A cuarenta años de la lectura de la sentencia que condenó a las Juntas Militares, el Poder Judicial de la Nación homenajeó este martes, en la Sala de los Pasos Perdidos del Palacio de Justicia, a los jueces que llevaron adelante aquel juicio clave para la democracia argentina.
Ante más de 300 integrantes del Poder Judicial, la Corte distinguió a León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz, además de recordar a los fallecidos Andrés D’Alessio y Jorge Torlasco, representados por sus familias. El homenaje se realizó en el mismo edificio donde funcionó la Cámara Federal que los tuvo como integrantes.
El acto comenzó con un discurso de Mariano Llorens, actual titular de la Cámara Federal, quien recordó que aquellos jueces “fijaron un hito” al reafirmar la independencia judicial y el respeto a la Constitución en un país que venía de alternar dictaduras y gobiernos civiles sin rendición de cuentas.
La Corte Suprema homenajeó a los camaristas del Juicio a las Juntas en la Sala de los Pasos PerdidosRosatti: “Un caso ejemplar de justicia transicional”
Al cerrar la ceremonia, Horacio Rosatti definió al Juicio a las Juntas como “un caso de justicia transicional ejemplar” a nivel mundial. Recordó que, a diferencia de otros procesos, en Argentina se juzgó con el Código Penal vigente, sin tribunales especiales ni delitos inventados “ad hoc”, lo que evitó tanto la impunidad como la venganza.
El presidente de la Corte habló de un “círculo vicioso” de alternancia entre gobiernos constitucionales y de facto que se quebró a partir de 1983, con el impulso de Raúl Alfonsín y un “auténtico juicio justo” en un contexto cargado de amenazas y riesgos para la institucionalidad. “Los jueces hicieron lo correcto”, subrayó.
Rosatti agradeció a los camaristas “por haber sostenido los pilares democráticos” y afirmó que los jueces independientes pueden “combatir incluso al mal absoluto por caminos civilizados”. Además, anunció que el Salón de los Derechos Humanos, donde se desarrolló el juicio, integrará el futuro Museo de la Corte Suprema, a inaugurarse en 2026.
A 40 años de la sentencia, la Corte homenajeó a los jueces del Juicio a las JuntasLegalidad, memoria y contrato social
El vicepresidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, destacó que aquellos jueces “pusieron al terror en su lugar” pero lo hicieron dentro de los límites del derecho. La mejor forma de honrarlos, dijo, es renovar el compromiso de adhesión incondicional a la legalidad y a las garantías constitucionales frente a crímenes de Estado.
Ricardo Lorenzetti, también ministro del máximo tribunal, sostuvo que el fallo del Juicio a las Juntas “integra la memoria de los argentinos” y que los camaristas “inauguraron una política de Estado” en materia de memoria y justicia. Esa política, remarcó, hoy forma parte del “contrato social” del país y ha sido continuada por jueces y juezas en los años siguientes.
A 40 años de la sentencia, la Corte homenajeó a los jueces del Juicio a las JuntasLa voz de los jueces del histórico tribunal
Arslanian, quien presidió la Cámara que juzgó a las Juntas, definió aquella experiencia como “un trabajo coral” que involucró al gobierno de Alfonsín, a la Conadep y a los equipos judiciales. Reivindicó la perdurabilidad de la sentencia, “que desde 1985 nunca dejó de recordarse”, y se mostró esperanzado en una nueva etapa para “construir el país que queremos que nos albergue a todos”.
Gil Lavedra, por su parte, destacó el coraje de los testigos que se animaron a declarar cuando la democracia todavía era frágil y los responsables seguían en libertad. Recordó que no había precedentes ni marcos normativos específicos para seguir y que, pese a recursos técnicos primitivos, todos compartían la convicción de que “el horror del pasado necesitaba un juicio justo”.
El Salón de los Derechos Humanos se integrará al futuro Museo de la Corte SupremaAl finalizar el homenaje, los asistentes recorrieron el Salón de los Derechos Humanos, donde se proyectó un video alusivo y se exhibieron documentos del expediente y parte del registro fílmico original: más de 500 horas de grabaciones preservadas como patrimonio para las próximas generaciones.
Entre los invitados hubo exministros de la Corte, camaristas, jueces federales, representantes de asociaciones judiciales, empleados y familiares. Cuatro décadas después de aquel fallo, el mensaje fue nítido: sin justicia, memoria y legalidad, no hay democracia que pueda sostenerse en pie.