En el Colegio Agrotécnico Regional (CAR) de Venado Tuerto se inauguró el primer tambo automatizado del país dentro de un espacio educativo que cuenta con tres niveles de formación. Se trata de un proyecto inédito que coloca a Santa Fe a la vanguardia de la innovación tecnológica aplicada al agro y que abre un nuevo capítulo en la educación agropecuaria.
La iniciativa, que demandó años de planificación, inversión y compromiso institucional, constituye un ejemplo único de cómo la formación educativa puede integrarse con la producción de manera innovadora, convirtiendo al CAR en un polo de referencia para toda Latinoamérica.
El tambo robotizado funciona con un sistema de inteligencia artificial, sensores y robótica de precisión que permite un ordeñe voluntario: las vacas ingresan por decisión propia, son identificadas automáticamente mediante caravanas electrónicas y ordeñadas por brazos mecánicos que limpian, colocan y controlan el proceso con absoluta exactitud.
Además, el sistema realiza un análisis de la leche en tiempo real, detectando posibles condiciones sanitarias como mastitis, evaluando la calidad y el rendimiento de cada animal. Todos los datos son procesados y almacenados en la nube, lo que posibilita el acceso remoto desde computadoras o celulares para un control integral y permanente.
“Este colegio es el más importante de Latinoamérica, con alumnos de nivel inicial hasta secundario. De aquí saldrán los nuevos protagonistas que van a manejar el campo argentino, para que sigamos siendo el granero del mundo como hemos sido y seguiremos siendo”.Este avance tecnológico, sin embargo, no desplaza los métodos tradicionales: los estudiantes del CAR continuarán formándose en el ordeñe manual y mecánico convencional, a la vez que incorporarán conocimientos de última generación. De este modo, el colegio asegura una formación integral, que respeta la tradición del campo argentino y a la vez lo prepara para enfrentar los desafíos del futuro.
Uno de los aspectos más valorados del sistema es el respeto al bienestar animal. El ordeñe voluntario evita el estrés y se desarrolla en un entorno higiénico y controlado. Esto no solo mejora la calidad de la leche y la salud del rodeo, sino que también aporta a la sustentabilidad de la producción.
La diputada provincial Fernanda Castellani participó del acto inaugural y destacó la magnitud del acontecimiento: “Este es un hecho histórico para Venado Tuerto, para la provincia de Santa Fe y para la Argentina entera. La educación agropecuaria es estratégica porque no solo forma a nuestros jóvenes, sino que también impulsa la innovación, la productividad y el arraigo en nuestras comunidades. Con este tambo automatizado estamos mostrando que tradición y tecnología pueden ir de la mano. Desde mi lugar, voy a seguir acompañando cada proyecto que fortalezca al campo santafesino, porque el campo es motor de nuestra economía y orgullo de nuestra identidad”.
El acto tuvo momentos de gran emoción. Mario Huber, director y fundador del Colegio Agrotécnico Regional, aseguró que la concreción del tambo representa el sueño de toda una comunidad educativa: “La inauguración del tambo representa el resultado de un sueño colectivo de todos los que apostamos por la educación agropecuaria. En este momento de mi vida espero haber cumplido mi deber con la patria”.
El reconocido humorista Luis Landriscina también brindó un mensaje cargado de simbolismo: “Este colegio es el más importante de Latinoamérica, con alumnos de nivel inicial hasta secundario. De aquí saldrán los nuevos protagonistas que van a manejar el campo argentino, para que sigamos siendo el granero del mundo como hemos sido y seguiremos siendo”.
Con esta inauguración, Venado Tuerto no sólo consolida su liderazgo en educación agropecuaria, sino que se proyecta como referente latinoamericano de innovación tecnológica aplicada al agro. El CAR, con más de medio siglo de trayectoria, se posiciona ahora como una institución pionera que articula tradición, tecnología y educación en beneficio de la producción y del país.
La apertura del primer tambo automatizado argentino en una institución educativa, no es sólo una innovación productiva: es la prueba concreta de que el futuro del campo se construye con conocimiento, compromiso y visión de largo plazo