxito. No un éxito de esos que se festejan con aplausos, sino un éxito de esos silenciosos, que se miden en milímetros de hueso alineado, en tornillos que sujetan, en cicatrices que se irán cerrando de adentro hacia afuera. Reconstruyeron su cadera, su fémur, su tibia, su peroné.

Lo estabilizaron. Lo dejaron entero otra vez, aunque esa palabra no le haga justicia a un cuerpo que ya nunca será el mismo. Cuatro meses de reposo se abrieron frente a él como un horizonte íntimo. Cuatro meses de yeso, de no poder moverse solo, de aprender a pedir ayuda sin bajar la cabeza.

Cuatro meses de estar siempre en la cama, girando apenas, soportando el dolor que cambia de sitio pero no desaparece. Cuatro meses de noches larguísimas, de luces frías, de ruidos de pasillo, de gritos ajenos, de despertarse desorientado y no saber en qué pueblo, en qué ciudad, en qué cama está.

Y, sin embargo, en medio de esa fragilidad absoluta, vi algo que me conmovió: la fuerza de las personas buenas que lo rodearon. Su patrón -al que nunca vi lucir traje ni dar discursos, pero cuya presencia se notaba en cada cosa que se hacía- no lo dejó tirado. No miró para otro lado, no se desentendió de la situación ni la redujo a un “tema del seguro”.

Estuvo. Pagó los traslados, acompañó en las decisiones, se ocupó de que no faltara nada esencial. Lo visitó. Preguntó. Escuchó. Permaneció cuando hubiera sido fácil desaparecer detrás de alguna excusa. Ver eso, en estos tiempos en los que la palabra “patrón” suele llegar cargada de sospechas, me devolvió una cuota de confianza en la humanidad.

No todos son así, lo sé. Pero algunos sí. Y a veces uno necesita ver a esos “algunos” para no terminar creyendo que el mundo entero está roto. No fue el único gesto. Un día apareció una señora que lo conocía de Santa Fe. Llegó como llegan las personas que saben que lo importante no es hacer ruido: en silencio, con una bolsa de pan, unos billetes doblados, un pequeño sobre.

Le llevó dinero. No preguntó si lo necesitaba; lo dio por hecho. Él la miró con esa mezcla de vergüenza y gratitud que sólo tienen los que nunca han pedido nada y, sin embargo, aceptan. Ese momento duró segundos y al mismo tiempo fue infinito: uno podía ver, en ese intercambio, una red invisible de afectos, de favores viejos, de memorias compartidas que nadie estaba detallando.

La señora que lo cuida todos los días -lo levanta un poco, le acomoda la almohada, le cambia la chata, lo limpia, le alcanza el agua, lo arropa cuando refresca- me contó una anécdota que lo pinta de cuerpo entero. Un día, mientras charlaban, él le insistió para que le fuera a jugar al Quini 6. Casi que la empujó a que saliera un rato, a que dejara el sanatorio y fuera hasta la agencia.

- Si gano (me dijo) me hacés una casa en el campo, con agua sin sal. Una casa linda, con tanque, con galería.

Yo sonreí. Pensé que estaba delirando o que quería hacer un chiste. Pero lo decía en serio. En su cabeza, la manera de agradecer era esa: desear una vida mejor, una casa distinta, un futuro menos duro. No fantaseaba con ganarse él la lotería, con irse a vivir a la ciudad, con abandonar todo. Fantaseaba con vivir un poco mejor.

Yo, que escuché la historia y la vi entrar a la habitación luego de jugar ese número improbable, no pude evitar preguntarle a él en voz alta:

- ¿Y vos, Martiniano? Si pudieras, ¿no te irías del campo? ¿No te gustaría una casa con agua dulce, sin bichos, sin molino que pueda tirarte de nuevo?

Se quedó callado un rato. Miró hacia la ventana de la pieza. Desde allí no se veían ni molinos ni casillas; se veían apenas edificios, autos, un pedazo de cielo apurado. Respiró hondo. Su respiración sonó a viento viejo.

- No, patrón (me dijo al fin). Ese es mi lugar en el mundo. Ahí está mi vida. Ahí se quién soy.

No lo dudó. No lo adornó. No intentó convencerme. Sólo lo afirmó. Y en esa frase breve había algo definitivo: hay gente que no busca la comodidad; busca el sentido. Para nosotros, desde la ciudad, puede parecer una locura querer volver a una casilla de chapa, a un agua salada, a un pan duro y a bichos de todos los colores. Para él sería una locura no hacerlo.

A veces, para algunos, el mundo entero se reduce a un pedazo de tierra donde la memoria hace nido. Para Martiniano, ese pedazo de tierra está a metros de Pozo Borrado, en una estancia perdida donde ni el diablo, según mi abuelo, se anima a dejar su cola. Pero él sí. Él y Fatiga. El hombre y el perro. El cuidador y el único testigo de su caída.

Lo veo ahí, en la cama de al lado. Veo las cicatrices nuevas, el yeso, los puntos, los moretones amarillos que van cambiando de color como si fueran estaciones. Veo su cara, con las arrugas de siempre, pero ahora con una luz distinta en los ojos. No es la luz de alguien que se salvó. Es la luz de alguien que ya decidió qué hacer con esa salvación: volver.

