Impulsan una iniciativa para que los refugios acepten personas en situación de calle con sus mascotas
Proteccionistas presentaron la iniciativa en el Concejo Municipal de la ciudad para garantizar tanto el derecho al alojamiento como el vínculo afectivo con las mascotas, en un contexto de creciente indigencia y con experiencias internacionales que marcan un camino posible.
Impulsan una iniciativa para que los refugios acepten personas en situación de calle con sus mascotas
A pocos días de que termine un nuevo Operativo Invierno, donde aumentó un 30% la asistencia a personas en situación de calle respecto al año anterior, en el Concejo Municipal presentaron una iniciativa para permitir el ingreso y permanencia de animales de compañía de esas personas en los refugios municipales.
La propuesta fue presentada en la Comisión de Salud y Desarrollo Humano por Cintia Di Mónaco, presidenta de Protectora Rosarina, acompañada por Marina Rivero, voluntaria de Manos Solidarias Rosario, quienes remarcaron la necesidad de reconocer el vínculo esencial entre personas y sus animales, insistiendo en que “no se espera (de prosperar la iniciativa) un gran tumulto, porque no todos tienen animales, pero sí un gran impacto en la calidad de vida de quienes sí conviven con ellos”.
Según se contó desde el Concejo, la iniciativa de estas organizaciones incluye la creación de espacios seguros tipo boxes o caniles en los refugios para casos en que sea necesaria una contención particular y la intervención conjunta con el Instituto Municipal de Salud Animal (IMUSA) que asegure atención veterinaria (castración, vacunación, desparasitación en los casos que sea necesario). Además, prevé la elaboración de un protocolo de convivencia articulado entre la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat y organizaciones proteccionistas, que incluya pautas de higiene, cuidados básicos y educación en tenencia responsable. Finalmente, proyecta la puesta en marcha de un programa de voluntariado animalista, con participación de veterinarios y ciudadanía, destinado a colaborar con donaciones de alimentos, colchonetas, correas y elementos de cuidado.
“Los animales no sólo brindan compañía, también generan lazos y comunidad entre las personas que atraviesan la misma situación. Separarlos sería condenarlos a una soledad aún más dura”, señalaron las expositoras en la audiencia de esta semana dentro del anexo Alfredo Palacios del Concejo rosarino frente al concejal y ex secretario de Salud, Leonardo Caruana (Frente Amplio de la Soberanía), la concejala Ana Laura Martínez (PRO), el edil Lucas Raspall (Arriba Rosario) y la edila Sabrina Prence (La Libertad Avanza).
En la comisión de Salud y Desarrollo Humano, se presentaron los detalles del proyecto.
Rosario, con chance de ser pionera
Si bien en otras ciudades del país y de la región existen discusiones incipientes sobre este tema, aún no hay ordenanzas que garanticen formalmente el derecho de las personas en situación de calle a ingresar a los refugios junto con sus animales. Donde sí prosperaron iniciativas de este estilo fue en distintas ciudades del mundo. La mayoría en Estados Unidos.
San Francisco (Estados Unidos) fue pionera en 2015 con sus Navigation Centers, que permiten a las personas en situación de calle ingresar con mascotas, parejas y pertenencias. En 2017, Sacramento (también en Estados Unidos) inauguró un refugio municipal que admitía animales y ofrecía atención veterinaria. Los Ángeles avanzó en 2022 con programas piloto de lo que se conoce en inglés como co-sheltering, financiados por el estado de California, que cubren comida, jaulas y asistencia veterinaria. En 2024, Nueva York inauguró en El Bronx el primer albergue transicional pet-inclusive para familias sin hogar, dentro del programa PALS (People and Animals Living Safely). Incluso en Washington, también en 2024, se debatió el proyecto de ley Pets in Housing Act, que busca garantizar al menos un refugio pet-friendly en la ciudad.
La única ciudad de América Latina hasta el momento con una iniciativa de este tipo es San Pablo (Brasil), que en 2022 abrió un refugio comunitario que admite perros, con controles sanitarios y vacunación.
La propuesta vinculada a los perros aparece en un escenario de aumento de la demanda por asistencia a personas en situación de calle en la ciudad. En diálogo con Mirador Provincial, Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Humano y Hábitat de Rosario, explicó: “Aumentaron un 30% las asistencias espontáneas respecto al invierno pasado. En momentos de frío tuvimos una ocupación del 90% de la red de refugios (unas 250 plazas en total). Este año decidimos abrir un refugio más, ampliando casi un 60% la capacidad para dar respuesta a la demanda”.
Los refugios municipales están distribuidos en diferentes zonas de la ciudad: Refugio Sudoeste (Av. Uriburu 3865), Refugio Grandoli (Esmeralda 3549), Refugio Felipe Moré (Felipe Moré 929) y Refugio Cáritas (Balcarce 1077). Allí se brinda alojamiento temporal y acompañamiento, pero hasta el momento el ingreso con animales estaba vedado.
Consultado por la posibilidad de que algunas personas en situación de calle nieguen el traslado a los refugios por no abandonar a sus perros, Gianelloni dijo: “La verdad que encontramos poca resistencia. En general aceptan y la mayoría de las veces no tiene que ver con eso, salvo una situación puntual”.
Se incluirán pautas de higiene, cuidados básicos y educación en tenencia responsable.
El Operativo Invierno y las políticas de asistencia
Entre mayo y septiembre funciona el Operativo Invierno de la Municipalidad de Rosario, que refuerza la asistencia a las personas en situación de calle. Incluye recorridas nocturnas con viandas calientes, frazadas y kits de abrigo; campañas de vacunación en conjunto con la Secretaría de Salud; y el funcionamiento de refugios con servicios de higiene, comida y descanso.
El operativo finaliza en septiembre, lo que reabre cada año la discusión sobre la necesidad de políticas más estables que trasciendan la lógica de la emergencia estacional.
En un contexto de emergencia social creciente y con los refugios funcionando al límite de su capacidad, Rosario discute una ordenanza que pone en el centro una dimensión muchas veces invisibilizada: el derecho de las personas en situación de calle a no ser separadas de sus animales de compañía.