Un soldado voluntario del Ejército Argentino, que se encontraba bajo licencia psiquiátrica, se quitó la vida en su domicilio particular en la provincia de Mendoza.
Un soldado voluntario del Ejército Argentino, que se encontraba bajo licencia psiquiátrica, se quitó la vida en su domicilio particular. El Gobierno nacional activó medidas urgentes para contener una posible crisis dentro de las Fuerzas Armadas.

Un soldado voluntario del Ejército Argentino, que se encontraba bajo licencia psiquiátrica, se quitó la vida en su domicilio particular en la provincia de Mendoza.
Es el tercer suicidio dentro del ámbito militar registrado en solo siete días, una situación que despertó fuerte preocupación en el Gobierno nacional y activó medidas urgentes para contener una posible crisis dentro de las Fuerzas Armadas.
El joven soldado, identificado como Facundo Gabriel Lima, se encontraba con licencia médica desde hacía un mes y medio, renovada cada 15 días. Según las primeras investigaciones, Lima se disparó en el pecho con un arma que pertenecía a su padre, quien trabaja en el servicio penitenciario.
El hecho ocurrió en su vivienda y no dentro de una unidad militar. Actualmente intervienen en la causa la Policía Científica de Mendoza y la Oficina Fiscal N.º 1 de Las Heras. Desde el Ejército señalaron que se activaron los protocolos correspondientes para este tipo de situaciones y que la institución colabora plenamente con la justicia.
Lima estaba atravesando un tratamiento psiquiátrico, y su entorno había reportado episodios previos de inestabilidad emocional. Su pareja, también integrante del Ejército y destinada en el mismo liceo militar, había realizado recientemente una denuncia por situaciones de violencia. La presentación fue canalizada a través del punto focal de género del Liceo Militar General Espejo.
Ese mismo día, una médica militar había intentado contactarlo para evaluar su estado de salud, aunque no trascendieron detalles del intercambio ni si hubo seguimiento.
El de Mendoza es el tercer caso de suicidio registrado esta semana entre personal del Ejército. Días atrás, un suboficial principal con 28 años de servicio fue hallado sin vida dentro de un cuartel de Monte Caseros, Corrientes. Y en Olivos, un efectivo asignado a tareas de seguridad en la Residencia Presidencial fue encontrado muerto en un puesto de vigilancia interno.
Ambos casos aún se encuentran bajo investigación judicial y administrativa, aunque en todos los hechos la hipótesis principal es el suicidio.
La seguidilla de suicidios generó fuerte impacto en la cúpula del Ministerio de Defensa. Como respuesta inmediata, el ministro Carlos Presti ordenó la difusión de un mensaje institucional destinado a todo el personal militar y civil, acompañado de material audiovisual realizado por especialistas en salud mental.
Además, se anunció un convenio entre el Ministerio de Defensa y el de Salud para fortalecer el abordaje integral de la salud mental dentro de las Fuerzas Armadas. El objetivo es generar herramientas preventivas y reforzar los canales de contención ante señales de alarma.
Diversos especialistas advierten sobre un aumento de los trastornos psicológicos entre integrantes de las fuerzas de seguridad, en un contexto social complejo y con una alta carga de estrés institucional. La conjunción de acceso a armas, presión operativa y falta de recursos emocionales adecuados puede derivar en situaciones críticas como las que se registraron esta semana.
Desde el ámbito castrense reconocen que existen vacíos estructurales en la detección y tratamiento temprano de estos cuadros, y que es necesario un abordaje más profundo y sostenido para evitar nuevas tragedias.
Con tres suicidios en siete días, el Ejército Argentino atraviesa una situación alarmante que puso en evidencia la urgencia de revisar las políticas de salud mental en el ámbito militar. Mientras continúan las investigaciones judiciales, el Gobierno comienza a desplegar medidas preventivas que buscarán contener una problemática sensible y creciente.