Volver al mismo lugar donde casi se muere. Volver al molino. Volver a la casilla. Volver al agua salada. Volver a Fatiga. Y mientras lo escucho, mientras lo miro, mientras escribo, entiendo que su historia, expandida, cruda, dramática, poética y profundamente humana, no habla sólo de un accidente en el campo. Habla de otra cosa.Habla de la fidelidad al propio mundo, aunque ese mundo sea hostil.

Habla de la existencia todavía real de personas buenas -un patrón, una señora, una cuidadora, unos paisanos- que sostienen al que se cae. Habla de la obstinación de seguir viviendo cuando todo se rompió. Habla, finalmente, de eso que a veces olvidamos: que hay hombres que no están buscando un cielo mejor, ni una ciudad más cómoda, ni una suerte de catálogo.

Están buscando volver a su pedazo de tierra, a su perro, a su molino, a sus silencios. Volver a su lugar en el mundo, aunque a nosotros nos parezca inentendible. Pozo Borrado seguirá lejos. Tal vez el diablo siga sin animarse a llegar. Pero Martiniano sí. Él va a volver.

Y cuando lo haga, en algún punto preciso de ese campo que casi nadie podría ubicar en el mapa, el mundo va a volver a estar, para él, exactamente en su sitio.

La primera parte de esta hitoria fue publicada en la edición del 27 de noviembre de 2025 de El Litoral.

#TEMAS:
Edición Impresa

Suscribite a nuestro newsletter


SUSCRIBIRME

Acepto recibir las noticias de El Litoral en mi correo.

TENES QUE SABER
El PRO presentó un amparo para frenar designaciones en la AGN
Rescatan más de 200 aves silvestres en La Matanza que eran comercializadas por redes sociales
Hallan una posible vía para combatir el hongo hospitalario Candida auris, resistente y letal
Cómo millones de argentinos llegaron al mercado de capitales
La balanza energética explicó el superávit comercial de noviembre

Te puede interesar:


  • Las abundantes lluvias se hacen sentir en los pueblos del norte santafesino
  • Comenzó el verano en Argentina: qué significa el solsticio
  • Cristina Fernández de Kirchner continúa en observación tras la operación por apendicitis
  • En Paraguay, reportan la formación de un posible tornado
  • Alerta amarillo por tormentas fuertes en Santa Fe: se esperan lluvias intensas y ráfagas desde la madrugada del lunes
  • El PRO presentó un amparo para frenar designaciones en la AGN
  • Rescatan más de 200 aves silvestres en La Matanza que eran comercializadas por redes sociales
  • Hallan una posible vía para combatir el hongo hospitalario Candida auris, resistente y letal

Política

Extraordinarias El Gobierno apuesta a aprobar sin cambios el Presupuesto en el Senado para cerrar el año
Tras el cortocircuito con LLA El PRO presentó un amparo para frenar designaciones en la AGN
Más cambios Alejandra Monteoliva designó a la nueva cúpula de la Policía Federal Argentina
Obra clave Avanza la construcción de nuevos pabellones de aislamiento en la Cárcel de Coronda
Dirigentes y poder territorial Vientos del sur

Área Metropolitana

Pronóstico del tiempo Alerta amarillo por tormentas fuertes en Santa Fe: se esperan lluvias intensas y ráfagas desde la madrugada del lunes
Problema metropolitano Tren tumbado, el recuerdo vivo de la necesidad del Circunvalar Santa Fe
Se presentó la mascota de los Odesur Capi, un carpincho suelto por las playas de Santa Fe
Operativo Dengue: el municipio intensifica controles en la Terminal, el Cementerio y balnearios
Ciudad de Santa Fe Proyectan remodelar el hall del mítico Teatro Municipal: una por una, cómo serían las obras

Sucesos

Tráfico ilegal Rescatan más de 200 aves silvestres en La Matanza que eran comercializadas por redes sociales
Accidente fatal En Catamarca: murió Gilberto Santillán, ex intendente de Londres, tras perder el control de su camioneta en la Ruta 40
Raza peligrosa Un hombre fue atacado por su perro Pitbull en Santiago del Estero
Grave accidente en A. del Valle al 4000 Un policía pelea por su vida tras chocar con su moto
A la altura de Colonia San José En ruta 19: rescatan a dos hombres atrapados tras un choque entre un auto y un camión

Información General

Astronomía Comenzó el verano en Argentina: qué significa el solsticio
Evolución Cristina Fernández de Kirchner continúa en observación tras la operación por apendicitis
Desde Sunchales a Sudamérica Sancor Seguros celebra 80 años de trayectoria, crecimiento e innovación
Panorama astrológico Horóscopo de hoy 21 de diciembre de 2025
Minuto a minuto Santa Tracker, la aplicación para seguir el recorrido de Papá Noel en vivo
El Litoral
  • Campolitoral
  • Revista Nosotros
  • Clasificados
  • CYD Litoral
  • Podcasts
  • Mirador Provincial
  • Viví Mejor
  • Puerto Negocios
  • Notife
  • Educacion SF
Hemeroteca Digital (1930-1979) - Receptorías de avisos - Administración y Publicidad - Elementos institucionales - Opcionales con El Litoral - MediaKit
El Litoral es miembro de:
adepa.org.ariab.comadira.org.ar
afip.gob.ar